Contigo o sin ti... (#2)

Capítulo 12

—¿Algo malo suceda? ¿Algo como qué...?— habló Shawn.

Thomas lo ignoró por completo y seguimos caminando.
—Mejor deja a Mandy, así podremos tener algo ella y yo. Tal vez tengamos sexo.— lo miré indignada, y Shawn se encontraba divertido.

—Cierra la maldita boca— respondió Thomas enojado.

—Oh, tal vez Mandy y yo hagamos algo mucho más divertido...—

Thomas caminó hacia Shawn y lo miró, obviamente Thomas era un poco más alto que Shawn.

—Dije que cerraras la puta boca...

—No tienes ni la menor idea de las posiciones que he imaginado con Mandy desnuda en mi sillón— Thomas levantó su puño y antes de que hiciera algo, Shawn ya lo había esquivado. —Tienes que ser más rápido.

Shawn lo tomó por el cuello con ambos brazos y lo tiró, lanzó su primer golpe. Thomas tomó su mandíbula y se levantó rápidamente —¿Eso es todo?— sonrió.

Thomas lanzó un golpe, el cual Shawn lo esquivó pero no se percató de que Thomas lanzó otro golpe en su dirección dándole fuertemente en el pómulo. Shawn se sacudió y Thomas aprovechó para darlo otro golpe en el estómago.

—¡Dejen sus tonterías para otro día!— grité, Thomas me miró.

—Vámonos, Mandy.— sacudió su ropa y caminó. Le seguí el paso no sin antes voltear a ver a Maureen ayudando a Shawn.

—¿Qué demonios pasa contigo?— dije ya una vez dentro del carro.

—No voy a permitir que un cabrón venga y te trate como si fueses una puta.— Thomas apretó el volante con ambas manos.

—Pero te alteraste muy rápido, tú no eres así.

—¿Cómo mierda quieres que no me altere? ¡Shawn te trató como una cualquiera y frente a mi!— su rostro estaba rojo.

Le toqué el brazo y se tensó —Sé defenderme, y lo sabes.

—Si, pero en serio no iba a permitirlo.— Thomas tomó mi mano y la entrelazó con la suya, suspiró —Me gustas, Mandy.

Me quedé esperando a que dijera que era broma, pero no lo hizo. —¿Hablas en serio?

—Nunca había sido más sincero en toda mi vida.— me miró directamente a los ojos. —Me gustas demasiado, por eso me molesté.

Llevé mi otra mano a su mejilla y lo acaricié. —También me gustas, Tommy.

Él sonrió y lentamente se acercó a mi. Sus labios se sentían cálidos, me tomó de la nuca y más me acercó a su cuerpo. Se separó un poco de mi rostro.

—Te quiero.— y suspiró.

—También te quiero.

Y acto seguido, me volvió a besar...