Estudio.

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Maji Burger.

Otro día y su amor platónico no le hacía caso. O al menos eso pensaba (...) cada vez que hablaba con Tetsuya, su amigo.

Él parecía tan atípico cuando ella le hablaba. (...) quería decirle a Kuroko lo que sentía pero no estaba segura de que fuera el momento, pero tampoco lo sabría si no lo intentaba.

Además, él no parecía interesado en ella o alguna otra chica. Es como si fuera... gay. Pero ¡a la mierda! Iría con todo por él.

―¿(...)-san, ocurre algo?

Aquella voz suave la devolvió al presente, estaba sentada frente a Kuroko mientras Kagami devoraba hamburguesas a su lado y al recordar sus pensamientos se puso colorada. Debería dejar de pensar en las cosas que le haría a ciertas partes de Kuroko.

―Eh, no. Todo bien ―dijo (...) nerviosa.

El chico no pareció muy convencido pero lo aceptó, aprovechó la distracción y llevó una de sus manos a su entrepierna jodidamente tensa. Le dolía todo, pero sus amigos no lo notaban. Estaba demasiado pendiente del escote de (...) y la cremosa piel que se divisaba, ¿qué tal se sentiría si pasaba la lengua por allí? Oh, se le ocurrían muchisímas cosas para hacer con ella. Ó ¿qué tal sería echarla sobre la mesa y hacersélo allí mismo frente a todos? Sería una fantasía muy oscura y pecaminosa pero quizás valdría la pena el momento, ¿verdad?

―¿Qué dices, Kuroko?

Kagami y (...) esperaban la respuesta del peliceleste. El chico no había escuchado nada por imaginarse otras cosas, ¿qué había dicho (...)? Kuroko asintió con la cabeza, pese a que no sabía de qué hablaban. Eso le pasaba por pensar cosas que no debía.

―¡Perfecto! Entonces me voy ―(...) se levantó de su sitio y besó la mejilla de Kagami que se atragantó con la hamburguesa al sentir que Kuroko le pateó la entrepierna por debajo de la mesa―. Te espero en casa a las ocho, Kuroko. ¡Adiós!

―Kagami-kun, solo para aclarar ―empezó diciendo el pequeño―: no te acerques a (...)-san con segundas intenciones.

El pelirrojo tragó con dificultad y se sobó la entrepierna adolorida mientras una lagrimita corría por su mejilla izquierda, ¿por qué diablos le había pateado?

Cerca de la hora acordada (...) iba de un lado a otro mientras preparaba el lugar de estudio en su habitación. Estaba segura que si estaba con Kuroko le ayudaría mucho con el trabajo de Japón clásico.

Veinte minutos después se asomó por la puerta y se asustó al ver a Kuroko a punto de tocar el timbre.

—Pensé que no llegarías, pasa.

—Buenas tardes, (...)-san.

La chica puso los ojos en blanco al escuchar a Kuroko siempre tan formal con ella, bueno en realidad era así con todos. Ése era el problema, que con ella no era especial.

―¿Quieres comer algo? —preguntó (...) cuando llegaron a la habitación.

«A ti», pensó Kuroko, pero lo disimuló muy bien y le negó con la cabeza. Le estaba costando mucho mantenerse educado porque lo que realmente quería era echarse sobre ella y hacerla suya.

Muy suya.

—¿Pasa algo?

No podía aguantar más, estaba dispuesto a ser rechazado pero el deseo le estaba volviendo un jodido psicópata sexual. ¿Acaso ella no podía verlo? ¿No podía ver las ganas que tenía de ella?

Muy despacio dejó su mochila en el suelo, se quitó la chaqueta bajo la atenta mirada de la chica que no le quitaba ojo a sus movimientos.

(...) no recibió respuesta por parte del chico, sólo se puso más nerviosa por la repentina cercanía de Kuroko contra su cuerpo. ¿Por qué la veía con aquellos ojos hambrientos y brillantes? ¿Se estaría enfermando?

KnB X Lectora (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora