KnB X Lectora (EDITANDO)

Rol-Play.

Academia Tōō

-«Azotes y latigazos: azotar a un sumiso es solo otra manera de acariciar, tocar y estimular a la otra personas a niveles físicos y psicológicos. Les esperamos en la Doma de este sábado.»
(...) releyó el mensaje de texto de su celular. ¿Un sumiso nuevo para el torneo de doma de ese mes? Estaba jodida pues su último sumiso había huido nada más enterarse de que ella era una de las que practicaban BDSM, al igual que la novia actual de Aomine. (La otra puntos :v xDDD)
-Decisiones, decisiones -murmuró (...) en alto aburrida.
Wakamatsu, el futuro capitán idiota del equipo, la miró de lado y puso mala cara. De nuevo.
-¡Oye, Leimän! -gritó el rubio y acto seguido (...) escondió el celular entre sus pechos como si con eso se libraría de los gritos de Wakamatsu-. Deja de perder tiempo.
«Si, si, seguro estás estresado y lo único que necesitas es un buen revolcón», pensó (...) mientras se levantaba del banquillo y caminaba hasta Satsuki.
-Oye, «Leimän», deja de perder tiempo -(...) imitó las palabras de Wakamatsu, cosa que jodía en sobre manera al rubio.
Y (...) lo sabía.
-Es Reimän, ¿cuándo aprenderás a...?
Alguien chocó con la espalda de (...) empujándola por accidente, quien a su vez empujó a Imayoshi haciéndolo caer al suelo. Ahí se había ido la última esperanza de encontrar un sumiso para el sábado.
-Lo siento, lo siento, lo siento -se disculpaba un pequeño y adorable joven de cabello castaño con el capitán Imayoshi.
«Mejillas rosadas humedecidas con lágrimas, alto grado de inocencia acompañado de una probabilidad del noventa y nueve por ciento de virginidad en un chico.»
Justo en ese instante a (...) se le ocurrió una idea muy interesante.
-Oh, Imayoshi ya no podrá ir conmigo -dijo (...) fingiendo estar hablando sola, el chico se puso más nervioso y volvió a disculparse unas cincuenta veces-. ¿Ahora quién va a acompañarme a mi «compromiso» el sábado?
-Ah, esto... Reimän-san -habló Sakurai muy nervioso, le costaba concentrarse cuando hablaba con ella-. ¿Qué sucede?
(...) se hizo como si acabará de notar a Sakurai y cambió su expresión de disgusto a una de esperanzada.
-Oh, pequeño Sakurai -lo tomó de las manos temblorosas como si fuera a besarle los nudillos-. ¿Me acompañarías a la convención de «Criaturas» este sábado? Imayoshi ya no podrá porque se ha lastimado.
El mencionado se levantó del suelo y (...) lo golpeó en la cara con un balón de forma que Sakurai no se dio cuenta.
-Esto es culpa así que... lo siento -volvió a decir el chico.
-«Si vuelves a decir eso te violo» -pensó (...) muy convencida-. ¿Te gustaría venir conmigo el sábado, Sakurai?

Aquel sábado Sakurai aprendió una valiosa lección de vida: nunca digas nada sin saber de qué va el asunto. Había pasado un mes desde aquel fin de semana loco y nuevo. Sufrió lo suyo, si, pero no fue tan malo mientras (...) estuvo con él enseñándole cómo actuar, qué hacer y decir en ciertos momentos. La experiencia no fue tan mala y por eso mismo aceptó seguir acompañando a la chica a sus «convenciones».

El mundo en el que ella se movía era... «peculiar». Jamás pensó que disfrutaría pero lo hizo. Y de qué manera. Al menos hasta que su corazón también pasó a ser propiedad de la ama fetich que tenía por «compañera» de juegos.

Eran amigos y compañeros del instituto pero Sakurai quería seguir siendo «ése» compañero para ella en sus dichosas convenciones. Imayoshi se estaba recuperando de su leve contusión lo cual para el honguito era malo. Porque volvería con el cuatro-ojos en vez de quedarse con él. Y por aquella simple razón había ido a la casa de su ama, a ponerle las cosas claras. Ella no iba a volver con otro que no fuera él.

-¿Lo hago, Ryō? -preguntó (...) de nuevo, muy cabreada-. Soy muy capaz de subirme a una mesa y desnudarme. Llamaría la atención de quien quisiera, lo sabes bien. ¿Un trío? ¿Un cuarteto? ¿Por qué no?

Sakurai apretó los puños al escuchar las palabras de (...).

Sólo de pensar que otros hombres tocaran a (...) y la sangre le hervía.