Fisio.

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EEUU, Hospital.

(...) iba corriendo a encontrarse con Nijimura, uno de sus pocos amigos del sexo opuesto que tenía. Por el pasillo se encontró con varias compañeras de prácticas que le contaron que había un nuevo paciente, al parecer un japonés muy «adorable».

—¡(...), buenos días!

La chica se volvió y se encontró con una mujer que vestía una bata blanca, era su fisioterapeuta jefa o algo asi.

—Buenos días, Kate, aunque son más de las tres de la tarde —murmuró (...) que llevaba unas carpetas con diagnosticos en las manos—. ¿Sucede algo?

La morena sonrió como una niña traviesa y (...) supo que eso no era nada bueno.

—Estás en los dos últimos meses de prácticas y para aprobarlas necesitas llevar un caso real de fisio, ya sabes a dónde quiero llegar con esto. El paciente que ha sido recientemente trasladado a terapía será tu paciente desde este mismo instante.

(...) desencajó la mandíbula sin poder creer lo que escuchaba, Kate sin esperar comentario por parte de la chica se marchó con fingida urgencia y dejó a (...) sola.

Suspirando rendida decidió ir a su sección en el hospital, pero antes de ello pasó a visitar al padre de Nijimura y cuando habló unos minutos con él se marchó a conocer a su paciente.

Al abrir la puerta y ver cómo estaba el paciente quedó completamente roja. ¿Qué hacía sin la bata y desnudo?
En el mundo existían varios tipos de hombres: los que eran escandalosos y pervertidos y no les importaba demostrarlo, y, los callados simulando ser tiernos pero que escondían una bestía salvaje en el interior. Y en este caso el hombre era...

Kiyoshi se sobresaltó un poco y de inmediato se dirigió a la enfermera que seguía sin moverse o decir nada.
Se puso frente a ella y muy despacio cerró la puerta poniendo el seguro.

(...) estaba atrapada en la esquina de la habitación con el chico frente a ella. ¿Por qué diablos estaba desnudo?

—¿Q-Qué hace levantado de la cama? —preguntó nerviosa pero él parecía no entenderla.

«¡Pues ¿cómo va a entenderme si habla japonés?!», se dijo (...).

Quería salir de la encerrona pero él no se movía, de hecho, parecía que no tenía esa intención.

—O-Oh, Dios —(...) dejó caer los papeles que llevaba, le temblaban las rodillas y el calor subía desde el vientre hasta sus mejillas.

Kiyoshi le dio la vuelta contra la puerta y pegó su cuerpo al de la chica, ¿por qué de repente se sentía tan excitado como para echarse encima de la chica?

Su cuerpo no mentía, la erección que presionaba contra aquel trasero respingón le confirmaba sus obvias sospechas.

—Es...

(...) no dijo nada, estaba hipnotizada viendo lo que asomaba entre sus piernas. Eso era «aquello» de los chicos, ¿verdad?

«Joder, es enorme.»

Definitivamente era «eso», a pesar de que llevaba puestas las bragas y el pantalón de tela blanco sentía lo caliente que estaba. Kiyoshi no podía dejar de mover las caderas cómo si de verdad la estuviese penetrando, el roce de la tela era muy intenso y placentero.

Ninguna protesta escapó de los labios de (...) mientras el chico le quitaba los pantalones juntos a las bragas. ¿Para qué resistirse a semejante especimen? Porque... viéndolo bien... era demasiado bueno.

Becky, la compañera de (...) encontró a Kate en su zona de trabajo, lo raro es que estaba pegada a la puerta de una habitación.

—¿Qué haces, Kate?

KnB X Lectora (EDITANDO)Where stories live. Discover now