29. Perdido

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Cruzaste la calle atenta a que ningún vehículo se acercara y continuaste tarareando la canción que venias escuchando. Con las manos en los bolsillos y mirada distraída, no fue sino hasta la tercer cuadra que notaste una figura siguiendote a un lado.
Se trataba de un perro de pelaje rubio y hocico prominente. Movía la cola amistosamente y su lengua colgaba hacia un lado.

– ¿Y tu de donde saliste, encanto?– te arrodillaste ante él y Palmeaste tus rodillas. El perro acercó su hocico y beso tu mano cariñosamente. Sonreiste a la vez que te quitabas los audífonos del oído. Acariciaste debajo de sus orejas y revisaste el collar – Spike, eh? Yo te veía mas cara de Bruster o Wilson.

Afortunadamente, el collar contaba con un número de teléfono. Marcaste el numero y no tardaron en contestar.

– ¿Hola?
– Creo que tu perro me siguió. Un golden retriever llamado Spike.
– ¡Si! Dios mio, es él. ¿Donde te encuentras?– preguntó el muchacho, denotandose el alivio en su voz.
– Avenida Massett, altura 546.
– No estoy muy lejos. Iré lo mas rápido que pueda –dijo el muchacho del otro lado de la linea antes de cortar.

A los pocos minutos, viste del otro lado de la cuadra a un chico corriendo en tu dirección.
– ¡Spike! ¡Muchacho!
El can ladró alegre y el chico, agitado, le rascó la cabeza y dejó besarse el rostro.
– Te tomaste muy literal eso de venir lo más rápido posible– dijiste divertida.
– Pues si, es mi mejor amigo. En serio, gracias.
– No tienes que agradecer. Estaba caminando a mi lado cuando me di cuenta de su presencia.
– Parece que le ágrafas, entonces. No suele ser confianzudo con extraños– comento el chico, pasándose una mano por el cabello y exhalando de un resoplido– Soy shawn, por cierto.

Le diste tu nombre y éste sonrió

– El mayor de los gustos– dijo extendiendo su mano. Ambos estrecharon manos y el chico agregó, metiendo la mano en el bolsillo delantero de su pantalón – si no estas ocupada, ¿quieres ir por un helado? Es lo mínimo que puedo hacer después de ayudarme a encontrar a mi perro.
– No vendría mal con este calor – sonreiste.

Ambos giraron en dirección opuesta y se dirigieron a una cafetería no muy lejana de donde se encontraban. En el camino, pudieron conocerse el uno al otro, encontrando similitudes en gustos de musica y películas.

(...)

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Shawn Mendes ImaginesWhere stories live. Discover now