36. Entrenamiento VI

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La chica blandió la espada en su mano, chocando contra la mía en estruendos metálicos enfurecidos. Tropecé al retrocer hacia atrás y esta tomó ventaja, más la arrojé al suelo al patear sus tobillos. Rodé sobre el piso y me incorporé, aguardando al próximo ataque de la joven. Lanzó un puñetazo y evadiéndolo, golpeé su espalda con mi codo y su cara con el escudo en otro giro.

— ¡Mas velocidad, Thalia!

Grayson observaba la pelea de brazos cruzados y gritaba recomendaciones o señalaba lo que hacíamos mal.

Alzó su escudo contra mí y ejerció fuerza, con la intención de arrojarme hacia atrás, más me corrí a un lado y arremetió con otro puñetazo, esta vez golpeando exitosamente mi cara.
Esta se detuvo, bajando su espada. La chica jadeo, agotada por el entrenamiento y señaló mi mejilla.

Los puntos se habían descocido.

Gruñí molesta y arrojé el escudo y espada al piso bruscamente, Gray y la chica observándome en silencio. Era la tercera vez que sucedía y le daban la razón a Shawn al decirme que no debía entrenar aún. No sabía si lo decía por la mejilla, lo cual era una estupidez, o sí aun seguía preocupado después de todo lo ocurrido.

Pero si él podía entrenar, yo también podía y nada iba a impedirlo.

El acostumbrarnos a vivir en campamento ajeno fue trabajoso al principio, mas los Kappas en su mayoría eran amables y mostraban interés en nuestro bienestar. Creía que tal vez era porque sentían lastima por nosotros, pero ese pensamiento estaba bajo la influencia de lo que solo oí acerca de ellos. Se mostraban hospitalarios y pacientes; incluso forjé una amistad con una chica llamada Mackenzie.

— Bebe esto— Mackenzie dejó sobre la mesa una pequeña vasija de madera con un líquido que olía a hierbas— Es un té de Astrágalo y Ginseng siberiano.
— No suenan a algo que tomaría — dije frunciendo el ceño, esperando a que dijera té verde o de jengibre.
— Son hierbas. Te ayudarán a recomponer la fuerza del cuerpo y disminuir las dolencias— respondió la chica de cabello enrulado.
— Pues es muy amable de tu parte, pero estoy bien. Gracias.
— Tu cuerpo estuvo al límite cuando enfermaste. Por poco mueres y dos semanas durmiendo no es forma de recuperarse. Ahora bebe.

Su preocupación por mi salud me arrancó una sonrisa y la complací bebiendo un largo sorbo de aquella infusión. Un gusto amargo inundó mis papilas gustativas y la sonrisa pasó a su rostro al ver mi expresión.

— ¿No tienen azúcar o algo así?— dije disgustada, dejando la vasija a un lado y llevándome a la boca un puñado de maní para contrarrestar la amargura en mi boca.
— No sabes apreciar un buen té cuando te lo ofrecen — se burló ella, terminándose la infusión de tres tragos. Al último trago, sus ojos se desviaron hacia un costado y alzó levemente una de sus cejas— Se acerca el enamoradizo.
— Deja de llamarlo así— susurré bajo mi aliento. Acto seguido, Shawn apareció con una diminuta sonrisa en su rostro, sentándose a mi lado. Mackenzie lo observó sonriente y apretó sus ojos al mirarme a mí— Debo ir a... sí. Pero la próxima te beberás ese té— se levantó y despidiéndose de ambos con un asentimiento de cabeza, se fue a quien sabe dónde.

Shawn plantó su mirada en mi rostro, y devolviéndole un par de reojos nerviosos, cerré los ojos y posé mis manos sobre el libro.

—De vuelta lo haces.
—¿Qué cosa?— preguntó él, apoyando sus codos sobre la mesa e inclinándose hacia adelante.
— Me miras y no dices nada. Y solo vuelves las cosas incómodas.
— Creí que te gustaba.
— Nunca dije que no, pero sé que me estás mirando la cicatriz— mi mano se deslizó hacia mi rostro, cubriendo mi mejilla y retomé la lectura, más no avancé cinco palabras antes de que el castaño hablase otra vez.
— No deberías cubrirla, ¿sabes?
— Si, si. Es parte de quién soy y no debo avergonzarme. Lo sé, pero...— suspiré y lo miré — No creo poder acostumbrarme todavía.

Una línea rojiza a lo largo de la mejilla con tres puntadas encima, y la cual se desviaba levemente hacia abajo, cerca del lóbulo de mi oído izquierdo, se había encarnado parcialmente en piel y parecía estar dispuesta a quedarse allí hasta el fin de mis días. No podía evitar estar consciente de ella y trataba de cubrirla con la mano siempre que podía.

Me disgustaba ver mi reflejo y no dejaba de pensar en lo que los demás pensarían. Me sentía observada, más sabía que estaba exagerando, pues era, después de todo, una simple cicatriz. No estaba siendo observaba y probablemente nadie le prestaba atención, más no podía evitar querer ocultarla.

— Eso, y porque te ves más ruda con ella— dijo sonriente. Incliné mi rostro y lo miré divertida— En serio— tomó mi mentón y su pulgar acarició la cicatriz con delicadeza. Observé sus ojos, los cuales miraban atentos y fijos la marca, con cierta dulzura en ellos. Separó los labios levemente y alzó la mirada. Suspiré al devolverle la mirada y mordí mi labio inferior.

No habíamos hablado desde aquella vez. Y quería decirle que lo había oído. Que había oído sus palabras y me dieron fuerzas. Le había dicho gracias, pero no era suficiente. No sentía que lo fuera. Pero era pésima expresandome y no sabia como traer el tema a la mesa.

— Te dije que no deberías entrenar todavía.
— Shawn, ya deja de decirme que hacer y que no. Es mi decisión el volver a entrenar y no tienes derecho a d-
— Lo sé, lo sé. Lo siento... Es que desde aquel día...
— ¿Qué?
Guardo silencio un momento, el cual se sintió eterno. Miró el libro sobre la mesa y luego me miró nuevamente, una dulce mueca dominando sus rasgos.
— Aquel día me di cuenta de lo mucho que me importas. Y de lo devastador que seria el tan sólo pensar en que ya no volvería a verte. Yo...— desvío la mirada hacia un lado y luego a la banca.
Pero antes de que hablase, pronuncié:
— Te oí aquel día— sus ojos llenos de sorpresa me miraron, y podía verlo atento a cada una de mis palabras— Y me diste fuerzas. Siempre lo hiciste. Y siendote sincera, me esforzaba al máximo a la hora de entrenar porque quería impresionarte.

Shawn río enternecido. Le sonreí y aparté la mirada, algo avergonzada por lo que acababa de decir. Era cierto y la actitud no me enorgullecía.

— ¿Tratabas de llamar mi atención?
— Ya, burlate si quieres. No sé porqué... — no pude continuar, puesto que sus labios estaban sobre los míos. Cerré mis ojos, embelesada y tomé su rostro entre mis manos. Segundos después, se apartó y apreté mis labios, sintiendo como zumbaban. Abrí los ojos lentamente y lo miré, bajando la mirada a sus rosados labios. Sin dudarlo, retomé el beso, acercando mi cuerpo al suyo y sus manos tomando mi cintura.

— ¿Así que oíste lo que te dije aquel día?— se apartó él contra su voluntad. Miró mis labios tentado y asentí— ¿Y bien?
— ¿Y bien que?— dije, simulando no comprender. Shawn frunció él ceño y cuando abrió la boca, un pico de mi parte impidió que hablara. Le sonreí divertida— Yo también — dije en regreso a sus palabras de aquel día.

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¿Charán? *se cierra el telón* Disculpad la tardanza. Fui a la feria del libro hoy y me compre como diez comics de TWD y el primer libro de los 100. Y uno de romance because why not.

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⏰ Last updated: May 08, 2017 ⏰

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Shawn Mendes ImaginesWhere stories live. Discover now