Shawn Mendes Imagines

34. Entrenamiento IV

A un paso considerablemente rápido, logramos alejarnos del campamento y para cuando la tarde caía sobre nuestros hombros, el bosque llegaba a su fin y colina abajo, un calmo río teñido de violeta por el ocaso desbordaba a lo largo hasta el horizonte.

Descendimos con cuidado, en especial Shawn y yo. Estaba más agotada en comparación de los demás y eso que la mitad del esfuerzo lo hacia Shawn por mí. Pronto un dolor de cabeza me atacó, y me sentía acalorada y sin fuerzas. Me pesaban los párpados y mi respiración era profunda y exagerada.

Ya llegando al final de la ladera, Shawn me soltó con cuidado y bajó al suelo de un salto, girándose y extendiendo sus brazos hacia mí. Estiré mi mano, flexionando mis rodillas y rozando mis dedos sobre la palma del chico. Trastabillé al bajar y los brazos de Shawn me rodearon por la cintura e inspiré por los dientes, cerrando los ojos con fuerza.

-¿Estas bien?
- Sí, sí- suspire apartándome. Me sentía exhausta y mis piernas se darían por vencidas en cualquier momento. Se me acercó y le insistí que me encontraba bien, más mis palabras no lo detuvieron. Posó la parte trasera de su palma contra mi frente y su expresión suave se tornó en un ceño fruncido.
-Algo está mal-murmuró, girándose hacia los demas -Estás ardiendo.
- Ahora no es un buen momento para coquetear conmigo- bromeé sonriendole débilmente. Me indicó que me quitara la chaqueta y se volvió hacia los demás y luego, al río. Me quité la prenda, sintiendo una débil puntada a un costado de mi torso. Estaba molesta por ser quién en peor estado estaba en el grupo. Y la repentina fiebre sólo tenía una explicación: la flecha con la que me hirieron estaba infectada.

Shawn volvió y dejó la chaqueta en el suelo, indicando que me sentara sobre ella. Me tendió la cantimplora metálica y bebí de ella con desesperación, hilos de agua saliéndose de las comisuras de mis labios. Sentía como la presión en la pierna por el pedazo de tela se aflojaba y el aire golpeó la herida luego de oír rajarse mis pantalones de un tirón.
- Tenemos que limpiar la herida y bajarte la fiebre lo antes posible- musitó él, mas para si mismo que para mí. Me quitó la cantimplora de las manos y arrojó el resto de agua encima de la pierna, mojando la herida y la tela de mi pantalón a mi alrededor. Gemí y tense la pierna, inclinando mi torso hacia adelante, mis ojos llenándose de lágrimas. La herida ardía como si el infierno mismo escupiera sobre ella.

Gruñi un par de palabrotas bajo mi aliento, y Shawn usó la parte limpia del retazo de tela para limpiar mi rostro. Apenas sentía la mejilla, entre el calor que mi cuerpo emanaba, la quemazón de la herida de flecha y la cefalea que estaba transitando.

Luego de quitar los restos de sangre de mi rostro y cuello, abrí los ojos y lo miré, el cansancio desbordante en ellos.

- Deberías descansar - dijo levantándose - Todos deberíamos. Ha sido un día difícil.
- Sabes que no me curaré a no ser que consigan el antídoto. Y la cosa empeora y ambos lo sabemos- desvíe la mirada al grupo, los cuales se establecieron a escasos metros del río. Rebecca, la chica del cabello trenzado que auxilié en el campamento se estaba lavando el brazo a la orilla del río, hilos de sangre combinados con agua deslizándose sobre su piel.

La oscuridad de la noche no tardó en llegar y el silencio entre nosotros se extendió hasta la mañana siguiente.

Despertando sin la cefalea sin dudas fue un verdadero placer, mas la oleada de calor seguía presente, siendo la insufrible razón de mi despertar. Escaseante de fuerzas, levanté mi torso, sosteniendo el peso sobre mis codos y una mueca de dolor brotó al ejercer fuerza. Me sentía ligeramente mejor que la noche anterior, claro está al no sentir que mi cabeza explotaría.

- ¿Como te sientes?- se acercó Grayson, sin camiseta y con una ligera y agradable sonrisa en su rostro.
- He estado mejor- respondí, sentándome y chequeando la herida de la pierna. Esta tenía una especie de costra verdosa en las esquinas y la sangre seca y oscura se compactó, deteniendo el sangrado- ¿Finnick y Rebecca?
- Fueron a chequear que no haya nadie en los alrededores. Ya que no tenemos hogar, esta triste parcela tendrá que bastarnos por ahora.

Cierto mareo me golpeó de pronto, a lo cual respondí cerrando los ojos lentamente y presionando mis dedos contra ambos lados de mi sien. Un dejo de sabor salado y metálico se percibió al fondo de mi garganta, lo cual me alarmó.

- ¿Crees que le harán lo mismo a otros clanes?- pregunté alzando apenas la mirada hacia él. El muchacho asintió y se cruzó de brazos, sus musculos tensandose ligeramente.
- Shawn propuso que nos refugiemos en el campamento más cercano. Desafortunadamente son dos: el de los Omegas y...
- Los Kappa- balbuceé - Sí.

Los Kappas y nuestro Clan no han sido precisamente los mejores Amigos. Chocabamos en opiniones y conflictos territoriales; los Kappas reclamando tierra que no era suya o calcandonos de bárbaros o ladrones. Y nosotros los llamábamos por apodos más hirientes y degradantes.

Así era la cosa entre ambos clanes en resumen.

- Quedarnos aquí mucho tiempo no es una opción. Estamos en un área muy abierta y desprotegidos- comentó él - así que sería bueno que te apresures y te sanes de una vez- agregó burlón.
- No depende de mí, lamentablemente.
- Ya se nos ocurrirá algo.
- Creo que me adelanté, mi querido amigo - saltó la voz de Shawn. Grayson se giró, dejándome ver a el chico de cabello castaño acercarse con un Omega atado de manos y con una cuchilla al cuello. Finnick y Rebecca le seguían detrás.

Ambos tomaron al Omega, arrojándolo al piso y Shawn quitándole una especie de cuaderno de cuerina mal cocido. Lo abrió y atrapó a tiempo un delgado tubo de vidrio con un contenido líquido amarillento en él- Mejor se lo dejo a nuestro nuevo amigo- dejó el objeto al lado del capturado y se acercó hacia nosotros - ¿Como te sientes?

Justo después de aquella pregunta, tosí toscamente, escupiendo sangre y sintiendo como la cefalea volvía desde el fondo de mi cabeza, preguntando si me había extrañado.

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SPOILER: PARA LA PROXIMA PARTE, SHAWN SIN CAMISA.