Capítulo 22

419 29 4
                                    


(alerta: Contenido indiscreto)

Salí del hospital tras una semana en cama, y fui directo al apartamento, no molesté a nadie del trabajo aunque sin duda debía ir para explicar lo que sucede, el embarazo ya era notorio, sería una estúpida mentirosa. Si no podía quedarme aquí, si me quitaban el empleo tendría que ir a otro lugar y no tengo ni idea de adonde más podría ir.

 El departamento estaba intacto, como si nada hubiera pasado, de hecho estaba demasiado limpio, fui a la lacena y la encontré llena de bolsas de supermercado y una nota en la encimera

"Sé que tienes a mi nieto, te pedí que te alejaras de él, pero preferiste continuar. Enfrenta las consecuencias". W.B.

Nuevamente su letra, en verdad me haría daño?, haría daño a mi hijo? Las preguntas flotaron en mi cabeza durante horas hasta caer dormida.

Sentía el tacto en mi espalda, me acariciaba, la sensación era fascinante provocaba algo grandioso en mi interior, fueron a mis caderas, mi cintura y mi vientre, el tacto más delicado, hasta puedo decir que lleno de amor. Era demasiado extraño, en exceso real. Me quede completamente congelada dudando entre si abrir los ojos o no y tras un corto tiempo los abrí, viré la cara y lo vi, junto a mí, sus ojos brillaban y sonreía hasta que notó que mis ojos se clavaban en él y su mirada fue de preocupación, estuve completamente segura de que lo único que quería hacer era salir de ahí y evitar que lo echara, y como lo predije se levantó inmediatamente de la cama, alcance a tomar un poco de su chamarra, evitando que se alejara más y se detuvo, el provoco algo extraño en mí, intenso, me sentía demasiado extraña, lo necesitaba, las hormonas hacían su trabajo.

-ya me voy, no tienes que echarme

-Cómo entraste aquí? , deja de perseguirme, a esto te dedicas ahora?, a perseguir a mujeres y acosarlas – estaba confundido.

-Tú quieres alejar a mi bebe yo solo cuido lo que es mío - Cambié de posición quedándome de rodillas* frente a él aun con su chamarra en mi mano, me acerque tanto como para sentir su aliento.

-nadie me ha notificado que somos de tu propiedad, eres problemas Ethan, estoy arriesgando mi vida por que estés aquí – dejé un leve beso en la comisura de sus labios.

-Qué estás haciendo?, si no me quieres cerca está bien pero no voy a dejarlos, estaré lo más alejado que pueda pero no me pidas que me vaya, porque no lo haré.

- al menos por hoy no quiero que estés lejos- besé sus labios, primero un beso casto, el apenas y separó sus labios aproveché el momento y me lancé a ellos, los besé con esfuerzo, él no se movía y por un momento pensé en alejarme y echarlo, coloqué mis manos en su cuello y al parecer eso era lo que estaba esperando, tomo mi cintura con firmeza y comenzó a mover sus labios, dulces, suaves y excitantes.

- Estas segura de esto?

- sigues usando esa pregunta?

- si no estoy mal, es nuestra segunda vez, quiero saber si estas segura y si lo que hagamos no lo dañará.

- deja de insinuar que es niño... no le pasará nada, solo sé delicado.

-lo seré, no sabes cuánto esperé este momento desde que me fui -  hablaba entre cada beso que dejaba en mi rostro y cuello – tenerte así, junto a mi.

- ya no hables por favor.

Y así lo hizo, dejo de hablar, bajé el zipper de su chamarra y se la saqué e inmediatamente subí su camisa y él se la sacó, tomo mi camiseta de mi pijama y también la extrajo, quedamos con el pecho descubierto y en contacto. Dejo besos en mi pecho mientras me dejaba acostada en la cama, bajo sus besos a mi vientre y se quedó ahí un momento, haciendo círculos con los dedos donde estaba su hijo o hija.

-Mi amor, papá está aquí y estaré con ustedes cuando lo necesiten, no puedo quedarme para siempre, lamento tanto fallarte de esta manera, pero nuestra vida es así.  Te prometo que nadie les hará daño, te lo juro.

Tome su rostro y lo miré a los ojos pero no dije nada, no quería llorar no ahora, tengo poco tiempo para estar con él y es mi única oportunidad para que las estúpidas hormonas se tranquilicen. Dejé que él me besara mientras inútilmente trataba de zafar el botón de su pantalón.

-Yo lo hago. – soltó su pantalón, bajo su ropa interior y luego lo mismo con mi pantalón y mi ropa interior, solo pensaba en sentirlo pero el parecía dudoso en hacerlo, tenía miedo de herir al bebé.

-estará bien, te lo prometo, tranquilo – se dejó llevar y tras torturarme un par de veces, estuvo dentro de mí, con cada movimiento decía cuanto nos amaba, me pidió perdón innumerables veces hasta que dejamos de sentir. Fue la mejor sensación del mundo, no solo por el sexo, sino porque era él, la persona que siempre amé, pero que nunca supe que lo hacía. Ahora tenía un conflicto en mí, si dejarlo quedarse porque realmente lo necesitaba u obligarlo a que se vaya en este momento porque me recordaba cada momento de dolor. 

Rogaba por despertar y volver a mis mañanas de instituto.

// 

Es lo más rápido que eh actualizado en años de escritura.

Bienvenid@s nuev@s lectors

El Hijo de un mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora