Fillie de la Lune

Pidiendo disculpas...

La luz del sol se coló por la ventana, iluminando el interior de la habitación. A causa de la luz, Deina no pudo evitar abrir los ojos. El sol parecía quemar. Sus ojos ardían y se sentían pesados. Poco a poco, comenzó a sentarse, viendo los alrededores de donde se encontraba. Estaba en una cama con sábanas azules. Una mesa de noche con una lámpara. Un armario grande y una ventana donde se veía la nieve caer.

Talló sus ojos con ambas manos. Su cabeza dolía y se sentía mareada. Su mareo creció al levantarse. Vio dos puertas. Se encaminó hacia una y la abrió. Era un baño. La otra puerta debía sacarla de la habitación. Sintió un ardor en su estómago. Colocó una mano en su boca. Corrió hacia el retrete y expulsó todo lo que pudo del licor que había ingerido ayer. Sus ojos lagrimearon un poco a causa del esfuerzo. Al acabar de volver el estómago, se levantó y fue al lavabo. Limpio con agua su boca y se secó con una toalla.

No pudo evitar mirar su reflejo. Tenía la piel muy pálida. Sus ojos estaban hinchados y rojos. Unas ojeras eran muy poco perceptibles, pero, un buen observador se daría cuenta. Salió del cuarto dispuesta a buscar a Jack, cuando, vio una nota encima de lo que parecía, una muda de ropa.

"Te traje esta ropa para que te puedas cambiar, después búscame afuera"

Sonrió. A pesar de lo que ocurrió ayer, el aún era amable. No recordaba mucho de lo que pasó ayer, pero, lo que nunca olvidaría, era esa mirada tan fría que le dio. Sacudió la cabeza y comenzó a cambiarse. Se colocó una blusa de manga corta color negra junto a un suéter del mismo color, unos jeans ajustados azul claro y unos converse blancos. Dejo la ropa que uso ayer en la cama y salió de la habitación. Pudo ver a Jack sentado en un sillón con un portarretratos en sus manos. Pensó en acercarse y ver la foto, pero, se quedó en su lugar.

-Buenos días...- dijo ella con voz algo ronca. Jack se volvió hacia ella.

-Buenos días... ¿Cómo amaneciste?- le pregunto mientras se ponía de pie y dejaba la foto en una mesa

-No muy bien, acabo de vomitar-

-En ese caso, ven y come algo para que esa resaca se vaya- Deina, insegura, fue hacia el largo mesón donde Jack se detuvo. Observo un plato de enchiladas verdes junto a un jugo de naranja y un vaso de leche.

-Vaya...no debiste haberte molestado en hacerlo...- dijo ella con algo de pena

-Necesitamos que estés lucida, así que cómelos- fue todo lo que el Guardián le dijo. Deina suspiro y tomo el primer bocado. Inmediatamente, sintió el intenso picor de la comida en su lengua.

-¡Carajo! ¡Esto está muy picante!- exclamo ella mientras jadeaba. Jack sonrió

-Eso quiere decir que hice un buen trabajo. Sigue comiendo- la castaña solo rodo los ojos y siguió comiendo. Al terminar, sentía su boca palpitante. Nunca había comido algo tan picante en su vida.

-Creo que ya se me bajo la resaca...- dijo antes de tomar un trago largo de leche