《 cero 》

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Una tarde fría de invierno, le vio recostada a aquella pared fuera de un establecimiento. Envolviendo con sus manos el cigarrillo que permanecía entre sus labios mientras la llama de su encendedor cumplía con su función. No era una mujer muy alta, era más bien de una estatura muy normal, pero Lisa estaba segura de que a su lado se vería mucho más estirada de lo que solía verse, quizás debido a sus zapatos de tacón.

Un abrigo de color beige caía hasta debajo de sus rodillas, debajo de esto, su blusa de vestir y su falda, todo era negro. Su cabello oscuro siendo partido a un lado, cayendo sobre su frente, cubriendo parte del costado derecho de su rostro, muy bien peinado. A Lisa le gustaba en demasía su aspecto. Un enrojecimiento se apoderó de sus facciones cuando la mujer se percibió de su potente mirada, y su corazón se disparó en bombeos frenéticos arremetiendo contra su pecho, amenazando con colapsar en algún momento.

Esa fue la primera vez que le vio, y a cuentas de sus deseos fervientes de verle en otra ocasión, entendió que su corazón fue flechado y capturado por aquella desconocida.

Las visitas a aquella calle se volvieron continuas, de cinco veces que iba, Lisa conseguía verle dos, si acaso una, pero le satisfacía que a pesar de ser pocas veces, siempre compartían miradas, y una que otra vez, recibía una sonrisa por parte de la mujer. Lisa pensó que no había otra cosa más perfecta.

Su encuentro de frente se dio no mucho después, siendo la pelinegra quien dio el primer paso. Ambas se notaban interesaas en la otra, pero por supuesto, la inmadurez de Lisa no le permitía ser quien se adelantase, en cambio aquella mujer, era toda una adulta ya, tal vez de unos ventiocho o treinta años, por lo tanto madura, y muy segura de lo que quería.

Lisa fue muy elogiada esa tarde, y ella no hizo más que sonrojarse y agradecer en mínimos susurros. La mujer que se presentó a sí misma como Rosé, le invitó a visitarle a su casa en su próximo encuentro. Y allí comenzó todo, con su sonrisa perforándole el corazón y haciéndole sentir en el cielo, siendo que pronto, esta le perforaría de forma diferente.

Sins. (ChaeLisa)Where stories live. Discover now