Parte 12

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Aprovechando que todavía había una gran algarabía en la casa decidí irme sin ser escuchada. Las muchas horas que pasé con ella no fueron suficientes para admirar lo preciosa que es. Creo que tenía una forma de sacarla y necesito comenzar a trabajar sobre el plan lo más pronto posible. Para eso necesitamos hacer las cosas tal cual las quiere R, seguirle la corriente y cuando menos se lo espere darle la estocada. Para eso debíamos evitar problemas y que me encontraran con ella aquí representaría uno muy grande.

Con mucho cuidado me zafé del agarre de Marina que dormía profundamente. Su cabello brillaba levemente con la luz que entraba por la ventana. Su semblante era de tranquilidad absoluta; me di cuenta que hasta para dormir era elegante, no abría la boca, ni en lo más mínimo a diferencia de mí que hasta babeaba cuando estaba cansada. Sonreí. Somos tan diferentes pero hay algo que nos une, eso ya no lo dudo. Me senté sobre la cama y segundos después escuché su voz.

-¿A dónde vas?-

-A casa.-

-¿Qué hora es?- Preguntó tallándose los ojos.

-Casi las cinco de la mañana- acaricié su rostro –duerme.-

-No quiero- sonreímos.

-Tengo trabajo en un par de horas, así que será mejor que me vaya- asintió de mala gana.

-Me quedaré sola en mi habitación- negué.

-Te queda más ser perra que chantajista- rió levemente.

-Tienes razón- se acercó más a mí y me abrazó.

-He conseguido que descanses una semana, aprovéchalo.-

-Gracias- estaba aferrada a mi cuello y yo a su cintura.

-Déjame sacarte de aquí.-

-No puedes- dijo tranquilamente sobre mi cuello.

-Deben haber letras chiquitas en el contrato, algo, déjame intentarlo, por favor.-

-¿Para qué?-

-Para que vivas tranquila, lo que te pasó pudo ser peor, no retes al destino.-

-Mi alma está capturada, Natasha.-

-Él puede tener muchas cosas tuyas pero tu alma no es una de esas cosas- acaricié su espalda –la vi cuando estábamos con Jade. Él ni siquiera sabe que esa parte de ti existe.-

-No quiero que te lastime, no me lo perdonaría- me alejé de ella y tomé su rostro entre mis manos.

-No puedo dejarte aquí y pelearé incluso contra ti y tus miedos para sacarte de aquí- le di un beso en la frente y caminé a la ventana. –Duerme- no esperé respuesta y salí del lugar en cuanto me aseguré de que nadie me veía.

Corrí al auto y me quedé ahí unos segundos, con la cabeza reclinada sobre el volante. Era una locura, una total y completa locura pero debía intentarlo. Por ella, por mí... por nosotras. Suena estúpido pero sé que hay algo de esperanza en el futuro, lo puedo sentir.

Llegué a casa con miedo, frustración, emoción, adrenalina, un poco de todo por lo que decidí acostarme un rato. Al iniciar mi turno comenzaría con el plan también. Me quedaba dormida cuando mi teléfono vibró; sonreí al ver el nombre de Marina y la serpiente que le puse al lado. Eres una cómoda almohada. Mi sonrisa se hizo aún más grande al ver su mensaje, no tardé en responderle: tomaré eso como un "gracias por venir. Te quiero". Podía salir terriblemente bien o terriblemente mal, afortunadamente fue lo primero: tómalo como un "eres un objeto cómodo para mí". Me eché a reír. "Duerme ya, dolor de culo, necesitas descansar". Unos segundos pasaron para leer su respuesta: "Culo que pudieras estar tocando ahora mismo ;) También tú duerme.

Almas CapturadasWhere stories live. Discover now