¿Odio O Amor?

Capitulo 2.

—Sabes que nunca lograras conquistarme Alvarez y lo sabes a la perfección —dije y me voltee para traer el vaso con agua.
 
Simon.

—Aqui esta —dijo entregándome un vaso con agua—. ¿Algo mas? —dijo notablemente molesta.

—Nada así esta bien.

—Como quieras —dijo y empezo a caminar hacia las escaleras.

—No pensaras irte sin despedirte de mi.

—¿Porque habría de hacerlo? —preguntó.

—Porque soy alguien encantador.

—Si creer eso te hace sentir bien.

—Claro que lo hace, porque es cierto, ahora ven si quieres que me valla de aquí.

—No caeré tan bajo, como todas tus novias —dijo avanzando su paso.

—Quisieras ser una de ellas —afirme.

—En tus sueños Alvarez —dijo y se perdió de mi vista.

Tenia que bajar, no podía quedarse allá arriba para siempre, me acomode en el sillón y ella no bajaba, y joder me estaba agarrando sueño.

(…)

Ambar.
Me acosté esperando que Simon Alvarez se fuera en cualquier momento, pero no fue así y aquí me encuentro tratando de despertarlo, ya es hora de irnos y el tiene que ir a su casa a cambiarse si es que le da tiempo.

—Alvarez despierta —dije pero el no se despertaba allí fue cuando vi el vaso con agua que le había llevado, seguía intacto, así que con cuidado lo agarre y en un ligero movimiento Alvarez tenia toda el agua enzima.

—¿Que te pasa? —preguntó mientras yo solo me limitaba a reir—. Esto no es gracioso, ¿porque me despertaste? —preguntó molestó.

—Claro que lo es —dije para luego reir, de nuevo—. Tienes que alistarte para ir a la universidad. Así que ahora tendrás que ir a tu casa a cambiarte en vez de quedarte en la mía.

—Ni que me hubieras dejado en una cama —se quejo.

—Aun así te quedaste en mi casa —dije y mire la hora en mi teléfono—. Vete, me estas atrasando.

—¿Siempre eres tan mandona? —cuestionó.

—Solo cuando lo veo necesario, ahora muevete, necesitó llevarte de tu casa.

—¿Desde cuando tan amable conmigo? —interrogó.

—Solo quiero que te largues de mi casa, de una vez por todas. Se esta haciendo tarde.

—Y que importa que se haga tarde.

—Podemos perdernos la primera hora de clases, así que te quiero en esa puerta ahora.

—Un por favor al menos —rodé los ojos.

—Por favor vete —dije claramente fastidiada.