cásate conmigo

"cuarenta por ciento"

—Enamorarte será más fácil de lo que pensé —comentó mientras nos sentábamos en una banca vacía que encontramos. 

Hice esfuerzos sobrehumanos para no retractarme de la decisión que había tomado.

El pelinegro había velado por mí desde los ocho años. Diez años cuidándome sin que yo me diera completamente cuenta. Podía dejar que él intentara conquistarme hasta la boda, además ya tenía cierta parte ganada, como un 30% de mi amor. 

—Nunca te subestimas —respondí. Hacía un frío horroroso que me obligaba a mantenerme cerca de él.

—No es eso. Es que el simple gesto de quedarte a mi lado me hace feliz y comienzo a creer que de verdad me quieres. 

—Yo si te quiero... El problema es que no te amo —a pesar de mis palabras, no dejó de sonreír. Entrelazó nuestras manos y acarició mis dedos, se sentía culpable.

—Me aburro... —balbuceé. 

— ¿Quieres algodón de azúcar? 

Asentí y nos levantamos para ir a comprar. En todos los lugares del parque había fila, nadie se salvaba. Nos colocamos detrás de un chico rubio y esperamos.

— ¿Qué harás si no logro enamorarte? —me preguntó de pronto. Lo miré a los ojos y algo me decía que temía de mi respuesta. Podía ver el dolor anticipado y era insoportable. No, jamás podría hacerle daño a JiMinnie. 

—Presiento que lo lograrás —sonreí para darle ánimos; podía odiarlo pero era incapaz de negar a aquella parte de mi ser que lo anhelaba.

Apretó más mi mano y tiró de mí hasta hacerme chocar contra su pecho. Besó mi cabello y me abrazó. ¿Acaso quería matarme o ya había comenzado con el plan "Enamora a YoonGi"? 

—Te amo, no lo olvides —y ahí íbamos de nuevo. 

— ¡La pareja feliz, ya es su turno! —me zafé del moreno cuando el chico rubio que estaba delante de nosotros nos gritó. Mientras comprábamos el chico no dejó de mirarnos.

— ¿Se te perdió algo? —me sorprendió escuchar el tono ácido de JiMin en su voz, parecía casi enojado. 

— ¿Él es tu novio? —le preguntó el chico sin inmutarse por la clara amenaza de Park. 

— ¿No te lo parece? —contestó él en el mismo tono. Me estaba asustando. 

—No, porque él no dijo que te amaba, incluso parece incómodo a tu lado.

—No es tu asunto.

—Sí lo es, porque si ustedes no son novios significa que él está soltero.... Y resulta que yo también lo estoy. 

Después todo pasó como un relámpago. El chico comenzó a reír mientras comía algodón de azúcar. JiMin se fue contra él, pero lo esquivó; el chico en lo que huía del pelinegro se tropezó conmigo y yo caí al suelo. Me golpeé la cabeza y lo único que pude ver durante cinco minutos fueron puntos negros sobre el cielo gris.

— ¡YoonGi! —gritó Park. Me ayudó a ponerme de pie y afirmó mi rostro con sus manos—. ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Espera a que atrape a ese idiota... 

—Estoy bien, estoy bien —lo repetí unas cuantas veces más para convencerme de que en realidad lo estaba. 

JiMin trató de perseguir al chico, pero lo detuve para que no cometiera una locura. Le dije que estaba mareado y volvimos a la banca.

—Sólo bromeaba, no seas tan dramático —le recriminé mientras nos sentábamos. Saqué un pedazo de mi algodón y me lo comí. Él se refregó la cara con las manos y se quedó así por un buen rato.