"secuencia de desastres"

11K 1.5K 769
                                    

 

Acaricié la mano de YoonGi. Ahora no lo hacía porque quisiera pedirle perdón —como acostumbré todos estos años—, sino que lo hice para que supiera que estaba allí con él, a su lado y que desde este día no lo abandonaría. 

—Park, no te duermas con el traje puesto —balbuceó cuándo me acosté en "nuestra" cama.

Veía las cosas como si estuvieran cubiertas de una neblina brillante y espumosa. Lo único que distinguía era lo hermoso que seguía luciendo él a pesar de estar cansado por un día tan agotador como nuestra boda. 

El alcohol se me subió a la cabeza enseguida; deseaba poseerlo entre mis brazos cuanto antes, de verdad lo deseaba. Pero reprimí mis impulsos y mantuve el poco autocontrol que me quedaba para quitarme el traje y ponerme el pijama.

—Mierda, estás tan ebrio. Juraba que volverías a besar a Tae. —No entendí de qué estaba hablando, ¿yo besar a Kim? Él me besó a mí. 

—Soy irresistible, lo siento. —Rió conmigo y se desvistió frente a mis ojos. Quedó en bóxer y abrí los ojos antes la confianza que teníamos de pronto. 

Él se dio cuenta e hizo una mueca.

—Ya estamos casados, es legal. Además no es la primera vez que me ves así. Si mal no recuerdo, estuvimos desnudos en esta habitación hace un tiempo. —Me perdí en ese glorioso momento. Aún sentía los nervios a flor de piel y las imágenes eran tan nítidas dentro de mi cabeza por culpa del alcohol, que me quedé imaginando y recordando lo que pasó y lo que pudo haber pasado.

—No seas un pervertido, ChimChim. —El menor me lanzó una almohada al darse cuenta de lo que pasaba por mi mente. Me reí y le invité a acostarse a mi lado. 

—Disculpa, pero ahora "es legal" —respondí con sus propias palabras.

[...]

Al otro día, mi cabeza era una bomba de tiempo. Beber dos noches seguidas no era lo más recomendable, pero se me quitó todo el dolor –o me obligué a dejar de quejarme- cuando no vi al rubio a mi lado. 

¿Había sido un sueño? 

Oh no, ¿y si soñé todo? ¿Si soñé que finalmente me había confesado y que nos casamos? No podría seguir viviendo así.

— ¡JiMin, es el día! —exclamó alguien. Era la voz de SunHee, que entró deprisa a mi habitación con los ojos tapados por su mano y se puso a dar saltos en el umbral. 

— ¿De qué día me hablas? —inquirí, asustado. 

— ¡Del cumpleaños! —gritó. Y mi vida se vino abajo. Todo había sido un sueño. Jamás besé a YoonGi, jamás me confesé, jamás nos casamos.

Froté mis ojos, arruinado como estaba no quería celebrar mi cumpleaños otra vez. No sería capaz de confesarme en la vida real. Por supuesto que todo había salido de las mil maravillas y me había casado con el inalcanzable Min YoonGi. Todo porque lo soñé. 

—Sun, no estoy de ánimos —repliqué, abatido. Sólo quería quedarme acostado hasta que me consumiera en mi miseria y muriera.

—Pero YoonGi te está esperando con el desayuno listo. Se enojará mucho si sabe que no quieres celebrar su cumpleaños. 

Me levanté de golpe. 

—¿Su cumpleaños? —susurré. 

—¡Lo olvidaste! Te va a matar. Estaba muy emocionado de que la boda fuera un día antes de su cumpleaños.

cásate conmigoWhere stories live. Discover now