"neverland"

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—¡JiMin, sal de aquí! ¡No puedes ver al novio! —gritaba HyunJae a todo lo que daban sus pulmones. Estaba estrangulándolo con la puerta para que saliera de mi habitación. 

Era algo exagerada; aún llevaba puesto el pijama y ni siquiera me había lavado el rostro todavía, así que no tenía nada de especial como para que ella se volviera loca.

—Sólo quiero darle un beso de buenos días, Kim —protestó él y asomó la cabeza por el umbral. 

Mis amigas se reían de la pelea entre la hermana de TaeHyung y el pelinegro, pero yo me apiadé de él y fui hasta la puerta para que dejara tranquila a la pobre organizadora que hoy estaba con los nervios de punta. 

—¿Con un beso nos dejas tranquilos? —le pregunté.

Él sonrió de medio lado y asintió, así que hice a un lado de HyunJae y lo besé en la mejilla. 

—Espera, eso no vale —reclamó. 

—Nunca especificaste donde tenía que ser el beso. Ahora vete o HyunJae arrancará uno por uno tus amados mechones negros. 

Le cerré la puerta en la cara y suspiré agotado. Controlar la risa en un día como este sería difícil.

La organizadora se puso a trabajar de inmediato: Ordenó las cosas que utilizaría y mandó a mis amigas a llamar a la "estilista" que me prepararía. Era algo incómodo ser analizado desde todos los ángulos por la chica como para que viniera otra persona a hacer lo mismo. 

En diez minutos, Soo volvió con una mujer alta y delgada vestida en un traje con estampado de leopardo. Me asustó que ella fuera mi estilista. Me asustó muchísimo.

Pero resultó que para vestir a otras personas no era tan mala. No cambió nada del traje que elegimos y comentó que lo mejor sería delinear mis ojos naturalmente para no parecer payaso. 

Estuve de acuerdo con ella y le agradé.

Alegó que lo primero que teníamos que hacer era relajarme, que sabía que era un día muy especial para mí, pero que también sería estresante. Le expliqué que no estaba nervioso, aunque solo lo dije para mentirme y mantener la cabeza sujeta al cuello durante el día. Mas la estilista era astuta y me obligó a tomar un baño de esencias florales.

Mientras me bañaba, me puse a pensar en la luna de miel. Sería un tema para cuando Park y yo dijéramos el "sí". Nos iríamos de viaje para las vacaciones de verano, quedaban tres semanas para salir de la escuela así que la espera tampoco sería muy extensa. De todas formas, sabía que tanto él como yo estábamos muy nerviosos con respecto a ese viaje y lo que sucedería allí. Sería la máxima prueba de si es que este matrimonio funcionaría o no.

La boda sería a la puesta de sol, a pedido de mi prometido que decía que era elemental que fuera a esa hora. Como a mí no me había importado, le dejé hacer lo que quisiera, pero ahora me arrepentía. Estar toda la mañana siendo arreglado para unas cuantas horas era devastador.

A las una, bajamos a comer y nos encontramos con el pelinegro y su madre que iban de un lado para otro hablando por celular. SunMi se encargaría de que todo saliera de acuerdo el plan de JiMin, y HyunJae de que nada se arruinara. Mi madre debía estar arreglándose en su habitación y mi padre buscando el pastel. Todos tenían una tarea para la boda, excepto yo. 

Cuando le comenté eso a Hye en el almuerzo, JiMin alcanzó a escuchar y rechistó.

—Por supuesto que no puedes hacer nada. Tu tarea es verte hermoso para mí y ser feliz por el resto de tu vida. No quiero abrumarte con los preparativos —habló, robándome un beso y volviendo a la carrera interminable a través del celular.

cásate conmigoWhere stories live. Discover now