"despedida de soltero pt. 2"

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La música sonaba hasta destirparme los oídos; había varios escenarios individuales con tubos y bailarinas por todos lados. Ellas eran exuberantes y estaban tan tapadas en maquillaje que eran irreconocibles. 

No fue difícil encontrar a Park, ebrio hasta más no poder saltaba al lado de Tae, quien bailaba en un tubo para su espectáculo personal. Era mejor que él le bailara a que lo hiciera otra. Pero estaban demasiado cerca y eso me ponía nervioso.

JungKook estaba tirando billetes a una chica que servía las cervezas, —quien se notaba a leguas que no era parte del show—, aunque eso no parecía importarle, ya que seguía desparramando dinero. HoSeok bebía y bebía un vaso tras otro y SeokJin miraba todo con la cara adolorida. Él no podía beber, así que era obvio que estaba sobrio y se daba cuenta de las obscenidades que sucedían a su alrededor.

Me acerqué a ellos con paso seguro y apresurado, tenía que mostrarme serio para que el pelinegro me hiciera caso. 

Sin embargo, en el preciso momento en que estuve lo suficientemente cerca para agarrarlo del brazo y tirarlo para que dejara de hacer el ridículo, ocurrió lo más inexplicable y raro que haya visto o imaginado en mi vida. 

TaeHyung besó a JiMin. Y JiMin besó a TaeHyung. Ambos se besaron.

Fue algo simple, casi un desliz por error, pero no pude evitar abrir los ojos y quedarme estático mirando la escena. 

Debían estar muy, pero muy ebrios para besarse. Y se me ocurrió una brillante idea: Las fotografías duraban para siempre. 

Saqué mi celular y les tomé una adorable foto de su romance de una noche. Se volvería loco mañana cuando se la mostrara.

Jin también lo miró y tenía la misma expresión que yo, diría que incluso más asustado. Se percató en mi presencia y se levantó hasta quedar a mi lado. 

—Por favor, dime que vienes para llevarme lejos de este lugar —gritó encima de la música. 

Le guiñé el ojo como un gesto para que se tranquilizara y confiara en mí.

Si quería sacar al pelinegro de allí, tendría que ponerme a trabajar de inmediato. 

Me subí a la plataforma donde ambos idiotas bailaban (ya habían dejado de besarse, pero seguían muy juntos) y me puse en el medio de los dos. JiMin perdió el equilibrio al verme y cayó de espaldas al suelo. Se levantó enseguida como si nunca se hubiese golpeado y se refregó los ojos repetidas veces mirándome.

—Hola, cariño. ¿No te alegras de verme? —exclamé junto a una sonrisa cargada de sarcasmo. 

—¡YoonGi! ¡¿Qué haces aquí?! —chilló aún sin poderlo creer. 

—¡Te vine a buscar! ¡Nos vamos ahora antes de que termines acostándote con TaeHyung!

—¿Irme? La fiesta recién empieza. Ven, baila conmigo. —Intentó sujetarme de la cintura, pero le di un empujón y cayó otra vez al suelo. No obstante, esta vez no se puso de pie y se quedó allí. Se durmió tan rápido como cayó. 

Con la ayuda de Jin sacamos a los chicos y los acomodamos en el auto. Procuré dejar bien separado a Kim de JiMin. El moreno tonto seguía dormido, pero Tae no y parecía que tenía energía para toda la noche.

El castaño se fue de copiloto y me comentó que fue idea de Tae hacer una despedida de solteros. Lo mataría cuando estuviera sobrio. 

Le dije a Jin que podía quedarse en mi casa, pero insistió en volver a la suya, así que le presté el auto en cuanto llegamos para que pudiera irse. Me despedí de él y le recordé que sería el padrino de bodas junto a Hye. Alegó que no había problemas, que ya lo sabía y que no podría olvidarlo.

Kim SeokJin como padrino de bodas era una historia un poco confusa. 

Hace dos meses, Hye me había pedido ser la madrina, y como era mi prima le dije que sí. El problema era el padrino, —ya que ella no quería estar con TaeHyung porque la haría reír sin parar en medio de la ceremonia—. Bom se pondría celosa si lo era Kook y KiHyun estaba descartado simplemente por ser KiHyun (y porque se pondrían a discutir por cualquier cosa). HoSeok recién se estaba adaptando a nosotros, además iría con Soo a la boda. El único que quedaba era Jin, y cuando se lo dije a mi prima se negó rotundamente. 

No le vi nada malo al chico. No pelearía ni la haría reír y nadie se pondría celoso, pero ella seguía negándose. Hasta que JiMin me dijo que tal vez a Hye le gustaba y por eso la ponía nerviosa ir con él.

Aún no se lo preguntaba, pero era una posibilidad. Y si yo había terminado enamorado del moreno después de ocho años... ¿Por qué ella no de Jin? 

El nombrado me ayudó a bajar a los chicos y después se marchó.

Mis amigas seguirían en mi habitación viendo películas o desordenando todo lo que encontraran. Dejé a Kook y a Tae en el cuarto de huéspedes. Ni siquiera me animé en limpiarles o quitarles la ropa para que estuvieran más cómodos. Quería ver la cara con la que despertarían mañana. Y por supuesto, la resaca.

JiMin fue otra cosa. A él lo arropé y le puse su pijama; estaba medio inconsciente cuando lo llevé a su cuarto, pero me pidió que por favor durmiera con él. Apestaba a alcohol y seguro intentaría algo en medio de la noche. Sin mencionar que seguía algo conmocionado por verlo besar a Tae. Accedí a su petición por cariño.

Era mi última noche como soltero y tal vez debí haberla pasado solo en mi habitación para añorar la soledad y la independencia, pero preferí pasarlo con un JiMin ebrio por una simple razón. 

—Oye... —susurré a su oído cuando me acosté a su lado. Él se removió un poco y roncó. Creí que se había dormido, pero carraspeó y murmuró algo.

—Dime, Yoon —replicó, arrastrando las palabras. 

—Yo no fe gamo.  

Eso lo hizo despertar de inmediato y mirarme con los ojos desorbitados, pero seguros. 

—Pero tu dijiste que... que... —balbuceó. 

Le sonreí y lo besé con cuidado. No me causó asco su estado.

—Ya sé lo que dije, pero te quiero aclarar que ya no fe gamo, sino que te amo. —Y eso pareció calmarlo, porque susurró algo como un "yo también" y por fin se durmió profundamente. 

Yo no lo pude hacer hasta entrada la madrugada. 

En unas cuantas horas más estaría casándome con el chico que tenía a mi lado y me ponía a pensar en todo lo que pasé durante ocho años. Desde que lo vi llegar hasta el día que confesó por primera vez que me amaba.

Me dormí con un solo pensamiento: Que era afortunado de tenerlo y que lo sería mucho más cuando se convirtiera en mi esposo.

cásate conmigoWhere stories live. Discover now