Capítulo 10

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—¡Harry!

El pequeño sentía unas cálidas manos por su rostro, acariciando sus mejillas, dándole tranquilidad.

—¡Harry, ricitos, despierta!

Volvió a la realidad al sentir una presión en sus labios, se sentía tan suave y dulce, alguien lo estaba besando.

Abrió los ojos de golpe, encontrándose con un castaño de ojos azules que lo miraba con preocupación, estaba sentando a la orilla de su cama.

Fue entonces cuando recordó todo, miro su cuerpo y se sorprendió al notar que estaba vestido, además no sentía dolor, parecía como si nada hubiera pasado.

Louis lo miraba confundido, con una ceja alzada, intentando entender las acciones del rizado.

—Louis, ¿qué pasó?

El mayor se acercó más a el, poniendo nervioso a Harry, pero se sorprendió al sentir los brazos del mayor al rededor de su cuerpo, pegándolo a el, dándole un fuerte abrazo lleno de sentimientos.

—Por Dios Harry, me asusté tanto, cuando me viste te pusiste todo pálido y te desmayaste, ¿estás bien? Te ves más delgado y débil.

El pequeño dio un gran suspiro de alivio, todo había sido un sueño, lo había sentido tan real, pero agradecía que no lo haya sido.

Le devolvió el abrazo al castaño, temiendo que también aquél momento sea un sueño y que en realidad Louis no estaba con el.

—La verdad es que no, no estoy bien, he estado muy triste desde que me dejaste, te necesito Daddy.

El rizado miró al ojiazul, tenía los ojitos cristalizados, había extrañado tanto al mayor que no podría soportar que lo dejara de nuevo.

—Lo siento tanto bebito, creí que sería lo mejor, sólo te causaba problemas, era egoísta porque sólo me preocupaba por mí, pero me di cuenta que prefiero ser un egoísta a tener que estar otro día sin ti, te extraño tanto, me siento tan culpable por todo lo que te he hecho que no merezco tu perdón, sólo quería verte una vez más para así salir de tu vida y dejar que la vivas con alguien que te merezca.

Los ojos del ojiazul estaban rojos, como si quisiera llorar, se levantó de la cama en dirección a la puerta, no podía dejar que Harry lo viera así, tenía que salir de ahí, pero unos brazos se lo impidieron.

—Lou, por favor, no te vayas, no quiero estar con nadie más, quiero estar contigo, quiero a mi Daddy, no me dejes, no otra vez, te lo ruego.

Aquellas palabras salían entrecortadas por los fuertes sollozos del pequeño, se aferró al ojiazul, ocultando su rostro en su espalda, las lágrimas caían sin control, estaba desesperado, necesitaba a Louis.

—Pequeño...

—¡No! ¡No te dejaré, te quiero Louis!

El ojiazul abrió los ojos sorprendido por lo que acababa de escuchar, su corazón empezó a latir a un ritmo más acelerado, aquel pequeño podía con el, ahora más que nunca estaba seguro de algo.

Le gustaba Harry, mucho, tal vez demasiado.

Tomó las delicadas manos del pequeño, haciéndo que deje de abrazarlo para poder girarse y quedar frente a el.

Lo miró, tenía la cabeza gacha, estaba completamente sonrojado, se veía tan lindo que Louis no pudo resistirlo más.

Tomó el rostro del menor con ambas manos para poder plantarle un profundo beso, lleno de desesperación y muchos sentimientos.

Sus labios se movían rápido, y sus lenguas luchaban por acaparar la boca del otro, extrañaban ése íntimo contacto, se necesitaban, sus labios encajaban a la perfección.

Baby Boy [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora