Parte 1: Inocencia

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Parpadeo intentando despertar completamente, pero entonces lo sintió, el aliento caliente contra su cuello y aquel brazo tomándolo de la cintura

­─así que despertaste─ susurro aquella voz en el oído del ojiazul antes de morder con suficiente fuerza el cuello del pelinegro dejando una marca violácea.

Alec miro hacia las ventanas observando el árido paisaje de Edom aun incapaz de saberse en el infierno , las rojizas nubes cubrían el cielo solo acentuando el cruel paisaje y entonces lo sintió , la creciente excitación del ojinegro que aún se encontraba en su interior , haciéndolo cerrar los ojos mientras aquellas manos lo tomaban de la cintura comenzando con las embestidas , las cálidas lagrimas surcaron aquellos orbes azules y es que aunque intentara deshacer el fuerte agarre de su cintura no era capaz de lograrlo sintiéndose demasiado débil por ser incapaz de defenderse.

Alec intento liberarse de aquel férreo agarre, pero eso logro que el rubio lo embistiera con mayor violencia arrancándole un gemido de dolor al ojiazul y es que después de que Sebastián hubiese abusado de su cuerpo hasta que termino inconsciente hizo pensar al nephlim de que el rubio estaría al menos aburrido de someterlo y lo dejaría solo durante algunas horas dándose cuenta de su error al sentir las manos de aquel hombre recorriendo su cuerpo, aunque aquella tortura termino rápido dejándolo libre.

─volveré pronto─ susurro Sebastián antes de forzar un beso que supo a veneno para el ojiazul ya que después de algunos segundos totalmente vestido el rubio abandono la alcoba del pelinegro que aun acostado entre las sabanas carmín emitía suaves sollozos. Después de lo que para alec parecieron horas se incorporó en la cama tomando la bata azul que no tardo en ocultar su evidente desnudez pero cuando el nephlim intento ponerse de pie se dio cuenta de aquel dolor en su cadera haciéndolo caer al piso mientras las lágrimas descendían de sus orbes azules ya que el saberse como el desfogue de Sebastián lo atormentaba aun así haciendo un esfuerzo por ponerse de pie camino hacia el closet tomando lo primero que vio y sin importarle nada más se encerró en el baño donde el agua se llevó los rastros de lágrimas , semen y sangre.

Alec se sentía sucio ya que a pesar de todo recordaba las manos de Sebastián recorriendo su cuerpo , recordaba a Sebastián sometiéndolo y marcándolo día a día , el agudo dolor en su cadera era un constante recordatorio ,el saber que negarse a cualquier cosa podría provocar daño a las personas que le importan le resultaba una tortura casi igual que el ser sometido , no importaba cuanto el quisiera a sus padres , a su hermana Isabelle , a su parabatai , al amor de su vida que es y siempre será Magnus , a Clary e incluso Simón.

Ninguno de ellos habia hecho el intento de buscarlo , él sabía perfectamente que nunca fue , será o es la prioridad de nadie, no de sus padres demasiado ocupados en sus mentiras y engaños, ni de su hermana ocupada en su tórrido romance con Simón, ni de Jace su parabatai quien solo vive para pensar en Clary , mucho menos de Magnus quien seguramente ni siquiera recordaría el hecho de haber salido con un inútil cazador de sombras que casi muere el día en que por estúpido intento matar a un demonio.


El saberse tan trivial para el hombre que ama le destroza el corazón, aun no entiende por qué Magnus desperdicio su tiempo con él, un inexperto cazador de sombras, la sombra de Jace Herondale.


Tomando un sorbo de café observo a sus acompañantes que al igual que el estaban preocupados por aquel ojiazul.

─esto no está funcionando─ murmuro molesto el rubio que al igual que el resto portaba grandes ojeras.

─ya te lo he dicho, al menos de que salgan de esa dimensión no podré hacer nada─

Alma Corrompida  parte 2 : FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora