10. La mitad de un corazón roto

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La mitad de un corazón roto

Levi. A

—¡Blanquita! ¡Eren!

Ambos volteamos al mismo tiempo y en cuanto vi a la persona que estaba ahí, parada con una sonrisa casi tétrica, la sangre se me he heló en el cuerpo.

—Qué bueno que los encuentro juntos.

Tragué saliva con dificultad y un vértigo atravesó como rayo mi columna vertebral, lo peor de todo es que Jean no venía solo, con él venía todo su séquito de amigos idiotas y eso sólo me hizo sentir más acorralado y asfixiado. El cretino de Jean metió las manos en los bolsillos de sus pantalones de mezclilla de manera casual, luego se atrevió a dar un par de pasos a la camilla en donde Eren seguía recostado, me tensé por completo, sabiendo lo que este idiota estaba planeando.

—Lárgate de aquí, maldito bastardo— Dijo Eren, más que decir a mí sonó a gruñido.

—Qué frío— Respondió con tono divertido Jean, haciendo que desde luego la irritación de Eren creciera.— Vine porque estoy preocupado por un viejo amigo que esta en la enfermería. Quería asegurarme de que estuvieras bien.

—No soy tu amigo, así que ya puedes ir moviendo el culo lejos de aquí. Estamos ocupados.

Jean volteó a verme a mí después de que Eren dijera eso último, enarcó una ceja y me miró con cierta burla y otra cosa que no pude reconocer, pero no pude evitar sentir miedo sabiendo lo que él era capaz. De alguna forma se las había arreglado para interferir justo cuando pensaba contarle toda la verdad a Eren, estaba comenzando a pensar que este sujeto con cara de caballo frente a mí realmente era un jodido demonio. Me coloqué de pie de donde estaba sentado y camine apenas unos cuantos pasos cerca de Jean, tenía las palmas de mis manos juntas, como rogando porque no hiciera cualquier cochinada que pensara hacer, le estaba rogando con la mirada y él lo sabía, pero no le importó. Al contrario, ensanchó aún más su sonrisa y me abrazó con rudeza por lo hombros, atrayéndome a su cuerpo; quise vomitar en ese momento.

—¿Ya pensabas comerte a mi blanquita, bastardo?— Jean se inclinó hasta mi altura y tronó un sonoro beso en mi mejilla, rápidamente intente alejarme pero sólo logre que me apretara las mejillas con más fuerza.— ¡Tan típico de ti!

Eren se levantó de la camilla de un salto rápido y brusco, frunciendo el ceño y cerrando los puños a cada lado de su cuerpo. Pero a pesar de que todo en él gritaba furia y una posible destrucción del planeta completo, Jean seguía sonriendo con arrogancia y burla.

—¡Suéltala, Jean!

Ladró con bastante enojo el castaño, el asqueroso cara de caballo bufó como si la situación lo estuviera aburriendo y de un movimiento un tanto repentino y brusco me soltó, dándome un último empujón que hizo que prácticamente terminara tropezando contra los brazos de Eren.

—Ya, ya, relájate Jaeger.

Rodó los ojos y volvió a su antigua pose de completa despreocupación; Eren bajó la mirada un tanto preocupado y preguntó que si estaba bien, a lo que respondí con un asentimiento de cabeza pero sin ser capaz de mirarlo a los ojos ya. Se formó un silencio incomodo en el que Jean aprovechó para sacar un cigarro de uno de sus bolsillos de su chaqueta, para luego encenderlo y fumarlo. Yo estaba más que muerto de nervios y miedo, estaba temiendo lo peor, pero era como si ese bastardo de Kirstein no tuviera intenciones de revelarle a Eren que yo era un chico, aún. Le dio una larga calada a su cigarro y casi enseguida dejó escapar el blanco humo por su boca.

—Verás, Eren— Habló nuevamente Jean, con toda la calma del mundo.— He superado lo que pasó con Mikasa, pero tú y yo sabemos que no iba a quedarme con los brazos cruzados.

Like a girl; EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora