Capítulo 4

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"Sumergido entre los recuerdos aún espera que el camino que eligió lo lleve a la felicidad"


Visito el lugar de espera, se sentó en el viejo árbol, y coloco sus manos hacia atrás de su cabeza, observo las pequeñas almas danzar sobre el río que se las llevaba, escucho algunas aves graznar, miro el cielo, tan negro, tan vacío si no fuese por las nubes que de vez en cuando se arremolinaban.

Ya habían pasado 3 días desde que su pequeño se había ido, comprendía que no había pasado tanto tiempo desde su partida pero aun así no podía dejar de preguntarse como estaría el pequeño zorro en aquel lugar, en su rostro se dibujó una sonrisa de lado, recordando aquella palabra "pequeño", desde que ambos se conocieron siempre se dirigió hacia él con aquella palabra que si bien en un principio era despectiva haciendo referencia a su tamaño poco a poco se volvió una palabra llena de amor hacia su persona.

Se echó para atrás para reposar más su espalda en el tronco, miro las hojas del frondoso árbol, suspiro, la briza ondeo las hojas dejando caer algunas que ya estaban casi sueltas, una de ellas cayo en el regazo del joven, llevo su mano hacia ella y la miro detenidamente, en su mente no pudo evitar imaginar a su amigo cada día haciendo lo imposible para recibir su amado lo más impecable posible, apretó la hoja, no pudo evitar soltar una mueca de desagrado, detestaba con todo su ser ver a aquel que era vida misma en un lugar de muerte quedando rezagado en una jaula que llevaba como nombre promesa, se había dedicado a saber sobre aquella alma después del segundo milenio en el cual su amado aún seguía a la espera de su regreso, pero lo único que encontró fue la incongruencia misma que jamás debió existir.

Si bien el alma que había prendado al pequeño era meramente humana dentro de ella había algo que no le permitía llegar al infierno tal cual, dejando solo un bucle de reencarnaciones sin aparente razón de ser, ¿Pero que era aquel secreto que resguardaba su alma? ¿Acaso era el castigo del pequeño zorro enamorarse de alguien que jamás volvería a ver? Meneo la cabeza, no, no era el momento de pensar aquello que desde hace siglos le carcomía por dentro, si bien ya había hecho varias teorías acerca de su extraño encuentro no quería imaginar ahora que había logrado al fin poder darle una oportunidad a su amado amigo que este fuera solo un camino sin salida, suspiro nuevamente, el amor era tan complicado se dijo a si mismo siendo el presa de aquel sentimiento que jamás pensó sentir siendo un demonio.

El nacimiento de un demonio se debía siempre por dos causas, la primera por la creación de su amo y señor, aunque se creyese que los demonios eran eternos esto no era siempre así, con el paso del tiempo ellos también perdían la llama que les hacía poder moverse libremente en el suelo infernal, por ello cuando las ultimas llamas se hacían presentes el demonio era consiente que pronto solo se volvería humo y cenizas por lo tanto tendría que dejar a alguien más que se encargara de hacer sus tareas, a veces cuando el demonio era demasiado viejo y fuerte el mismo creaba a su "sucesor" pero cuando este no era el caso el demonio simplemente se esfumaba hasta que el mismo Rey era consciente de su partida, tomando del suelo sus cenizas y moldeando un nuevo ser, la segunda y más difícil de lograr era que un alma humana fuera merecedora por sus crímenes de reencarnarse en un demonio, esto claro está que no debía ser cualquier pecador, pues si así fuera el infierno estaría lleno de demonios y no de almas quemándose en el fuego infernal.

Pocos humanos reencarnados habían logrado este hecho, si bien había conocido rumores que algunos aún se encontraban entre ellos jamás pudo conocerlos en persona, o al menos eso había creído, nunca fue de las personas que se metieran en los asuntos de los demás, desde que tenía memoria sabía que lo único que tenía que hacer era cazar a las almas que en su propio infierno habían ido a parar como castigo de sus pecados, él mismo como verdugo no podía permitirse tener algo más en su cabeza que solo el pensamiento de hacer sufrir sin reparo a las almas que debían pagar por sus pecados.

Un Dios enamorado →【Puzzleshipping/Blindshipping】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora