Un Dios enamorado →【Puzzleshipping/Blindshipping】

Capítulo 6

"Y en sus sueños el recuerdo imborrable se hace presente, sin saberlo ambos luchan para poder tocarse pero cada uno había caído en un mundo diferente"

Escucho su voz llamándole, nuevamente se encontraba sumergido entre la oscuridad, tratando de encontrarle, pero cada vez que la voz se sentía cerca de él la neblina le cubría haciendo que este quedara desorientado, maldecía para sí mismo, siempre tan cerca y al mismo tiempo tan lejos, al final la voz desaparecía y se quedaba sumergido en la oscuridad.

Se levantó agitado, desde hace días sus sueños se volvían cada vez más intensos y repetitivos, suspiro al ver la hora, 4:00 a.m. se llevó la mano a la sien, sabía que debía dormir, había quedado salir con el "primo" de Rebeca, aquel pensamiento le dibujo una sonrisa en el rostro, el chico le había llamado la atención aunque no sabía explicar el porqué. Se recostó nuevamente, ahora con la imagen de aquellos orbes que parecían joyas se dijo a si mismo que podría conciliar un buen sueño, y así fue las pesadillas se habían apartado por lo que restaba de la noche, pero aquel sueño que no pudo recordar cuando despertó le había llevado a despertar después de la hora en que había puesto la alarma.

Corrió a la regadera y se dio una rápida ducha, bajo por las escaleras para dirigirse hacia la salida, miro a su primo que estaba barriendo la entrada.

–Al parecer el bello durmiente ya se despertó –sonrió ante la visión de su primo descolocado corriendo por las escaleras.

–¡Cállate Seto! –grito el tricolor mientras se perdía entre las escaleras.

(__)

Corrió todo lo que le daban las piernas hasta llegar al punto de reunión, miro su reloj, había pasado media hora desde la hora acordada, suspiro desanimado, no había pasado ningún taxi que lo pudiera llevar, simplemente corrió hasta el lugar, pero cuál fue su sorpresa al ver que estaba en la banca del parque viendo las aves.

Antes de dirigirse a él aprovecho la cercanía de una fuente para verse a sí mismo, lo más seguro es que se encontrase algo desarreglado por el "viaje", se acomodó el pelo volviendo a sus puntas perfectas, se fajo la camisa negra, se acomodó la sudadera gris y sonrió al verse impecable, volvió a dirigirle una mirada al chico, le parecía realmente tierno, traía un pantalón de mezclilla, una camisa blanca holgada y un suéter color turquesa en corte V, se dirigió hacia él, que al mirarle le sonrió dulcemente haciendo que quedara embobado ante su bella imagen.

–Lamento la tardanza –unió sus manos en forma de disculpa pero el chico solo le sonrió.

–Me alegra que hayas podido venir.

El silencio se estableció, realmente no sabía el mayor de ellos porque había aceptado la extraña petición de su amiga de la infancia, aunque en un principio acepto hacerlo para saber sobre la salud del de ojo amatista, se sintió nervioso al no saber de qué hablar además de ello.

–Y bien ¿Ya te encuentras mejor? –pregunto mientras se sentaba junto al menor.

Vio al chico bajar la mirada mientras jugaba con sus dedos, aquel gesto le pareció adorable.

–Lamento lo que les hice pasar ese día –le miró fijamente con un rostro afligido.

–Lo importante es que estés bien –le sonrió –nos preocupaste demasiado –repuso guiñándole un ojo aquello hizo que el amatista se sonrojara haciendo que el ojo rubí se preocupara –¿Estás seguro que te encuentras bien? Si te sientes mal puedo llevarte a casa.

–¡No! –exclamo dejando al más alto de los dos asombrado por su respuesta tan efusiva –Yo.. no, solo... –suspiro para espabilarse –No por favor yo quería decirte que...–se detuvo al ver la mirada del chico que le hacía desbocar el corazón –agradecerte por haberme cargado y llevarme a casa–se mordió el labio por su cobardía y se levantó para irse directo con Rebeca, pero antes de que pudiera dar un paso su brazo fue detenido por la mano del de ojos rubíes.