Los amantes

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"La promesa de un destino distante es la que nos mantenía en un ciclo sin fin en este laberinto donde ninguno de los dos podía tocarse ni verse"


–¿Por qué? –apretó los puños.

–No es posible.

–Pero no puedo evitarlo, algo dentro de mí, desde que él llego, algo afloro, y no puedo dejar de pensar en él ¿Por qué no puedo hacerlo mío? ¿Acaso no soy el Rey?

–Lo eres, y por ello no puede ser.

–¡¿Entonces de que me sirve ser el Rey si no puedo hacer nada?! –espeto con furia.

–Tu confundes tu puesto con el título, un Rey sirve a su pueblo, simple y sencillo y por ello no puede entregar su corazón a una sola persona de su Reino, un Rey debe amar por igual a cada uno de sus hijos.

–Pero yo los amo, a cada uno... aun así no puedo evitar sentir esta sensación de opresión, yo... siento que solo él podrá acabar este sufrimiento...

Silencio, solo hubo silencio, mientras el Rey del averno observaba con detenimiento el recuerdo, aquel que le causaba tanto dolor, sin memoria, sin angustia, sin sentimientos aparentes solo había algo inequívoco y eso era que le amaba, el por qué no lo sabía, solo fue así, un simple flechazo a primera vista cuando su alma había caído en el averno, miro su inusual forma, le recordó a alguien aunque no sabía bien a quien, su piel tan blanca como el mármol, al principio pensó que su alma aún seguía difusa por ello su cuerpo desprendía un brillo especial pero no fue así, se atrevió a tocar su brazo, era tan suave y delicada, sintió su mirada, le observaba, seguía confundido pero en sus ojos se reflejaba algo tan inusual que encontrarlo en el infierno era como encontrar agua en el desierto, sus orbes brillaban como dos hermosas gemas, soltó su mano a regañadientes y poso su mano derecha en su mejilla, en su mente la pregunta estaba hecha ¿Cómo su alma humana había reencarnado en un demonio siendo tan bella?

Miro sus rosados y tersos labios, quiso sentirlos, se atrevió a hacerlo pero jamás llego la oportunidad, su fiel guardia había traído los instrumentos junto con su corte, pronto vio a su amada alma cubrirse en el aceroso fuego infernal, pero él no se inmuto solo le veía atento buscando la mirada de su Rey, pero el no pudo sino bajar su mirada, ¿Cómo podría verlo a los ojos después de lo que le había hecho? Pero aquel mal sabor de boca le había hecho cometer el mayor error que después sería la pena que le afligiría, solo basto un par de segundos para amarlo, pero el sabia la verdad que aquel amor no era pasajero, sentía que ambos en un momento tan lejano se pertenecieron, suspiro lamentándose, cada día, cada hora, cada momento le añoraba, como el amante añora los labios de su compañero, aunque nunca hubo un beso, aunque solo fue un segundo y un simple rose, ahora después de haber vagado en el infierno por fin se sentía tan malditamente condenado, ¿De que servía ser Rey si no podía amarle como le amaba?

Nuevamente regreso al presente, de vez en cuando mandaba a alguna de sus aves carroñeras a vigilarlo por él, si bien sabía dónde estaba puesto que era el Rey siempre quería saber más sobre su persona, le amaba, lo que hacía preocupar a su corte, y aquello hacia cada día y noche enfrentarse nuevamente con aquel Rey sin cuerpo.

Si alguna vez se sintió vendito por haber sido elegido como el portador, ahora maldecía aquel día, ¿Cuánto puede vivir un demonio? Cuando la chispa se va de sus ojos poco a poco la flama se extingue y en simple cenizas se vuelve, suspiro hondo, el detestaba ser Rey, imaginar que la flama de su amado se extinguía antes de poder ser libre le causaba un miedo que jamás creyó sentir, por otra parte después de la sucesión su alma seria juzgada, el final del camino era solo uno y en ese final no estaba él.

–Cualquier cosa, lo que sea, todo lo que tengo lo daría por solo un instante ser de él y que él sea mío –exclamo en su agonía sin importar que el verdadero Rey le escuchase.

Sin percatarse que sus suplicas eran escuchadas, la luz se hizo presente llenándolo a él y a todo lo que le rodeaba, por primera vez se sentía ligero, su cuerpo ya no pesaba, sentía que flotaba entre la luz que le sumergió, entones escucho una voz llamándole entre la blancura.

Joven Rey, tus memorias han sido olvidadas, tú que fuiste maldito por tu pecado y caíste en el fuego eterno has sido seguido sin saberlo por tu amante, aquella voluntad ha permitido que ambos se encontrasen pero el final del camino puede ser solo uno.

Sentía que el corazón se le salía, no comprendía por completo sus palabras pero entendía bien que ambos se pertenecían.

Joven Rey, ¿Qué darías por volver a ver a tu amado?

–Si por un segundo compartiera su felicidad de mi podrías llevarte la existencia misma de mi ser.

Comprendo, –guardo silencio por unos minutos hasta que observo como un halo le cubría –Esto podrá ayudarles para regresar al camino donde alguna vez pudieron estar juntos, el camino se ha dividido y ambos se han perdido, pero si su amor puede mantenerse aunque las memorias se hayan ido podrán volver a verse –sintió una opresión dentro de sí, su alma se sintió apretujada como si algo hubiese caído dentro de ella.

Después de aquel extraño suceso que al parecer nadie más que él había visto el cansancio se hizo cada día más presente, entonces un día lo presintió, su llama se extinguía, si bien no había pasado ni tres siglos desde su reinado pronto se volvería cenizas y su alma transcendería, jamás se volverían a ver.

Pero cuando su última chispa se apagó se vio a sí mismo en el inframundo, vio el rio que le llevaba tan lentamente como si lo arrullara, se sentía tan tranquilo en sus aguas, escucho la flauta a lo lejos, la música le hizo por fin dormir, si después de tanto tiempo al fin se sentía en paz, pero el sueño no duro, y cuando despertó sintió la necesidad de búsqueda aunque no sabía realmente que buscaba, solo sabía que se encontraba ahí, entonces le vio, sentado en el frondoso árbol tocando la flauta para arrullar a las almas en su viaje. No pudo evitar acercársele, el pequeño guardián le sonrió, sabía que era él, sin saber cómo su alma había tomado forma y sus manos le tomaron el rostro al joven cuidador, quien al principio no pudo evitar la sorpresa pero al sentir la calidez de aquella alma se vio en la necesidad de aferrarle.

Ambos se sentían completos, muy a su pesar el alma se separó para mirarlo fijamente y acariciar sus mejillas, un beso, un simple beso para expresar aquel sentimiento fue suficiente para decir todo lo que habían guardado y que desconocían.

–¿Volveré a verte? –pregunto el pequeño guardián.

–Si –afirmo el alma que flotaba sin soltar el rostro de su amado.

–Entonces te esperare, debajo de este árbol hasta que vuelvas –sonrió sinceramente el pequeño zorro tocando el rostro difuso del alma de la cual se había prendado.

Asíambos pactaron volverse a ver, pero el destino era cruel, el alma del antiguoRey no volvía y sus memorias cada vez más difusas habían olvidado la promesaque había pactado, pero ambos seguían caminado para llegar al final del camino.    


(__)


Hola de nuevo hoy vine a traerle este primer extra de 3 que pronto subiré, espero que pudiera aclarar un poco las cosas, como pudieron notar Yami también fue Rey del inframundo ¿Curioso no?

Nos leemos luego 0w07    

Un Dios enamorado →【Puzzleshipping/Blindshipping】Where stories live. Discover now