Capítulo 7

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"Me haces feliz. Y esa es razón suficiente para elegirte una y mil veces"


–¿Y bien a donde vamos ahora? –guiño un ojo Yami.

–Prefiero que me lleves, yo iré donde vayas –soltó sin medir sus palabras el amatista que observaba con curiosidad cada cosa que se le atravesaba, si bien Rebeca ya le había enseñado varias cosas del mundo humano el solo hecho de estar con Yami le hacía sentirse aún más curioso, mientras que el mayor había quedado embelesado por aquellas palabras.

–¿Hasta ahora cuál es tu opinión sobre el festival? –pregunto el mayor de los tricolores.

–Mmmm –se detuvo a pensar– me gusta –volteo a verle para sonreír.

–No sé por qué pero tus palabras no me convencen –sonrió al chico.

–B... bueno, es mi primer festival –murmuro– la verdad no sé qué opinar sobre el, todo me parece alucinante –le miro sonrojado.

Aquellas palabras dejaron al de orbes rubíes asombrado, dentro de él se encontraba el deseo de saber más sobre su acompañante, pero se mantenía reacio a preguntar, comprendía que la situación de Yugi era complicada, el mismo había comentado que provenía de un lugar terrible, al menos esa idea se quedó grabada cuando el chico le respondió como si nada que provenía del infierno, si aquel nombre que le había dado a su procedencia era demasiado ambigua no era de esperar que tuviese algún pasado trágico, en la mente del tricolor mayor los peores escenarios se presentaron dando un leve escalofrió en su espina dorsal aún más cuando sintió el agarre del amatista que al parecer le llevaba tiempo hablando.

–¿Yami estas bien? –le miro dudoso.

–Sí, lo lamento –se avergonzó por su penosa reacción– ¿Decías?

–Oh, mmm –fijo su vista de vuelta al camino– ¿Seto no estará molesto por haberlo dejado solo en pleno festival?

–Bueno –sonrió divertido– no es como si le sirviera de algo ahora –se rasco la mejilla con la mano libre– el festival está hiendo de maravilla, nosotros como encargados solo necesitamos estar juntos al final del cierre.

El chico se quedó pensativo ante sus palabras mientras observaba a las personas pasar, niños corriendo, familias disfrutando de los juegos como de la comida que vendían, y parejas tomadas de las manos o simplemente hablando, miro a su compañero y no pudo sonrojarse, tal vez para él no era más que un simple paseo, pero para el demonio zorro era algo que jamás querría olvidar.

–¿Pasa algo? –pregunto el ojo rubí al ver a Yugi demasiado callado.

Negó con la cabeza el más bajo de los tricolores, haciendo que la curiosidad le invadiera al más alto, cosas que podía y no podía preguntar, nunca se había tomado la molestia de pensar más allá de sí mismo, siempre había sido un chico que solo veía para su mayor satisfacción, suspiro pesadamente, tal vez se había enamorado de él, ese breve pero fugaz pensamiento le hizo menear la cabeza tratando de espabilarse. Sin darse cuenta no percibió que alguien se acercaba a ellos hasta que sintió su abrazo.

–¡Yami! –dijo con emoción la chica que le había abrazado cuando tenía la guardia baja.

–¿Anzu? –nombro el mayor a la chica de cabello castaño corto, ojos azules. ¿Pero qué haces aquí? Pensé que habías ido con tus padres a Arkanzas por las vacaciones.

–Bueno, sí, ya sabes estuvimos unas semanas pero al final...

Mientras ambos chicos hablaban con tanta naturalidad el pequeño tricolor los veía, dentro de su interior un sentimiento le hacía estremecer su corazón, en aquel momento por primera vez sintió la envidia, el cómo ambos podían hablar tan bien sin esa sensación de rebuscar las palabras correctas para no incomodar al otro le había dolido.

Un Dios enamorado →【Puzzleshipping/Blindshipping】Where stories live. Discover now