El Príncipe De Egipto © (Gay) (Versión En Borrador)

Capitulo 33. El lugar mas seguro

PTOLOMEO ALEJANDRO

Así es... El hombre de pie frente a mi, no es otro mas que el gran general cartaginés Anibal, lo hice venir a Egipto con el fin de ponerlo al tanto sobre los planes de los romanos y como intentaron obtener mi ayuda para poder atacar Iberia después del invierno.

-Bienvenido a Egipto Anibal - le respondo, el me sonríe amablemente, para ser un hombre tan imponente, es muy respetuoso... Parece que lo que los romanos dicen de el, no es tan cierto.

-Gracia por la invitación - Anibal sonríe gracioso...- Aunque con Mardian tan insistente, era imposible decir no.

Observo a mi consejero y sonrió, me conoce tan bien... Que sabe que un no como respuesta no es aceptable para mi.

- Si, bueno el sabe que yo jamas aceptaría un no por respuesta.

El sonríe y niega con la cabeza, ya que estamos así de frente y tan cerca, debo admitir que el hombre es completamente atractivo, es alto y con un cuerpo robusto, es blanco con una barba tupida como Adriano... Solo que Anibal luce mucho mas mayor, ya que sus cabellos negros presentan el típico color blanco.

Tiene una sonrisa encantadora, y una voz grave... Definitivamente es un hombre tosco, pero estoy muy seguro que también es un amante muy cariñoso, lo comprobé con Adriano, el como fiero guerrero siempre llevó las riendas en "nuestra especie de relación".
Sin embargo siempre fue tierno y cariñoso y jamás me lastimó cuando perdíamos el pudor al desatar nuestra pasión.

Así que estoy seguro que Anibal lo que tiene de fiero y rudo en la batalla lo tiene de manso en la cama... ¡Ahora! La pregunta es, ¿Que tan dispuesto estaría a estar con otro hombre?.

Pero bueno ese no es el tema que tratar por ahora... Mi objetivo principal es ponerlo al tanto sobre los planes de los romanos.

- Bien, entonces ¿Que es tan importante?... ¿Como para que me hicieras viajar desde Cartago a Egipto?.

Sonrió el hombre es como yo, astuto y desconfiado.

- ¿Que ocurre Anibal? ¿No te gusta Egipto? - pregunto con fingida indignación, es mas que claro que esta fascinado con mi país. - ¿Que te parece mi Alejandría?.

Le digo desde las barandas de la terraza de mi palacio, mientras extiendo mi brazo señalando el panorama de la ciudad que se contempla en su totalidad.

- No... No es eso majestad, solo que me parece muy raro todo esto, Egipto es hermoso y la ciudad es magnifica, pero no comprendo que pretende con todo esto... Sus ancestros siempre se negaron a una alianza con Cartago.

Asiento mientras sonrió, el hombres acaba de decir algo muy cierto, mi familia siempre se negó a tener alianzas con los cartagineses... Pero eso solo es por miedo al poderío de estos, yo no lo veo de esa manera, para mi los verdaderos enemigos son los hombres del senado romano.

- No soy mis ancestros... Pero si tiene razón, lo hice venir por otros motivos, creo que debería llamar a su compañero, estoy seguro que el también debería saber sobre esto.

Anibal gira en dirección hacia el hombre que lo acompañó a Egipto y le hace una seña para que este se acerque a nosotros.

- ¡Es hermoso!... ¡Es tan... Majestuoso!.

Me dice Anibal quien tiene sus ojos puestos en el faro que se distingue desde la terraza del palacio.

- Lo se, debería verlo durante la noche, ¡es magnifico!.