Correr o morir

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— Señor

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— Señor... Nos han traicionado

— Creí que no lo iban a lograr...

— No señor, al parecer, murió la chica. Los rabiosos se llevaron al mecánico... y el de la esposa enferma lo vi salir del lugar junto con el agente, traían el maletín

— Ay... Paolo, solo debías traerme el maletín, te lo escribí. Tendré que conseguirlo yo mismo, acabar con Erick y destruir el maldito maletín... ¡Llama a White, dile que estoy dispuesto a pagarle muy bien si me ofrece su ayuda para localizar a ese hijo de puta!

— Si señor...

.-.-.-.-.-.-.

*Toc toc toc

Llaman a mi puerta.

— Un gusto Sr. White vengo en nombre del Jefe. Tenemos un problema y usted es el más apto para ésta tare...

— Por favor, no merezco tanto alago, quiero saber dos cosas antes de aceptar; 1.- ¿Por qué yo y no Ángel? y 2.- ¿Muerte o captura?

— Bueno, Ángel sigue sus propias reglas y el Jefe quiere un trabajo exitoso... no muertes por doquier y explosiones que llamen la atención

— Conozco a Ángel nunca falla, es mejor que yo, aparte, conozco al canaña de tu patrón... las mentiras no van conmigo, y si lo que quieres es acabar con amenazas, yo no pienso manchar mis manos en nombre de Jair

— El Jefe quiere lealtad, Ángel puede ser buena pero no la correcta para este trabajo, estará dispuesto a pagar un gran precio si aceptas el trabajo. Imagínalo, una vida sin preocuparse por tener que tomar unas píldoras, obtener lo que hace a los agentes especiales... ¿qué dices?

Echo otra de las píldoras a mi boca y trago. Su propuesta era tentadora para aquellos que necesitaran de las píldoras, Jair se aprovechó de la situación, controla las dos únicas fábricas que pueden crear las píldoras. Un mundo enfermo, un virus que convierte a las personas en lo peor que eres, el miedo domina el mundo y lo único que puede salvarte de eso son esas estúpidas. Bienvenido a WaterSeed.

— Ok, lo haré, bajo el costo de quinientas píldoras diarias.

— Aquí están las instrucciones. Y trescientas píldoras, el resto será recompensado al final...

— Para mi no son las píldoras, quiero que las lleves a los refugios de las afueras de BlueCity, advierte a Jair que si no cumple con su trato, seré yo el que toque su puerta y ésta vez no será Diablo, sino White, el seguidor de Dios.

.-.-.-.-.-.

White

Llegué al lugar, un infierno, procuré hacer oración antes de entrar, apenas había cruzado las rejas cuando empiezo a sentir las malas auras, éste es el lugar donde el Diablo murió, su muerte trajo paz muchas personas, pero destrucción a todo WaterSeed. Los primeros pasillo eran tan fríos que el calor de Dios parecía perdido, los pisos rechinaban como si la madera te advirtiera de no seguir por el camino, el viento entraba por cada grieta en la pared y las ratas corrían como si fuera su propia casa. Había escuchado mitos sobre este lugar, mitos nacientes por ser el lugar de la muerte de Diablo, el enemigo de todo hombre, mi enemigo. Muchos trataron de entrar al lugar, unos morían apenas cruzar la reja, otros decidían no entrar y los que lograban pasar las puertas morían sin piedad. Todo BlueCity le teme a este lugar, pero yo no tenía miedo, el bien siempre domina al mal, la luz repele la oscuridad y Dios siempre venció al Diablo, estaba escrito, murió Diablo y ese es un hecho y ningun alma no me me dejará engañar.

WaterSeed: Bienvenido a CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora