Tomas tuvo que cambiar su forma de vivir. Él sabía lo arriesgado que sería, lo tanto que sacrificaría y el cambio negativo que se plasmaría en su vida; Tomas sabía lo que perdería pero él sabía lo que quería: Recuperar su antigua vida.
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Mauricio; en el presente
— ¿Segura que es por aquí?
— ¿Sigues sin confiar en mí?
— Acabas de matar a mi amigo, obvio no confío en ti...
— Entonces ¿Por qué sigues siguiéndome?
— ¡Por que quiero recuperar a mi hija!
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Algunas horas atrás.
— ¿Por qué quieres ir a Gravelight? aquí tienes todo lo que necesitas. Sólo quieres abandonarme, ¡y si lo haces, mando a todo mundo para suicidarte!
— No voy a abandonarte Medussa, mi vida está ahora contigo. Mataré, sacrificaré y haré todo por ti pero necesitaré de tu apoyo ¿Vas a ayudarme?
— Te ayudaré, pero no podré ir contigo. Necesito controlar a un ejército, destruiré BlueCity. ¡Cicatriz, trae a la traidora!
Cicatriz sale de la habitación y cierra las puertas; en cuestión de minutos Cicatriz regresa con una chica encadenada.
— Ella es Verónica, es rápida, sabe pelear y quiere volver a ganarse mi confianza, ella te ayudará a cumplir con tu objetivo.
Miré de pies a cabeza a Verónica, una chica muy bonita, pero joven a la vez, que si no fuera por su apariencia y su forma de vestir tan gótico jamás hubiera imaginado que fuera aún una niña.
— ¿Cuántos años tiene?
Pregunté, ya que mi vida dependía de ella.
— Veintidos...
Dijo Verónica.
— Sí sí sí, todos nos caemos bien. Ve a vestirte que tienes una oportunidad.
Medussa después de lo dicho se retira como si la pregunta le hubiera molestado.
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En el presente:
— Admiro que sacrifiques tiempo y esfuerzo por tu familia.
— ¿Tú no lo harías?
— Lo intenté pero terminé en la Jaula.
— Te reconocí, eres la chica que estaba conmigo luchando con el Llanto Sangriento ¿no?. ¿Por qué te llaman traidora?
— Amm... Bueno, soy la más chica de mis hermanas, y temo a quedarme sola... ya sabes, que me abandonen como lo hizo papá. No quería perder a mis hermanas, sentía cómo se alejaban, veía cómo empezaban a perder la cabeza. Traté de juntarlas y me llamaron traidora.
— Pero, ¿por qué traidora? ese suena más un acto de valía y amor...
