Tomas tuvo que cambiar su forma de vivir. Él sabía lo arriesgado que sería, lo tanto que sacrificaría y el cambio negativo que se plasmaría en su vida; Tomas sabía lo que perdería pero él sabía lo que quería: Recuperar su antigua vida.
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Era 1960, los Rebeldes provocaron que la Corporación se organizara e impulsara una nueva área militar, las guerrillas se desataban a las afueras de la ciudad, los pequeños pueblos siempre era los más afectados, y aunque Sirynge Corporation prometía protección y reconstrucción de hogares inocentes éste nunca lo hacía. Gracias a estos actos de guerra y falsas promesas de la Corporación muchos de los pueblos que no eran parte de la Ciudad se pusieron en contra de la Corporación. Cada vez, la tensión de una gran guerra se presentaba día a día, la Corporación entrenaba cada vez a mas Agentes y los Rebeldes construían un imperio, para poder protegerse , y construir su propia tecnología. La caída de Diente de Oro, líder de los rebeldes no fue suficiente para detener la ira que se presentaba en WaterSeed, los Rebeldes cambiaron de nombre, un nuevo líder levantó de las ruinas a los rebeldes nombrando el imperio rebelde como la Única Zona y la Corporación, cada vez perdía más gente. Los Canes eran aún más estratégicos y con la ayuda de mejoras tecnológicas obligaron a Sirynge a tomar una cruel decisión. La primera bomba cayó al norte de la Única Zona, el caos se desató, los Canes logran entrar a la ciudad y las calles empezaban a pintarse de rojo, edificios ardían y de los cielos caía una lluvia de explosivos. WaterSeed caía en pedazos.
— Todo era cierto, lo que decían en la televisión era cierto.
Decía mi esposa mientras veía la televisión preocupada e indignada por aquellas muertes que transmitían en pantalla.
Decía Emili mientras seguía impactada por las imágenes que transmitían en televisión. Y mientras su preocupación crecía Regina bajaba por las escaleras.
— ¡Papá! ¿qué pasa?, ¿por qué los Guardias están sacando a los vecinos de sus casas?
— ¿Qué mierd...?
Desde la ventana de la cocina logro asomarme para ver el jardín de los vecinos. Era cierto, los Guardias sacaba a Norbert de su casa, desde la ventana pude ver el acto de violencia que ejercían los tres Guardias en Norbert, y mientras lo derribaban en el césped y le ponían las esposas en las muñecas, otros dos sujetaban a su esposa que deseaba defenderlo. Los gritos eran fuertes y mientras los otros vecinos corrían para no ser capturados, las mujeres protegían a sus hijos abrazándoles cubriendo sus rostros para que no sean testigos de la violencia que había en las calles.
— Si nos vamos, se va a poner peor, debemos esperar a los Guardias...
— No Emili, ellos no son los buenos, la Corporación no quiere defendernos...
Mi hija logra ver desde las escaleras el escándalo que había en las calles.
— Mamá, ¿qué está pasando?
— Nada hija, los Guardias quieren arrestar a la gente mala, nosotros no somos malos, no pasará nada.
Regina baja de las escaleras y mientras mi esposa se asegura de tenerla entre sus brazos, me aseguro de ver el mejor camino para salir de la ciudad.
