Dentro del sueño

2.5K 313 27
                                    

Estaba teniendo una pesadilla.

Corría con agitación y miedo entre árboles y arbustos de un bosque oscuro y siniestro. No sabía adonde me estaba dirigiendo con tanta urgencia, el camino no parecía llevarme a ningún sitio que no fuera solamente un laberinto de oscuridad. Cuando oí que unos pasos se sobreponían ante los míos, supe que en realidad estaba huyendo. Me detuve para esconderme entre las sombras justo detrás de un árbol.

Mientras dormía, me sentía muy inquieta: el cuerpo pegajoso y la boca pastosa.

—No pudo ir tan lejos —dijo una voz en la distancia—. Estaba herida, no podrá escaparse.

—¿Sabes cómo salió en primer lugar...?

Muy pronto no pude evitar sentir un deja vu y me pregunté cuándo había soñado esto antes porque recordaba esa conversación de algún sitio. Me miré y me di cuenta que estaba descalza, traía puesta una bata de hospital manchada de sangre: las marcas en las venas de mis brazos. Las imágenes de estar atada en una camilla me recordaron que había soñado esto mismo hace un tiempo, luego del accidente de mi familia. También recordé que alguien disparaba un dardo hacia mi cabeza, así que salí de mi escondite para correr nuevamente.

Eso ocasionó que el disparo nunca me alcanzara, sin embargo, cuando creí haberlos perdido por completo, alguien se abalanzó hacia mí de la oscuridad logrando que cayéramos al suelo. Rodamos y antes de que tuviera la oportunidad de lastimarme, le lancé un golpe primero lo que me dio tiempo de levantarme. Intenté huir, pero otro cuerpo se interpuso al mío, fui hacia el otro lado y otro apareció. Muy pronto me di cuenta que estaba rodeada de estas figuras negras, apuntándome con sus armas. Un instinto de supervivencia me decía que siguiera peleando, aunque sabía que sería inútil cuando me superaban en números, pero cuando una de las figuras se acercó para agarrarme, peleé. Solté un gruñido siseante y abrí la boca, unos colmillos cayeron de mis encías y no dudé nada en atacar a mi oponente. Salté a su cuello y arranqué su piel con mis dientes, pero en ese instante mis poderes comenzaron a desvanecerse. Tenía la boca empapada de sangre amarga, como si fuera mala, un veneno. Un dardo salió volando y se clavó en mi hombro, cuando me volteé para ver quién fue, un hombre alto salió de entre las sombras apuntándome con su arma.

—Qué lástima —dijo, pero tenía la mente tan nublada por el veneno que no podía identificar su rostro—. Pudiste ser mucho más a mi lado.

Y disparó.

Me desperté asustada y enferma, el bosque siniestro y aquellas figuras desaparecieron al instante e identifiqué mi cuarto. Temblaba de frío, pero sudaba como si hubiera corrido una maratón. El sueño había sido tan real, como uno de esos que Adam ponía en mi cabeza. Me miré la ropa y luego los brazos, pero no tenía marcas ni sangre por ningún lado. No era la primera vez que tenía pesadillas, luego del accidente había soñado con mi familia, siempre íbamos en el auto y presenciábamos el choque. Este recurrente sueño de mi corriendo por mi vida y siendo atrapada por estas siluetas negras era algo que me dejaba desconcertada. No podía quitarme de la cabeza que aquellas siluetas negras en realidad fueran cazadores. Pues tenían unas características detalladas que Adam me describió en la noche que fue atacado: estaban armados, vestían de negro y con botas militares. Que estos cazadores estuvieran siguiéndome para matarme, solo empeoraba las pulsaciones de mi cuerpo. Debía repetirme que solo había sido un sueño y que los sueños no eran reales.

La leve lucidez del día se filtraba por mis cortinas corridas y miré mi celular: mi alarma no sonó y ya se hacía muy tarde para ir a la escuela. Salí de la cama y bajé de las escaleras, vi a Nora y a las niñas saliendo por la puerta principal.

Nora iba uniformada con un vaso de café humeante y cargando a Betty de un lado.

—Buenos días, disculpa se me hizo tarde —saludé rápidamente, me acerqué a mi prima que estiraba su manita hacia mí—. Hola, Betty, ¿cómo estás, dulzura?

La Marca©Where stories live. Discover now