Collision [•Steve Rogers•] (EN EDICIÓN)

21. La Hija de Tevan Muran

Ambas nos miramos entrecerrando los ojos, sabiendo que en nuestro enfrentamiento no iba a haber compasión, ella tenía bastante presente que quería acabar conmigo, tal vez aún me creía aquella tonta que yacía y sucumbía ante enfrentamientos con máquinas, pero se equivocaba, pues hoy era más fuerte, y más sabia.

Dilek Muran se abalanzó sobre mí, violenta, llena de fuerza bruta, lo que me hizo pensar... de tal padre tal hija...

Mis movimientos fueron mucho más inteligentes y astutos que los de ella, inclusive mis golpes no eran dados a la ligera, sino que eran dados en donde sabía que podría debilitarla a ella.

Como una perfecta niña mimada, esto no le agradó en lo absoluto.

—No me entrené toda la vida como para que una patética prisionera crea que puede vencerme con juegos absurdos—gimió lanzándose nuevamente a lo bruto.

—Lástima—dije sonriendo satisfecha de mí.

Trató de dirigir un golpe a mi rostro pero yo alcancé a cubrirme, agacharme y darle un buen golpe que la hizo perder el aliento.

—Señores...—escuché a Rhodey desde el comunicador.

—Encontramos "La Ciudad Esmeralda" —completó Sam sintiéndose bastante orgulloso.

Por la Ciudad Esmeralda, claramente se referían 1, al sitio dónde se retenían las armaduras o 2, al sitio donde eran fabricadas con los arsenales, esta fue una noticia que de cualquier forma me alegró.

Desafortunadamente, no pude festejarlo debido a que la mujer brusca me empujó con sus piernas haciendo que yo tocase el suelo.

Comenzamos a abalanzarnos de nuevo la una contra la otra, golpe tras golpe, ambas gemimos por el esfuerzo, y tal parecía, que subestimé a la chica, puesto que su forma de combatir ya fue más inteligente, y me costó más trabajo intentar vencerla.

Era clara la técnica por la que decidió optar: "la agoto para después vencerla"... pero lo que no sabía, era que ya sería complicado agotarme a mí.

—Excelente—escuché a Steve—. Sophia... ¿Status?

Dilek Muran alcanzó a darme un fuerte golpe en el rostro, el cual al momento, dolió demasiado.

Gemí intentando deshacerme de la rubia mientras oí a Steve llamar por mi unas 3 veces más, e inclusive escuchar a una preocupada Natasha.

— ¡OCUPADA! —forcejeé.

— ¡SOPHIA! ¡¿QUÉ OCURRE?! —gritó Natasha preocupada—. Ya estoy adentro... ¡voy a buscarte!

— ¡AGUANTA UN SEGUNDO!

A continuación, me concentré no en escuchar las preocupaciones de Steve o el resto del equipo, sino en noquear a la hija de Tevan.

Mis acrobacias eran más agiles, no por nada me había ganado mi alias, y estas fueron las que me dieron las pautas para no perder el control y dominar a mi oponente.

Nuevamente, los consejos de Steve habían rendido frutos y le agradecía por, de cierta manera, sobreexplotarme en los entrenamientos.

No tuve ni idea del tiempo que pasó mientras combatía a la chica, pero cada segundo de combate me parecía eterno.

Finalmente, ambas aguerridas, fue tiempo de terminar con nuestra riña y definir quien perdería, claramente, no iba a permitirme a mí misma serlo, así que usé toda mi fuerza e impulsé las dos piernas para empujarla contra la pared haciendo que se golpeara justo en la cabeza.