31. Incertidumbres y Comportamientos Infantiles

3K 173 20
                                    

No... tal vez mi vista me estaba engañando, tal vez era una más de las alucinaciones que estuve teniendo durante las últimas semanas, porque no, Steve Rogers no estaba aquí...

Lo vi caminar y acercarse al auto, y aun así, mi corazón tuvo aquel golpeteo que solo estaba presente cuando lo veía a él, a Steve.

Ya... Estaba desquiciada...

Tantas fantasías finalmente habían terminado por consumir mi masa encefálica. De aquí me iba a ir a un centro psiquiátrico, estaba decidido, pero... ¿Y qué tal si no era una alucinación más?

—Clint... ¿Estás viendo lo mismo que yo? —suspiré sin parpadear.

—Sophie, es el Cap...—me respondió Clint.

Me confirmé a mí misma que no estaba del todo loca y que al final de cuentas no necesitaría encerrarme en el loquero, pero que Steve estuviese aquí me imposibilitaba reaccionar de una manera coherente.

Él estaba aquí, pero... ¿Cuál era la razón? Sabía que probablemente fue Natasha quien le había dicho que estaba viviendo con Clint, por el día en el que nos vimos pero... no imaginé verlo aquí, ni en las fantasías que tenía.

No presté atención a absolutamente nada más, solamente al rubio cuyo rostro aún no se veía, porque se detuvo... y no supe por qué.

¿Yo estaba enojada? ¿Feliz? ¿Triste? ¿Efusiva? ¿Indignada? No tenía ni idea de lo que estaba sintiendo, puesto que tal vez, se trataba de un montón de emociones fusionadas.

—Ve a hablar con él...—dijo mi hermano.

—No—respondí de inmediato y con firmeza—. No quiero, ni voy a verlo, ni nada. Dile que se vaya, que me mudé a Taiwan, lo que sea pero que no estoy aquí y que pierde su tiempo si es que viene a buscarme.

Lo primero que mi cerebro me dio como reacción fue como una niña caprichuda y necia, porque una gran parte de mí resentía todo el daño que Steve me hizo y me provocó la sensación de no querer verlo como le dije el día en que lo dejé.

—Arlet...

Me crucé de brazos.

—Francis... no voy a salir de este automóvil hasta que él se vaya de aquí.

Clinton suspiró con pesadez y salió del auto, mientras los demás nos quedamos. Caminó hacia la silueta de Steve y lo saludó estrechando la mano. Ni siquiera lo hallé molesto porque Steve hubiese roto mi corazón, sino que lo recibía como los amigos que habían sido desde hace unos años.

De cierta manera me decepcionó, pues él siempre fue ese tipo de hermano que no quería ni ver a quien le había roto el corazón a su hermana de otra sangre y a Steve lo trataba con los brazos abiertos, como si no hubiese pasado nada, como si nada importase.

Los observé mover los labios, teniendo una conversación, no leí sus labios con precisión, pues estaba atenta a mirar si Steve volteaba en dirección al auto. Lo que sí veía eran sus gestos; mientras que Clint se encontraba neutro, Steve parecía hablarle no con la firmeza que tanto recordaba de él, sino que hasta podía verlo temblando un poco.

Entonces volteó y mi corazón dejó de latir por un segundo.

Y tuve una reacción desesperada.

— ¡No estoy aquí! —exclamé tratando de hacerme un ovillo y esconderme para pasar desapercibida por Steve.

— ¡Sophia, no seas infantil! —me regañó Laura— ¡Sal de aquí y arregla las cosas con él!

La miré de reojo.

Collision [•Steve Rogers•]  (EN EDICIÓN)Место, где живут истории. Откройте их для себя