47. ¿Podemos Empezar de Nuevo?

3K 141 26
                                    

Aun muy a pesar de mis demencias, muy a pesar de todo, sabía que él estaba aquí, no solo por mí, sino porque él jamás dejaba un hombre atrás, jamás iba a poder dejar a ni uno solo de los que lo habían ayudado en un lugar tan horrible como este. Sabía que valoraba el que todos nos hubiésemos arriesgado por él y por Bucky, sabía que valoraba todo lo que dejamos por seguirlo, y que si nosotros no le habíamos fallado, él no nos iba a fallar.

Sí, Steve estaba aquí, el problema era que yo sí le había fallado.

Ver que él estaba vivo y a salvo fue la único que me pudo brindar una alegría, solo que ¿Cómo había logrado llegar hasta aquí? ¿Cómo había evadido la seguridad? Y más importante aún... ¿Por qué esa mirada tan plena al verme a mí?

No me explicaba la sonrisa con la que me miró al momento en el que estuvo justo frente a mi celda, lo que me hizo creer que aún no sabía absolutamente nada de lo que yo había provocado. Un pensamiento cruel me hizo pensar que tal vez ya sabía lo que ocurrió y le alegraba que yo estuviese encerrada en cuatro muros, pagando las crueles consecuencias.... aunque no creía posible esta teoría, no disminuía el cuánto me estaba destrozando tener que pensar en ella.

Después sus ojos... a pesar del cristal pude distinguir a la perfección su mirada, esa mirada que siempre usaba para transferirme todo el amor que sentía por mí y que las promesas de estar siempre juntos nunca iban a cambiar.

Entonces eso me daba a entender que no sabía lo que había pasado.

Y por lo anterior, ocurrió justo lo que pensaba, el hecho de que no pude seguir mirándolo, porque me mató volver a pensar que de cualquier forma merecía saber lo que había pasado, y que igual me iba a odiar de por vida.

Tomé una gran bocanada de aire volviendo a mirar al suelo con los ojos humedecidos de cientos de lágrimas y soltando un sollozo, esperando que me pasara por alto y que me dejara aquí mientras él se marchaba con los demás.

Pero entonces mi celda se abrió...

Me paralicé en cuanto esto ocurrió y comencé a temblar al sentirlo acercarse hacia mí.

No sabía cómo reaccionar ni mucho menos cómo le haría para poder soportar tenerlo tan cerca de mí.

Y por fin lo sentí justo frente a mí, pero ni aun así elevé la mirada para verlo.

Se puso en cunclillas y su rostro quedó demasiado cerca del mío, lo que hizo que mi corazón latiese con mucha más fuerza.

Tuve que aguantarme mis impulsos de llenarlo de besos y de abrazarlo con desesperación y llorarle sin poder creer que había vuelto, pero sabía que eso no sería para nada adecuado.

—Te dije que vendría por ti ¿o no? —me dijo con ese, su encanto tan natural.

Acercó su rostro en pretensión de besarme, pero yo giré el rostro sintiendo muchísimo más dolor en el pecho.

No lo soporté, no pude; solté un sollozo demasiado ruidoso por el dolor que me provocaba pensar que si supiera no me estaría mostrando lo mismo.

—Steve... vete—le dije con voz entrecortada.

—No—me respondió con firmeza y sostuvo mi rostro para que lo mirara—. Vine por todos ustedes y no me iré sin ti... estás loca si crees que de cualquier forma te dejare aquí. Mi amor... sé que estos días han sido terribles, pero todo estará bien ahora.

Odiaba que me hablase con tanta comprensión y con tanto cariño de los cuales no era digna.

Hice que dejara de tocarme.

Tenía que enfrentar a Steve, tal vez este era el momento, el conflicto fue que no supe cómo, y lo saqué tal vez de la manera menos adecuada: gritando en desesperación.

Collision [•Steve Rogers•]  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora