Naga Vanshi - Naga!InglaterraXLectora (AU)

Capitulo 6

Naga Vanshi Cap. 6 – Naga!InglaterraXLectora

Disclaimer: Hetalia y sus personajes originales son propiedad de Hidekaz Himaruya; Luna (México) es una OC perteneciente a Latin_Hetalia; La lectora se pertenece a sí misma y tal vez, probablemente tal vez ahora, a Arthur.

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No hubo saludo de lucha libre entre Alfred y Luna, la situación no demandaba nada más que seriedad y eso es lo que mostraba el rostro de la naga mexicana. Apenas lo recostamos en un nido de la improvisada enfermería, la castaña empezó a reunir agua en una vasija, vendas y hierbas medicinales que moler en un cuenco con una roca; Matthew asomó su cabeza con aspecto de curiosidad y preocupación, sosteniendo en brazos a su oso polar mascota Kumajirou... o Kumakichi, no sé, siempre le cambia el nombre, lo llamé con un ademán de mano y sorprendiendo a Alfred al ver de nuevo a su hermano –tal vez ni se recordaba que tenía uno-.

Tan pronto como Luna selló sus heridas, ella nos dio su diagnóstico sobre el misterioso niño naga...

-Tiene muchas heridas, sería cosa de milagro si no tuviera lesiones internas o alguna contusión en la cabeza con tantos golpes contra las rocas, sin mencionar que tiene una temperatura muy baja por la hipotermia, y tal como lo veo este niño no es de por aquí, no del continente asiático.- Dijo la naga acabando de vendarle la cabeza al muchacho.

-¿Cómo es eso? – Quise saber ayudándole a lavar los implementos utilizados.

-Los nagas guardianes tenemos un aroma característico que nos señala según nuestra ubicación en el planeta; los de la India y las selvas de Latinoamérica tienen una esencia floral de plantas silvestres, pero este chico huele a laurel y albahaca.- Respondió la castaña enroscándose en sí misma como si se sentara.

-¿Laurel y albahaca? (Me suena a ingredientes que se pondrían para sazonar una pasta italiana...).- Me pregunté dudosa de su procedencia.- ¿No provendrá del Mediterráneo?

-No sé, pero mira lo que hace cuando le soplo ese rizo que tiene.- Entonces, el naga de cola azul le soplaba ese rizo que destacaba en el cabello del castaño; éste aprieta los párpados y responde en sueños...

-Ve~...

-AHAHAHA! ¡Le hace como oveja! – Se mofó el rubio hiperactivo arrojándose de espalda al piso.

-¡Eso no fue divertido, Alfred! – Le reprendió Matthew dando golpeteos al suelo con la punta de su cola. Como gritaba tan bajo como hablaba normalmente, su gemelo no se percató de que le estaba regañando.

-¿Quién eres? – Preguntó su oso mascota. Sí, acabaron de escuchar a un oso hablando.

-Soy Matthew...

-¿Qué está pasando? – Esa voz nos puso tensos a los cuatro antes de girarnos a la entrada de la enfermería: a la luz de las antorchas, Arthur lucía más aterrador mientras nos contemplaba con sus ojos verde esmeralda destellante, daba tanto miedo como el naga de mis pesadillas.

Lentamente se fue acercando a nosotros analizando el aire con su lengua bífida y seguido por el mismo séquito de serpientes que me persiguió el primer día que llegué. Nos miraba a todos exigiendo una respuesta sin embargo nos petrificaba a todos del temor –ello no aplicaba en Alfred-, y cuando se detuvo frente a mí todo lo que hice fue intentar no mirarlo a los ojos, nada más enseñó su lengua y se acercó al nido donde descansaba el niño rescatado. ¿Y descansé de tanta presión por su presencia? Claro que no, aguanté los gritos en mi boca cuando sus serpientes me siseaban y una que otra, osaba subírseme encima; casi me caigo del desmayo.