Juego de tronos: Las herederas

~ La Venganza~

Al día siguiente de aquél fatílico día, Hanna despertaba adolorida. Pudo observar que estaba en unas mazmorras. Una escasa luz entraba por unas altas rejillas y le daba en la cara.

Con dificultad, Intentó incorporarse hasta que sintió un fuerte dolor en su vientre. Tenía una venda manchada de sangre rodeandolo. Hay fue cuando recordó todo lo ocurrido el día anterior.

Poco después empezó a sollozar.

Unos pasos se escucharon por el pasillo. Hanna no le prestó atención.

De pronto esos pasos cesaron y un murmuro se escuchó.

Livia: Te he traído algo de comida.

Hanna levantó la cara y la miró.

Hanna: No tengo hambre.

Livia agachó la cabeza.

Livia: Lo siento mucho, Hanna... Se que unas simples disculpas no servirán para el dolor que tienes que estar  sufriendo... Nunca volverás a ver a tus seres queridos. Ojalá hubiera pasado eso con mi familia. Yo no tengo seres queridos... Me odian. La flecha tenían que habermela clavado a mí. Total, solo soy la bastarda Lannister, popularmente. No pasaría nada.

Hanna la miró de nuevo.

Hanna: No digas eso. Tú familia seguro te quiere, alguien habrá que te quiera. Alguien que te pueda habrazar y calmar cuando tengas miedo, y en algún momento llegará.

Livia: Tu tienes un apellido del cual debes sentirte orgullosa.

Hanna: Si, supongo-suspiró- Y desde a aquí les juro a los dioses una venganza.- la furia estaba entrando en ella- Todas las cabezas de los Lannister estarán bajo mis pies, al igual que hicieron con los míos.

Hanna volvió su mirada hacia su amiga. En ese momento sus miradas se juntaron. Livia tenía todo su rostro empapado de lágrimas.

Hanna: Perdón, no debí...

Livia: No te disculpes... - Se secó las lágrimas con sus manos y suspiró profundamente  para armarse de valor.
- Es más... me uniré a ti... Será una venganza mutua. La mejor venganza que el mundo podrá ver.