Juego de tronos: Las herederas

~Chantaje~

Livia despertó helada, estaba sentada en el suelo con los brazos atados a un tronco a su espalda.

Habrio lentamente los ojos, pues aquel frío le paralizada el cuerpo.

A lo lejos oyó varias voces , y entre ellas, una que le resultaba algo familiar.

Cuatro personas entraron de golpe a la cabaña en la que se encontraban . Dos caminantes blancos que se quedaron en las esquinas. Después entro otro,no vestia ropa desaliñada ni sucia, parecía el jefe del grupo, y después entro Jaime, al que hace tiempo llamaba padre.

Jaime: ¡Esta no es!-gritó enfurecido.

Livia:¡Tu!-le reprocho-¡ sabia que solo alguien malvado y despiadado estaba detrás de esto!

Jaime: ¡Tú calla bastarda!- le pegó fuerte en la mejilla.- ¡Creía en vosotros!- señaló al rey de la noche.- Me habéis traicionado.

Rey de la noche: Disculpe nos mi Lord. Usted nos había descrito chica joven y eso es lo que le hemos traído.

Jaime: ¡La quiero ya!

Livia: ¡No te saldrás con la tuya! -gritó intentado salir de su agarre.

Jaime: ¡He dicho que te te calles!- se acercó peligrosamente a ella.

Livia: ¡Eres un sucio, asqueroso, ruín, malvado, cobarde...! - no pudo terminar porque recibió otro golpe de Jaime.

Jaime: ¡A la próxima ordenaré un castigo!

Livia: ¿Crees qué me importa? - Dijo con una sonrisa cínica mientras de su labio superior y una brecha de su ceja derecha salía sangre. - ¡Te odio!

Jaime: ¡Llevadla a calabozo! ¡Veinte latigazos!

Unos caminantes la desataron del tronco y la cogieron fuertemente para que no se escapara. Ella se giró con todas sus fuerzas y le dijo.

Livia: ¡Te juro que te mataré!- gritó tan alto que se hizo daño en la garganta.

Jaime la ignoró y continuó hablando con el general de los caminantes, el Rey de la Noche.

Jaime: Lo dicho, ¡quiero que me traigas a esa maldita niña ya!  Si no, no obtendréis la recompensa.

Rey de la Noche: Entendido mi Lord.

Dicho esto, el Lannister salió de allí a la vez que le dijo.

Jaime: Acompañame, tengo una deuda pendiente.

Rey de la Noche: Mañana partiremos temprano al muro.-le dijo a los caminantes que quedaban en la cabaña.- Allí intercambiaremos a las chicas. ¿¡Queda entendido!?- los demás asintieron y salieron de la cabaña.