Capítulo 30: Asco.

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CHARLOTTE

¿Y qué esperaba? ¿Qué saliera detrás de mí sólo para pedirme disculpas?; creo que soy mucho muy ilusa. ¿A qué fue a la biblioteca? ¿A ligarse a la sobrina de la directora? Já, no me esperaba menos.

Me recosté sobre mi cama, mirando mi techo con estrellas... sonreí recordando el día en que había pintado aquello; mamá me ayudo a traer la pintura y la escalera, ambas cubrimos los muebles para que no se mancharan y yo comencé a pintar. Mamá me había prometido ir a ver las estrellas a un lugar donde yo podría estar lo suficientemente cerca como para tocarlas, pero después de lo que pasó con Eduardo... estaba lo bastante ocupada para hacer aquello. Así que en su lugar me trajo pintura fluorescente para llenar todo mi techo con estrellas y así poder verlas todos los días, hasta que el gran día llegara.

¿Qué es lo que realmente me duele? ¿Qué él esté con otras tipas, o que yo no pueda ser la tipa con la que esté? El amor siempre ha sido complicado. Desde los cinco años, cuando robaron mi primer beso y yo casi dejo sin cabello al pobre niño.

El amor simple y sencillamente da asco.

Recordé cada momento en el que "el amor apareció en mi vida" o al menos un pretendiente.

Cuando tenía doce, fue cuando comenzaron a gustarme los chicos, era uno de mi escuela, pero el problema es que una de mis amigas moría por ese chico, así que me rendí, no podia intentar nada con él, sería como tricionarla, tiempo después ellos comenzaron a salir; y ahora "mi amiga" no me dirige la palabra, gracias a ella fue mi primera decepción amorosa, un asco.

Después, me presentaron a un tipo en la secundaria, era muy lindo... hablamos una sola vez, y jamás volvimos a cruzar palabra.

Por insistencia de Marcel, me hice un perfil en una red social, un día me llegó una solicitud de un chico mayor, era bastante lindo y además lo había visto un par de veces por el centro; hablamos una noche, sentí bonito, nos quedamos hasta tarde, mi madre ni siquiera se dio cuenta, después de esa noche, cada día espere para que volviera a hablarme, nada, nunca lo hizo otra vez.

Un día cuando estaba con mi tía, un chico llegó, y como mi tía tiene una tienda compró y cuando me entregó el dinero acaricio suavemente mi mano, sentí un cosquilleo, y ese día ese chico no dejó de ir a la tienda, por cualquier pretexto iba... al día siguiente, me llegó una solicitud de él a la red social, no sé cómo consiguió mi nombre, pero lo hizo... hablamos, una vez.

Tiempo después Marcel me presentó a uno de sus vecinos... estábamos pidiendo dinero para un reto... y bueno, Marcel lo conocía y le pidió dinero (y yo insistí de que era trampa porque lo conocía). Me presentó con él y con otros de sus amigos, tenía unos hermosos ojos color azul; en ese momento no me interesó, semanas después nos volvimos a encontrar y charlamos un rato, otra amiga con la que íbamos, se le metió a la cabeza que yo le gusté a él, entonces entre ella y Marcel comenzaron a insistirle que me invitara a salir, pero en realidad nosotros sólo hablábamos del payaso que se estaba presentando allí; nuestra amiga le dijo «bueno, ya que no la invitas ¿quieres su número?» y él no dijo que no. Después de golpear a mis amigas indiscretamente frente a él y su amigo les dije: «no va a hacerlo, ya, déjalo» y en la noche, cuando hablaba con Marcel, me llegó un mensaje de él: «viste, sí lo hice», pasó lo mismo, quedamos hasta tarde hablando, sentí bonito, pero nunca jamás en la vida me a vuelto a hablar.

Y nuca lo entendí, ¿no era tan bonita como esperaban? ¿dije algo que les disgustó? ¿fui demasiado inmadura en la conversación?; yo no quería un novio, pero por mínimo esperaba a un conocido, alguien con quien hablar o saludar cuando vayas por la calle, pero nada, ni siquiera eso.

Y tanto odié al amor en ese momento, que eliminé mi perfil de la red social, y si de verdad alguien quiere hablar conmigo, es en persona, y en realidad de muy pocos he conservado su número telefónico.

¿Apostamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora