Capítulo 33: Volvamos a lo nuestro.

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CHARLOTTE

Una semana después de lo pasado con Sofía, ella ya no se encuentra en la escuela. Al parecer la directora quiso mantener todo en secreto. Y en realidad lo que pasó con su sobrina no es nada que presumir. Aunque nosotros lo sabemos todo.
Marcel no pudo dejar de reír el día en que la directora descubrió los videos en su correo electrónico y Sofía llegó con el cabello verde; la señorita Cleen estaba totalmente roja, y aunque no sabemos si era por la vergüenza o por el coraje, parecía manzana. Llamó a Sofía inmediatamente por el altavoz, su voz se escuchaba desesperada, todos nos alteramos un poco y los demás se preguntaban qué pasaba, menos Marcel, Nicolás, Alexis (que le contamos un día después de haberlo hecho) y yo.  
Sofía no entró a ninguna clase por el resto de la mañana, además de que no asistió a la reunión con el grupo de lectores.
Seguramente siguió yendo el resto de la semana para aparentar que no la habían sacado de allí por las malas, además se aseguró de que todo el mundo pensara que se iba de regreso con sus padres; cosa que es verdad, pero no por los motivos aparentes.
Gracias a Marcel y sus "aliados" todo resultó a la perfección y son mis nuevos amigos también.
Jim se encargó de colocar un audífono en el escritorio de la directora, y así quedó todo grabado en su computadora y pudimos escuchar cada una de las cosas tan feas que se decían mutuamente.
Debo aceptar que me dio risa, y que también me alegre que Sofía se haya ido de la escuela, pero aun así ella sigue siendo una persona... y bueno, a la vez sentía lástima y tristeza.
Pero bueno... todo a vuelto a la normalidad, y lo agradezco.
Marcel es un haz para todo, primero la venganza y ahora la fiesta de verano, no sé de dónde saca cabeza para tanto. Ella es increíble. Por eso decidimos hacerle una fiesta sorpresa. Ella cumple años un día antes del día de las madres, siempre le decimos que fue el regalo de su mamá; pero siempre es complicado hacerle una fiesta sorpresa, llevamos tres años intentándolo, y nunca nos resulta, por una cosa o por otra, pero no podemos.
Este año con más aliados y confidentes para este día nosotros podemos seguir actuando normal, mientras los demás hacen lo que tienen que hacer.
Nicolás, Alexis y yo hicimos una mini-sorpresa junto a muchos de la escuela. Marcel es demasiado conocida.
En el área de los comedores colocamos un gran cartel con «Feliz cumpleaños Marcel» escrito en él, algunas serpentinas y banderines en los árboles; cada quien llevó algo: un cartel más pequeño, globos, trompetitas, confetis.  
En toda la mañana nos hemos hecho los indiferentes ante su cumpleaños. Hasta le pregunté en clase qué día era. Su cara fue épica, fue demasiado gracioso, casi se le salían los ojos ante mi pregunta. Y casi puedo asegurar que esta molesta con nosotros por "no recordar su cumpleaños".
La campanilla se escuchó y todos salieron disparados hacia los comedores. 
     — ¿Y ahora? ¿Hay comida gratis o qué?— preguntó.
Yo sonreí y negué con la cabeza.
     —Vamos por nuestro desayuno— dije. Ella asintió y salimos del aula en silencio. Saque un pañuelo de mi bolsillo del suéter y la obligue a que se lo dejara. Fue algo difícil, pero al final cedió.
Cuando llegamos al área de comedores me fui corriendo con los demás, tome mi cartel y lo extendí.
     — ¡Ya puedes quitártelo!— grité. Ella se descubrió los ojos y todos estallamos en gritos y aplausos, además de un «Feliz cumpleaños» al unísono.
Marcel no podía tener la sonrisa más grande.
Muchos se acercaron a felicitarla dándole un abrazo y los chicos se acercaron a darle su regalo. Nicolás le había dado un collar, Max un bolso de mano, Alexis unos pantalones de cuero y Nick una blusa, todo a conjunto para esta noche (y lo sé porque yo los escogí). Me acerqué a darle su abrazo y un pastel que le había hecho. Lo colocamos sobre una de las mesas y le cantamos "las mañanitas"  y cuando iba a morder el pastel Nicolás la estampó contra él dejando su cara toda cubierta con betún de sabor chocolate.
Todos reímos, pero ella nos fulminó con la mirada y nos callamos. Terminó de limpiarse la cara y comenzó a perseguir a Nicolás con un tenedor en su mano mientras gritaba: «Te voy a atravesar la cabeza». Era muy divertido.
     «Jim, Alondra y Luis están conmigo, vamos a la mitad con esto de los adornos ¿cómo van ustedes por allá?» me llegó un texto de Christian. 
     «Nosotros vamos excelente, no creo que sospeche nada ☺» respondí.
    «Okay, entonces nos vemos al rato, no llegues tarde, o por cierto ¿a qué hora llegan los aperitivos?» 
     «Mamá se encargará de llevarlos, más te vale que cuando lleguemos estén intactos»
     «Está bien, nada de comer bocadillos hasta que lleguen, malvada, no te creas, te quiero, adiós»
Sonreí con el último, son los mejores amigos que podríamos tener.
     «La sorpresa de Marcel ya está, el tipo es nuestro amigo, nos hará el favor» Ty y León habían ayudado en esto también.
     «Muy bien... nos vemos al rato... se bañan y se arreglan ☺»
     «Lo de bañarnos... no lo creo seguro. Jajaja no te creas, nos vemos»
     — ¿Qué tanto haces con el teléfono?— preguntó Nicolás.
     —Asegúrate de que Marcel no sospeche nada.
     —Hecho.
Me di la media vuelta y me fui.
Aun no soporto estar tan cerca de él.

˜***˜

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