Capítulo 40: Uno más a la familia.

30.6K 1.5K 254
                                    

CHARLOTTE

Debo decir que estas semanas han sido bastante agradables, para ser mi segundo novio, ha resultado mejor de lo que esperaba. El primer "novio" que tuve fue a los siete, pero tal vez no cuente. Mi madre está encantada con Carlos, y Eduardo poco a poco lo va asimilando, al igual que Josh. 
Quedan exactamente dos semanas para el baile de verano.
El baile de verano, es prácticamente la culminación del ciclo escolar. Es el último baile de los futuros graduados, y el más grande de todo el año. Todos asisten con pareja, cada uno con su esmoquín y vestidos largos elegantes. Es la noche donde todas las chicas se ven radiantes y los chicos muy guapos. Nunca he asistido a uno. Marcel me ha contado que es de verdad increíble. Y creo que por ser de penúltimo año y ser amiga de Nick, Max y Nicolás, debería asistir este año.
Lo planeado con las chicas queda. Aunque Marcel y yo tengamos pareja, no importa. Una promesa es una promesa. Y lo haremos por las solteras de la escuela. Claro, agregamos unas cuantas cosas nuevas al plan, para no tener que estar separadas toda la noche de nuestros novios. Se siente bien decir: novio.
Eduardo organizó una salida familiar, y había invitado a Carlos "para conocerlo mejor". Sólo espero que esto no termine en un interrogatorio tipo FBI.
Meri y Emma insistian en que debía "arreglarme" para Carlos, con algo de la ropa que él me ayudó a escoger, según ellas "sería un lindo detalle". Como sea. Si él me conoció sin maquillaje ni vestidos y le gusté, tendría que seguir siendo así.
Sí escogí ropa que él seleccionó, pero nada llamativo. Iríamos a caminar, no a un desfile de modas.
     — ¿Enserio?
Meri me inspecciono de arriba abajo.
     — ¿Me recuerdas a dónde vamos?
Me miró. 
     — Al bosque.
     — ¿Y bien?
No me contestó. Ella sabía que tenía razón.
     — ¿Ya están listos?
Todos tomaron sus mochilas y las colgaron sobre sus hombros. Teníamos todo lo necesario: agua, comida, repelente para mosquitos, y ropa extra.
A Eduardo y a Josh les encanta ir de paseo al bosque, sobre todo porque pueden conducir sus motocicletas.
Emma, Meri, Madelein y yo vamos juntas en bicicleta, mientras ellos hacen sus "maniobras" por el camino. Platique de esto con Carlos, y para mi sorpresa él tmabién tiene una motocicleta.
Un motor potente se escuchó por afuera de la casa.
Carlos había llegado.
Salimos todos juntos listos para irnos. Eduardo, Josh y Carlos llevaban trajes especiales y cascos.
Carlos se acercó a saludarme y después a toda la familia.
     — ¿Listos?— preguntó.
Asentimos y cada uno monto su medio de transporte.
Madeleine sabía perfectamente cómo ir en bicicleta por cualquier camino; era tan tierno verla tan concentrada en el camino.
Yo no aprendí cómo ir en bicicleta hasta los 12 años. Vergonzoso. Pero soy una miedosa, y no quería caerme.
Nos dirigíamos a una cascada, que para mi desgracia estaba muy adentro del bosque. Amaba ir ahí, pero no en bicicleta.
Hace un rato que habíamos perdido de vsita a los hombres... pasa todo el tiempo. Ya que nosotras no podemos ir a su velocidad, se adelantan y nos dejan.
La primera vez que nos dejaron, nos perdimos, y decidimos volver a casa por donde habíamos llegado. No sabíamos dónde estabamos y nos asustamos bastante.
Ahora nos sabemos el camino a la perfección y podemos ir y venir cuantas veces querramos sin ellos.

˜***˜

Bajamos de las bicicletas y ellos ya se encontraban recostados en el pasto del lugar con ropa normal.
     —Gracias por esperarnos— reclamó Meri.
     —Son muy lentas hermana— contestó Josh. 
Madeleine se me acercó y me dijo que quería ir al agua.
     — ¡HEY! ¿A qué venimos aquí si vamos a estar tirados en el pasto?— dije.
Josh se levantó inmediatamente.
     —Así se dice hermanita.
Hizo un ademán con la cabeza y Carlos también se levantó. Ambos se quitaron la camisa quedando sólo en short. 
     —Está... wow— me dijo Meri mirando a Carlos. Debo aceptarlo, hace ejercicio.
     — ¡Qué esperan!— Josh comenzó a caminar hacia la orilla y nosotras los seguimos. 
     —Esto es precioso— me comentó Carlos. —Pero no tanto como tú— besó mi mejilla y yo le sonreí. Josh ya estaba dentro del agua, sosteniendo a Madeleine sobre sus hombros. 
     — ¡Adentro tortolos!— Meri nos tomó desprevenidos y nos aventó a los dos. Carlos me abrazó y nos sumergimos juntos. Salí tomando aire desesperadamente. No había inhalado antes de sumergirme.
     — ¿Estas bien?— me preguntó.
     —Sí. Gracias. ¿Me ayudas con Meri?
Asintió. Ambos salimos del agua y Meri al ver lo que tratabamos de hacerle comenzó a correr y gritar como loca.
Cuando logramos atraparla Carlos la tomo de los pies, y yo de las manos. La balanceamos, contamos hasta tres y la soltamos.
     — ¡ESO NO ES JUSTO! ¡FUERON DOS CONTRA UNO!— Se quejó.

˜***˜

Todo fueron risas y jugueteos. Carlos poco a poco se iba incorporando a la familia. Y este sólo era el comienzo.
     —Oh-oh.
Todos miramos a Emma.
     — ¿Escuchan eso?
Truenos.
     —Creo que nos volveremos a mojar.
Salimos rapidamente del agua, nos cambiamos de ropa atrás de los árboles, nos colocamos una sudadera y recogimos todas nuestras cosas.
     — ¿Por qué irnos? Es sólo lluvia— me dijo Carlos.
     —Los caminos no son muy bonitos por aquí cuando llueve.
Asintió.
Subimos a nuestros transportes y salimos de ahí lo más rápido de podíamos.

˜***˜

La lluvia llegó antes de lo esperado, y los caminos comenzaron a inundarse con lodo, impidiéndonos el paso. Quedaba muy poco para llegar al asfalto de la ciudad. 
     — Prefiero caminar a ir a paso de abuelita— Meri se bajó de la bicicleta y la empujaba al mismo tiempo que caminaba. La imitamos. Los hombres tienen suerte de tener motocicleta todo terreno.  
     —La próxima vez, ellos se vienen en las bicicletas— dijo Emma.
     —Estoy de acuerdo— dije.
     —Yo también— dijo Meri.
     —Y yo— dijo Madeleine.

˜***˜

Llegamos a casa dando un portazo. Estabamos empapadas y llenas de lodo, mientras ellos compartían el sofá viendo un partido de futbol. 
Nos vieron con espanto. Y nosotras con enojo.
     — ¿Qué les pasó?— preguntó Josh.
Carlos y Eduardo mantenían una sonrisa tímida.
     —Creo que es más que obvio, Joshua.
Meri fue escaleras arriba dejando las marcas de lodo por todo el piso.
     —Mad, ¿estás enojada bebé?
     —No me toques.
Ella le entregó su mochilita, llena de agua.
     —La quiedo limpia y seca, ah, y el señod badigón necesita un baño caliente.
Le volteó la cara a su hermano y subió las escaleras orgullosa.
Josh abrió la mochila de Mad y sacó a su pequeño osito lleno de agua.
     —El señor barrigón necesita un baño— dije y subí las escaleras.
     — ¡Pero no están enojadas ¿verdad?!

˜***˜

Cuando estabamos secas y arropadas bajamos para comer un aperitivo. Y los chicos nos dieron la sorpresa de que habían encargado pizza y preparado botana para ver una película. 
     — ¿Esa es su manera de pedir disculpas?
     —Sí.
La lluvia no sesaba, así que permaneceríamos aquí un buen rato.
Me senté en en sofá junto a Carlos y me recargué sobre su pecho. Él comenzó a acariciar mi cabello.
     —Te quiero— me susurró al oído.
     —Yo también.

===================

¡Holaaaawaaas zanahorias!
¿Cómo están?
Espero no me odien por no subir pronto u_u
¡Los amo mucho! ♥
Esto apenas es el comienzo... sé que odian a Carlos, pero les tengo una sorpresa. Y no, no va a morir... va a ser mucho peor *-* buajajaja, neee no se crean xD
¿Tienen pajarito azul? ¿Tienen camarita cafesita?
¡Sígueme!
@acrazygirlmore ♥
Si tienes alguna duda respecto a la historia, mándame un mensaje, no soy secuestradora... lo prometo ☺
Gracias por todo.
¡CADA VEZ SOMOS MÁS ZANAHORIAS! *-* ♥
Nicolás todavía tiene guerra (; No se preocupen ♥
Sale Bye!
:} :O :p :B C: :3 :D :S :$ ♥

¿Apostamos?Where stories live. Discover now