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Dedicado a: *redoble de tambores* BurningFire22517

Era increíble como la Afrodita había bendecido a algunas personas para que gozasen de portar una belleza increíble.

Pero lo increíble no era el aspecto de aquellas personas— Bueno en parte sí, pero no es a lo que me refiero— Si no como estas utilizaban aquella belleza.

Algunas y algunos de estos bendecidos no eran capaces de admirar su propia belleza.

Otros sabían de su existencia y la ignoraban.

Otros preferirían no poseerla.

Otros gozaban de ella y de los beneficios que esta le otorgaba.

Otros la exhibían con la intención de provocar envidia.

Otros trataban de esconderla.

Otros la tomaban como una ventaja y la usaban para manipular a otros.

En el ultimo grupo se encontraba Hera.

Y lo estaba haciendo en ese mismo momento.

La sonrisa en su rostro era una simple mueca de labios bonitos y dientes brillantes que envolvían una falsedad obvia para quien era lo suficientemente hábil como para descifrarla.

Sus suaves manos estaban entrelazadas sobre su regazo, tratando de ocultar el te!blor que las recorría por culpa del miedo que la sofocaba en aquel momento. Miedo que no pensaba demostrar.

Sus orbes miraban atentos cada movimiento de la reina de Atlántica, aquella antigua mujer que gobernaba desee incluso antes de que Hera naciera.

La anciana mujer dejó la pequeña y delicada taza de té sobre el pequeño platino de porcelana, luego de haberle dado un largo sorbo, tan solo con la intención de crear falsas ilusiones en la pareja de reyes que estaban frente a ella.

– Por supuesto que no los ayudaremos– Contestó con una sonrisa casi malévola la antigua mujer.

– ¿P-pero por qué? – Preguntó Zeus regañandose mentalmente por haber tartamudeado.

– No quiero más problemas con Roma, ya tengo suficientes – Comentó mientras una mueca de preocupación se mezclaba con su sonrisa desdeñosa– Además, mi pequeño hijo, mi joven y amado heredero, esta gravemente enfermo y no pienso estar ocupada con inútiles planes de batalla que no me ayudaran en nada y que no me incumben cuando mi bebé esta agonizando.– Luego de dejar en claro aquello, chasqueo los dedos para indicarle a sus esclavos y guardias que la ayudaran a llegar a su carruaje para ponerse rumbo a su castillo.

Zeus apretó los dientes e hizo una mueca con sus finos labios.

– Esta decidido, mañana tendremos una boda.

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Ambos se miraban fijamente, verde agua chocando contra marrón oscuro, ambos tratando de adivinar los pensamientos de su compañero.

–¿Casarnos?– Preguntó mediante un susurro el más pequeño.

Percy asintió creando palabras invisibles para otros ojos en la pálida piel del azabache.

–¿Mañana?– Volvió a susurrar Nico.

– Sí – Contestó susurrando Percy.

– ¿Por qué?

–Mmm... No sé... Creo que para crear una alianza entre nuestros gobiernos.

– Entonces sí sabes.

– Ugh, callate– Le contestó empujando el hombro del contrario en broma.

Nico se rió bajito.

– Bueno.

– ¿Bueno?– Preguntó con los ojos brillantes.

– Sí, puedo soportarte como esposo... Pero llegas a molestarme y te tiraré por el balcón y diré que fue un accidente.

Percy asintió ahogando una carcajada.

– Oye, Percy.

– Sí ,Neeks?

– ¿Por qué susurramos?

– Porque se supone que no debería estar aquí.

– Ummm... Mi futuro esposo es una rebelde– Comentó con sarcasmo.

Percy no pudo ahogar la carcajada que se escapó de su garganta. Nico abrió los ojos como platos y trato de callar a Percy, se dio cuenta que sus intentos eran inútiles y que en cualquier momento algún guardia los descubriría.

Desesperado por callarlo, hizo lo primero que se le ocurrió.

Pegó sus labios a los del contrario y los movió de manera que estimulara a Percy a hacer los mismo. Él lo siguió.

– Me debes una Jackson– Susurró sobre los labios del mayor.



Espero que les haya gustado.

Dedicaciones?💋💙

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