Capitulo 3

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El martes por la mañana, el dia del temido traslado, aun era de noche cuando Camila salió de su casa.
Después de abandonar su hogar en el norte de Dallas y atravesar Fort Worth, se dio de cuenta de que había mirado el reloj quince veces durante los últimos quince minutos

Fue un largo y aburrido trayecto sin incidentes que la alejo de las luces de la ciudad y la civilización.
La semana anterior Lauren Jauregui no le había inspirado confianza. Se había mostrado receptiva y había cooperado, pero no había participado mucho en las conversaciones que habían mantenido con Chris; en realidad, la mayor parte del tiempo había parecido estar soñando despierta. Era evidente que no tenia ambiciones; de lo contrario, no habria dejado la empresa.

Camila apretó los dientes e imagino una casa alargada con pollos correteando alrededor y una valla metálica rodeandola para evitar que se acercaran las vacas.
Y a pesar del calor dentro del coche, se estremesio.

-Chris te odio por lo que me has hecho- se dijo a si misma en voz alta.

Conduciría cuatro horas al día del lunes a viernes de Dallas al rancho, y a la inversa, por un paisaje lleno de cactus y vallas de hilo metálico.

Cuando por fin cruzó dos altos postes de piedra, la luz del sol ascendía por el llano horizonte. Unas grandes puertas de hierro se abrieron al utilizar el control remoto que Lauren le había dado.

Recorrió un largo sendero hasta llegar a otra valla con mas puertas de hierro y con sorpresa vio el cambio del paisaje: aspersores de agua fregaban zonas de césped, había estanques y fuentes plateadas, y abundaba los robles. Había suficiente edificación para formar un pueblo pequeño. La casa del rancho era una mansión de dos plantas que igualada en lujo a la palaciega de Chris Jauregui.

Se saco un trozo de papel con direcciones, la siguió y detuvo el coche delante de lo que parecía una casa de rancho de madera y piedra alargado. tras agarrar el bolso, la cartera y el ordenador portátil, se Bajo del coche.

Su sorpresa aumento mientras cruzaba un ancho porche acristalado con aire acondicionado que recogía el perímetro de la edificación.
La puerta se abrió antes de darle tiempo a llamar el timbre y el pulso se le acelero al encontrarse con esos ojos verdes y esa sonrisa que hacia que le temblaran las piernas. El cuerpo le tembló al instante, igual como le había ocurrido en su último encuentro, se olvido de su animadversión hacia ella . Sentía la atracción por esa mujer hasta en los dedos de los pies.

-Buenos días- dijo Lauren Jauregui con una sonrisa. Su camisa estilo vaquero, los vaqueros y las botas le recordaron una vez más porque no le gustaba su nuevo trabajo -. Vaya estás tan guapa como una mañana soleada. Vas a conseguir que este trabajo me resulte soportable.

-Gracia - respondió ella aun mirándola fijamente a los ojos, incapaz de romper el hechizo que la mantenía inmóvil.

La sonrisa de Lauren se agrando.

-¿qué tal el viaje ?

- tranquilo, sin incidentes y nada de trafico- respondió Camila, sorprendida por la amabilidad con que había pronunciado esas palabras.

-Entra ¿ quieres un café antes de que empecemos?.

Lauren se echó a un lado para cederle el paso y cuando ella apartó la mirada se rompió el hechizo. La vergüenza la hizo enrojecer. Se había comportado como una adolescente al mirar a una chica por primera vez. ¿Donde tenía la cabeza? ¿y porque le había dicho a Lauren que el viaje había sido tranquilo? Había sido horrible: demasiado largo, demasiado aburrido y solitario.
se adentro en el vestíbulo preguntándose a qué clase de hechizo se había visto sometida.

-Ya veo que has traído la oficina contigo-dijo Lauren mirando la cartera y el ordenador portátil.

-Son unas cosas que pensé que deberíamos revisar.

-Primero vamos a tomar un café y hablar de lo que vamos a hacer hoy. Si quieres comer algo también...

Camila decidió establecer las reglas de la relación desde el principio.

-Lauren, creo que deberíamos tratar el trabajo como si estuviéramos en la oficina. De esta forma seremos mas eficientes.

Lauren le sonrió y los ojos, lleno de humo, le brillarán, lo que la irritó aún más.

-Como quieras Camila. A propósito ¿como es que te pusieron ese nombre? Ya no es frecuente.

-Mi cumpleaños es en diciembre y mi madre se ilusiono demasiado con eso de que iba a tener una niña en navidades- Contesto ella, e intento volver a adoptar una actitud seria y profesional- Necesitaré algo de tiempo hoy por la mañana para instalarme.

-No te preocupes por eso, llamaré a algien Para que se encargue de traer tus cosas.

-Supongo que sera mas rápido-Dijo Camila- ¿donde esta mi despacho?.

-Al lado del mio. Puedes decóralo a tu gusto. Chris se ha encargado de transportar algunos de tus muebles con el fin de que tengas lo básico aquí.

-no necesito nada especial. Aquí no van a venir a vernos los clientes.

Sonriendo traviesamente, Lauren la miro.

-Todo esto te ha hecho tan poca gracia como a mí ¿verdad?. Mi hermano es un experto presionando, igual que nuestro padre.

-supongo que a mi me ha hecho mucha menos gracia que a ti - respondió ella secamente.

¿como podía bromear?. Ella no le veía la gracia a la situación. Y le molestaba aun más encontrar a Lauren Jauregui tan atractiva.

-Ya veo que estas lista para trabajar en el rancho.

Comento Camila mirando el atuendo de Lauren.

-aquí no es necesario vestir formalmente. Es mas, tu también puedes vestirte como quieras. Estaremos solas, además de las dos secretarias que van a venir mañana. Dejemos las formalidad para otras ocasiones.

-me siento mas profesional cuando llevo ropa apropiada para el trabajo- dijo ella con su voz mas fría sin comprender porque estaban hablando de la ropa.

-No seas demasiado dura con las secretarias si deciden vestirse de forma informal.

-Por mi pueden vestirse con sacos de patatas si trabajan bien.

-Me alegra oírte decir eso. Este es mi despacho .

Dijo Lauren indicando una puerta abierta.

Al dirigir la mirada al interior de la estancia vio una habitación amplia con puerta de cristalcorredisas que daban a un patio; en ella había plantas. El lugar parecía sacado de las paginas de decoración.

-No vives mal en este rancho ¿verdad?- dijo Camila acercándose al despacho que Lauren le abia asignado.

Su despacho era una habitación soleada con un escritorio grande; le habian llevado los archivadores de madera de cerezo y una mesa de conferencias. También tenia un cuarto de baño privado.

-No me va a faltar espacio- declaro Camila- . Bueno, voy a empezar.

-Como quieras.

Esa mujer representaba todo lo que no le gustaba. Era lo contrario a ella. Le vio salir de la estancia mientras oía los tacones de las botas repiqueteando en la tarima del suelo. ¿Como iba a sobrevivir así un año entero?

Deseo. (Camren G!P) Where stories live. Discover now