Capitulo 4

18.3K 965 49
                                    

Camila trabajo todo el dia sin descanso. Al colgar el teléfono tras una llamada y levantar la cabeza, vio a Lauren apoyada en el marco de la puerta.

-Puedes quedarte a cenar si quieres. Yo voy a cenar en la casa; pero si tú lo prefieres, podría traerte la cena al despacho.

-No gracias. Voy a volver a mi casa y es un largo trayecto- respondió ella mirándose el reloj-. Dios mio, no me había dado cuenta de que era tan tarde.
Eran las siete y media, se había quedado más de la cuenta.

-Estoy acostumbrada a trabajar hasta la siete de la tarde en Dallas- explico Camila-. Aquí no puedo hacer eso y volver a cada en coche.

-No, no puedes. Podrías quedarte en el rancho durante los días laborales y volver los fines de semana, tengo espacio de sobra. Ni siquiera tendríamos que vernos. Te ahorrará el viaje, tiempo, gastos de gasolina y el desgaste del coche.

-Gracias pero prefiero ir a Dallas - respondió ella.

-Como quieras- dijo Lauren -. Mañana llegaran las secretarias, me han dicho que se van a instalar en el pueblo. Esa seria otra opción para ti. A ellas no les he invitado a quedarse en mi casa.

Camila savia porque, ya que las había visto hablando con Lauren en la oficina de Dallas y las dos habian coqueteado con ella. Debía reconocer que Lauren, aunque había sido educada, no se había dado por enterada.
Quizás la forma fría como ella se había comportado con ella era lo que le había hecho sentirse lo suficientemente segura para invitarla a quedarse en su casa.

Cuando llegó a su casa aquella noche, canceló la cita para cenar con su vecina, Alexa Gray, porque estaba demasiado cansada. Cenó, planifico el trabajo del dia siguiente, trabajo una hora más, contestó a unos mensajes electrónicos, se fue a la cama y soñó con una alta y esbelta ranchera.

Las dos secretarias se trasladaron a un pueblo sercano del rancho y ella les envió el trayecto de cuarenta y cinco minutos al trabajo; sin embargo, ella no ssoportaba la idea de vivir en un lugar con solo unas cuantas casas, una oficina de correos, un tienda que tenia un poco de todo y una gasolinera. Y únicamente dos árboles en aquel paraje desolador.

Durante la semana intento mantener con Lauren la misma relación fría y profesional que en Dallas, pero pronto se dio de cuenta de que era la única de las cuatro que hacia eso. La personalidad relajada y natural de Lauren era contagiosa.

A Lauren no parecía importarle la altaneria de ella.
Todas las mañanas le ofrecía desayuno y ella lo rechazaba, a pesar de los olores que salían de la cocina y que no dejaban de tentarla. Sabía que las dos secretarias desayunaban cuando llegaban, pero Lauren se iba a su despacho y las dejaba solas desayunando.

Hubo momentos de una intensa tensión entre ambas: si se acercaba demasiado la una a la otra, si se rozaban las manos al ir por un papel... Todo tipo de contacto físico por mínimo que fuera les afectaba; a Lauren también lo haba visto en sus ojos.

El jueves por la tarde de su segunda semana en el rancho trabajo con Lauren escribiendo cartas a clientes hasta tarde. Por fin, Lauren se recostó en el respaldo de su asiento y la miró.

-Vamos a dejarlo ya. ¿Porqué no dejas que te invite a cenar y te quedas en mi casa? Hay un establecimiento que dan unas costillas maravillosas ... Y no tendrás que conducir. Las mejores costillas del oeste de Fort Worth. Además, parece ser que va a llover en Dallas.

Cada dia le costaba más el maldito trayecto y Lauren se había mostrado muy profesional toda la semana, a excepción de alguna mirada de vez en cuando. Se debatio entre no tener que hacer el viaje y aceptar la invitación o rechazarla y no tener nada que ver con ella socialmente.

Deseo. (Camren G!P) Where stories live. Discover now