Deseo. (Camren G!P)

Capitulo 6

Lauren fue a la cocina por un vaso de leche. Pensó en Camila y en el beso que la había hecho arder en pasión. La frialdad de ella era sólo una mascara .
La deseaba, pero el deseo era un arma de doble filo. La deseaba pero al mismo tiempo no quería desearla. Era la última mujer en el mundo con quien quería tener una relación. Y sabía que a ella le pasaba lo mismo. Desde el primer día Camila le había dejado muy claro que no era la clase de mujer que le gustaba. ¿Como había sido el novio de ella?
La había besado impulsivamente y no debería haberlo hecho, no había favorecido a ninguna de las dos y sospechaba que de ahora en adelante, Camila se mostraría mas fría que nunca. No volvería a invitarla a cenar ni a bailar.
El enfado de ella había sido casi tangible, aunque Lauren no comprendía por qué un inofensivo beso podía haberla irritado tanto...

Pero el beso no había sido inofensivo y estaba segura de que iba a tener problemas para dormir esa noche. Físicamente, quería más; lógicamente, sabía que debería mantener las distancias con ella y no volver a dejarse llevar por los impulsos.

-Maldita sea- murmuró mientras se bebía la leche.

Lauren apagó las luces, salió de la casa, entro en la cabaña donde estaban los vestuario, se puso el bañador rápidamente, se tiró a la piscina e hizo unos cuantos largos para refrescarse.
Por fin fue a su dormitorio y se acostó.
Casi había amanecido cuando durmió, acosado por sueños eróticos con Camila.
Cuando entro a la cocina al día siguiente, viernes, el cocinero le dijo que Camila aun no había ido a desayunar.

Eran las ocho y media cuando Camila se presentó en la oficina y no le ofreció disculpas por llegar tarde.
A Lauren le pareció bien, no quería un aventura amorosa con una chica de ciudad.
Camila se mostró fríamente cortés durante todo el día. A las cinco de la tarde se despidió. Desde la ventana, Lauren la vio alejarse en el coche y volvió a arrepentirse de haberla besado.

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-¿Qué demonios pasó con ustedes dos la semana pasada?- le pregunto Chris el lunes por la mañana nada más al verla.

-No te exaltes. Salimos a cenar, eso es todo.

-Camila estaba dispuesta a presentar su dimisión. Pero no he podido sacarle nada.

-¿No ha dimitido?

-No. La he convencido de que se quede- respondió Chris con el seño fruncido.

-No paso nada. Pero sabes, desde el principio, que a Camila no le gusta ni el rancho, ni yo, ni viajar desde aquí al rancho viceversa.

Chris se la quedo mirando, Lauren le aguanto la mirada. Por fin, Chris sacudió la cabeza y agarro una carpeta.

-Puede que sea lo de viajar y no estar aqui, en la oficina. Quizá se sienta marginada.

-Puede ser- dijo Lauren-. Por cierto, papa me ha llamado para invitarme a cenar esta noche, cosa que me ha extrañado mucho. A lo mejor quiere hacer las pases. ¿Los ha invitado a ti y a tu familia también?

-No, solo ati-  dijo Chris agarrando unos papeles y señalándole una mesa-. Vamos ahí, quiero que veas esto.

Chris se quito la chaqueta del traje gris y la colgó en el respaldo de una silla. Lauren se habia quitado la chaqueta nada más llegar a la oficina.

-¿Que tal vas con la gama Cabrera?.- pregunto Chris-. ¿Te gusta nuestra campaña publicitaria de lanzamientos de las botas al mercado?.

-Si. Y las secretarias ya han hecho una cita para que Camila y yo vayamos a almorzar con Emilio Cabrera.

-Buena idea, parece que a Cabrera le gusta Camila, y ahora, pasando a las tiendas Markley, la cadena que te he dado para que lleves tú...

Continuaron hablando y Lauren se olvido de Camila.
La vio poco aquel día. En una ocasión, al salir de su despacho, la vio en el pasillo hablando con alguien.
Camila llevaba un traje de chaqueta verde bastante convencional.
Se pregunto qué pasaría durante aquella semana. Si el beso la habia hecho dejar casi el trabajo, significaba que le habia afectado. La idea le pareció interesante.
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