Debo de estar loco

2.8K 271 3
                                    


Rogelio.

Estaba en mi oficina, recordando a Vicky, ella me había sorprendido con su cambio de carácter. Pensé que tenía un carácter débil, que era frágil, nada que ver con la mujer que vi hoy. Si hubiera sido así ayer, tal vez...

Mi celular suena, y doy un resoplo, cuando veo que es Jane, esa mujer suele ser muy exasperante a veces.

-¿Qué ocurre, Jane?

- Señor Rogelio, tiene media hora para llegar a la empresa. Hoy vamos a tener una demostración del posible comercial que queremos para Amber.- resoplo.- media hora, son órdenes del señor Alejandro- sé que eso no es cierto, son ordenes de ella.

- Voy para allá.

Estoy por salir de mi oficina, cuando me encuentro con Pedro. Es un hombre tranquilo, siempre serio. Aarón y el, son inseparables, los he encontrado riendo en los pasillos y sé que en ocasiones se ríen de mí. Es extraño toparme con personas muy cercanas a Cristina, como ella acepto a esta gente en su vida, para mí era muy difícil hacerlo. Cristina, había tenido una infancia poco estable, entendía porque quería una familia grande y llena de hombres en los que podía confiar. Estuve tan cercas de pertenecer a esa familia, si no hubiera sido por Alejandro.

-Buenas tardes, Señor- miro a Pedro, cuando lo conocí, sabía lo que sentía por Cristina, ahora trabaja para mí y él no se ve igual que yo, el parece estar realmente feliz por Cristina como si él nunca hubiera sentido algo más que amistad por ella.

- Buenas tardes, tengo que salir, quedas a cargo de todo.

- Claro, señor.- siempre ese trato frio, no puedo ser su amigo, Alejandro lo hace y no sé cómo lo logra.

Miro el elevador y me doy cuenta que no estoy de humor para eso, necesito despegar mi mente. Decido bajar por las escaleras, estoy consciente que voy tarde, que ya debería de estar en camino.

Me detengo un momento y saco del bolsillo de mi saco, la invitación de Cristina. Siento un escalofrió cuando leo. "Alejandro y Cristina, tienen el placer de invitarlo a su boda". No puedo negar que hace poco pensé que su boda no era un hecho, Cristina había estado cambiando las fechas de su boda, pero en ninguna de esas veces, me había dado una invitación como ahora. Se suponía que ella ya debería de estar casada, no entendía porque lo posponía y porque ahora si iba muy en serio. Cierro la invitación y la guardo en mi bolsillo. La perdí, le ofrecí todo de mí, pero no fue suficiente. Tuve la culpa, cuando fue mía, no logre que se quedara, solo fui uno más, hasta que encontró a Alejandro y con él, planea toda una vida.

Miro mi celular, en mi agenda tengo una nota que dice "A las seis de la tarde, tienes una cita con tu psicólogo", rechino los dientes, fue esto lo que arruino mi relación con Cristina, esta enfermiza enfermedad, llamada celos, los cuales me hicieron cometer muchos errores y estuve a nada de cometer más, si no fuera por mi psicólogo. Quien me ayuda a superar que Cristina se fue, que no puede haber nada entre nosotros, que se va a casar y que no es mi culpa.

Cuando llego al piso número tres, me detengo al escuchar gemidos. Toso, para que Aarón y Jane, se detengan. Ambos se separan en cuanto me ven. Jane se da media vuelta para acomodar su vestido y Aarón intenta recuperar el aliento.

-Casi me da un infarto- dice Aarón

- No es la primera vez que esto sucede.- Aarón sonríe, no tiene vergüenza, para él es muy fácil hacer amigos, cualquier se reiría de la situación, pero yo no puedo.

- Lo siento, fue culpa de Jane.- Jane se sonroja, pero es capaz de aventarle una mirada asesina a su novio y de mirarme con valentía.

- Señor, Rogelio, lo lamentamos, no era nuestra intención.- baja la mirada.

Quédate Conmigo #4. Dame una oportunidad. (Completa) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora