Somos tan diferentes?

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  Rogelio.

¿Habitaciones separadas? Claro que tendríamos habitaciones separadas, me ofendía creyendo que no era así. ¿Por qué rayos quiere tenerme lejos? Ya le había dicho que no intentaría nada.

La miro, está a mi lado, esta hablado con la azafata sobre si puede darle una almohada. Estamos viajando hacia Cancún. Ella parece contenta con el viaje, de hecho que vaya a mi lado es raramente cómodo, parece como una niña pequeña jugando y tocando todo como si nunca se hubiera subido a un avión, en cambio yo, siento que voy a tener un infarto, odio subirme a un avión.

-Estas algo verde, ¿te encuentras bien?- me pregunta Vicky, nos han avisado que ya vamos a despegar.

- Estoy bien.

- ¿Le tienes miedo a los aviones?- respiro hondo.

- Claro que no.- levanta una ceja.

- No tienes por qué mentirme, no pienso reírme.

- Lo harás. Me da miedo volar.- la miro y como esperaba tiene una sonrisa de superioridad.- ¿te crees mucho porque me da miedo volar?

- Un poco.- eso me hace sonreír.

- Eres increíble Vicky, vives para sentirte mejor con lo que me hace sentir mal a mí. – pone los ojos en blanco.

- Tranquilo, solo juego, si quieres puedes tomar mi mano.- me ofrece su mano derecha, por que como era de esperarse ella decidió ir al lado de la ventanilla, aunque a mí me tocaba ese lugar.

- Si lo que quieres es que tengamos un momento romántico en el avión, estas muy....- el avión se tambaleo y yo termine tomando la mano de Vicky la cual apreté.

- Tranquilo solo es una turbulencia es normal cuando despegan.- el avión volvió a estar estable.- ¿puedes regresarme mi mano?- respire hondo y la solté.

- Lo siento.- ella me dio un apretón en el hombro.

- Tranquilo, hay mucha gente que le teme a los aviones.- asentí.- ¿Qué tal un juego?

- ¿Qué juego quieres jugar?

- Adivina la canción que estoy tarareando.- esta mujer es demasiado buena para mí.

En realidad soy malo en ese juego, Vicky tararea canciones nuevas y yo la verdad estoy muy oxidado en las canciones nuevas, la verdad no soy mucho de escuchar música, antes lo mío era el rock, pero al parecer esa música ya paso de moda, porque Vicky se la pasa tarareando...

-¿Es otra canción de Reggaetón?- ella está riendo, sus gestos mientras tararea es lo que me hace reír.

- ¡No!

- ¿Pitbull? Tienes un raro gusto de música.- resopla.

- Solo me gusta la música que quiero bailar. – pongo los ojos en blanco.

- Debemos vetar ese juego.

- ¿Cómo puedes?- parece algo ofendida.

- Somos malos en este juego.

- Tu eres malo en el jugo, yo adivine las tuyas, que por cierto tararear canciones de Queen es lo más sencillo.- ignoro su comentario, por un rato no quiero discutir.

- Mejor miremos una película.- enciendo la pantalla que esta frente a mí y busco algo que mirar.

- Miremos la misma.

- ¿Cuál?

- Veamos Titanic.- en este preciso momento quiero aventarme del avión.

- Eso nunca, Marbella- está riendo como una loca, esa risa comienza a gustarme más de lo que creí.

- Esta bien, pongámonos de acuerdo para ver la misma.- asiento.

Así no la pasamos todo el viaje, intentando decidir qué película ver, pero no hay ninguna película de mi gusto que le guste a ella y no hay una que de su elección que a mí me guste. Es completamente imposible ponernos de acuerdo. Cuando nos damos cuenta estamos a poco de aterrizar. ¿Somos tan diferentes?

Vicky se quedó dormida por un rato, dijo algo de querer una siesta antes de llegar. Ahora aquí me encontraba, sentando al lado de ella, mirando la tranquilidad de su sueño. Desde que le dije que nos iríamos de viaje me he mantenido completamente ocupado con los preparativos, Vicky no me ha dejado en paz y no he tenido tiempo en pensar en Cristina, que comenzaba a entender que ella estaba con el hombre indicado, era extraño sentir como es que vas soltando a una persona que imaginaste que nunca olvidarías. Pero ahora que estaba, sentando a un lado de una modelo, mi amiga, la cual no quería que ni compartiéramos la misma habitación. Vicky quería más, mucho más, quería una verdadera relación. ¿Podría volver a intentar tener una? ¿Vicky querría tener una conmigo?

Respire hondo, sonreí cuando vi como estiraba su suéter de Mickey mouse para taparse. Ella era así, un lado de ella era esfuerzo, trabajo, responsabilidad y un amor por todo lo que hacía, pero había otro lado que solo como amigos es que lo conozco. Ese lado tierno, infantil, su ropa de una adolescente que usa en su departamento, su mal alimentación, su enojo cada vez que le gano en algo. No puedo lastimarla, no quiero hacerlo, no quiero prometerle algo que tal vez nunca pueda ofrecerle. No estoy listo para una relación formal, ni nada que pueda volver a destruir la paz que comenzaba a tener. 

Quédate Conmigo #4. Dame una oportunidad. (Completa) Wattys 2020Where stories live. Discover now