capítulo 6

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Yan An y yo llevamos unas en este tipo de relación, aún no somos nada.

Nos comportamos como una pareja pero yo aún lo se lo he pedido oficialmente.

Por esa razón, le pedí ayuda a Yi Cheng y a Hong Seok para planear como pedirle que sea mi novio.

Y es dónde nos encontramos ahora, en una cafetería en el centro comercial.

–Yo digo que le prepares una cena. –comentó Hong Seok.

–No sé cocinar. –respondí haciendo una mueca.

–Tal vez podrías planear una salida, no sé, pasear por el parque, un pic-nic a la luz de la luna, yo que sé. –dijo Yi Cheng. –Sólo sé que cualquier cosa que planees para él, le encantará.

–Tiene razón. –dijo Hong Seok. –En su cumpleaños, le diste el peor regalo del mundo y aún así lo adoró.

Recordé aquel cumpleaños, no sabía que regalarle y le di lo primero que encontré, un dibujo mío de cuando era niño, donde dibujaba al chico que imaginaba como mejor amigo, que casualmente quedaba con la descripción física de Yan An. Era un regalo horrible, sumándole que dibujaba horrible a la edad de siete años -aún lo hago- sin embargo, a Yan An le encantó y me dio un abrazo muy emocionado.

–Creo que ya sé como preguntarle.–dije después de un tiempo.

*

–¿A dónde me llevas, Yeo One?–preguntó Yan An al ser arrastrado por mí. Lo atraje a mí y le di un beso.

–Es sorpresa.–sonreí porque no volvió a hablar en todo el camino. Llegamos hasta la estación del metro.

Nos subimos al mentro y nos sentamos,  aproveché para abrazarlo. Media hora después llegamos a nuestro destino.

–Llegamos. –comenzamos a caminar.

–¿A dónde vamos? –me preguntó mientras jugaba con nuestros dedos entrelazados.

–Al Río Han. –dije como sí nada, sentí que detuvo sus pasos.

–¡¿En serio?! –sus ojos brillaron. Asentí, sonrió y me obligó a correr con él.

–¡Yan An,  no corras! –grité con dificultad por la fuerza que puso al jalarme.

Llegamos hasta donde empezaba el río. –Ni se te ocurra aventarte, Yan An.

Se detuvo con la respiración entrecortada y comenzó a dar brinquitos.

–Yeo One, ¿cómo sabías que quería venir aquí?

–Me lo dijiste hace mucho.—sonreí. –Ven, vamos a sentarnos.

Nos sentamos, lo miré, su rostro brillaba,  no sólo por las luces de los edificios,  sino por la felicidad.

–¿Tienes hambre? –le pregunté, dejó de ver el hermosos río.

–Sí.

–Traje un intento de comida china. –saqué los envases con comida.

–¿Lo hiciste tú? –abrió uno y probó la comida. –Está sorprendentemente bueno.

–¿En serio? Es bueno que te haya gustado. Yi Cheng me ayudó. –aunque la verdad la mayoría lo hizo ella,  pero no le iba a decir.

–Está muy rico. –siguió comiendo.

–Traje también dulces tradicionales coreanos. –saqué los dulces y me los arrebató de las manos,  se llevó uno a la boca.

Volvimos a ver la hermosa vista del río con las luces reflejadas en él.

–Yan An...–me miró. –Sabes que eres una de las personas más importantes en mi vida, te amo,  aunque no te lo haya dicho antes, te amo y mucho, aunque me haya dado cuenta apenas hace unos días... ¿Tú quisieras ser... Mi novio?

Lo miré y tenía una hermosa sonrisa en su rostro.

–Claro que quiero, Yeo Chang Gu.–me besó, lo acerqué a mí y profundicé el beso.

–Yo también te amo, Yeo One. –dijo después del beso con la voz entrecortada y los labios rojos. Sonreí con felicidad.

Best Friend | YanOneWhere stories live. Discover now