capítulo 3 • 2da temporada

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Fui a mi habitación y me tiré en la cama a llorar como adolescente.

¿Así se siente la traición? ¿por qué me hizo eso?

De tanto pensar me quedé dormido. Desperté y vi la hora, eran las tres de la tarde. Me levanté de golpe y salí de la habitación y todo me llego de golpe, no estaba en mi departamento y lo de Yan An era verdad.

Regresé a la habitación y me recosté de nuevo. Todo parecía una pesadilla, una maldita pesadilla.

–Chang Gu. –mi madre entró a la habitación. –Disculpa que te lo diga así... ¿Pero qué haces aquí? –mis ojos se llenaron de lágrimas.

–Mamá... –comencé a llorar y no hizo falta decir algo más para que mi madre corriera a abrazarme.

–¿Qué pasó?

–Yan An... Me engañó, ¡y en nuestra casa! Esa casa que pagué yo, en la cama que pagué yo. –me aferré a su abrazo. –No sé porque lo hizo, tal vez no soy un buen esposo, no soy tan guapo y supongo que no soy bueno en la cama...

–Hijo, no digas esas cosas. –me hizo mirarla y limpió mis lágrimas. –Eres muy guapo, no sabes cocinar pero intentas hacerlo bien, eres perfecto. Si te engañó es porque es un idiota. Tu eres perfecto, mi niño. Y no te lo digo porque soy tu madre, sino porque en verdad lo eres. –besó mi frente.

–Gracias, mamá.

–Ahora, ve a bañarte y baja a comer. –se levantó.

–Espera... ¿Papá está aquí? –asintió.

–Te apoyará en lo que sea, siempre te apoya. –me sonrió antes de salir.

Me levanté y fui al baño. Tal vez simplemente debería superarlo. Sólo es un hombre que no vale la pena.

Reí porque empezaba a pensar como mujer. Me bañé y salí, hacia un poco de frío por lo que me puse un suéter grande y una pantalonera.

Bajé y fui a la cocina, ahí estaba mi madre, con su ropa de buena marca y su madil favorito, cocinando. Sentado en la mesa estaba mi padre, con uno de sus característicos trajes elegantes. Di una mirada a mi vestuario y me arrepentí de haber escogido eso pero ya era tarde para ir a cambiarme, mi padre ya me había visto.

–Chang Gu, hijo. ¿Vienes de visita?– Sonreí.

–Tal vez quiera quedarme un poco más.

–Sabes que Yan An y tú siempre serán invitados.–al escuchar su nombre sonreí amargamente.

–No creo que Yan An venga de nuevo, padre. –me miró con el ceño fruncido.

–¿Por qué dices eso?

–Le pediré el divorcio. Las cosas no van muy bien entre nosotros, ya no hay... Fidelidad.

–¿De qué hablas?

– Yan An me engañó, papá. –parpadeé para alejar las lágrimas.– Ya hablé con tu amigo, el señor Min, me ayudará con lo del divorcio.

–Pero, ¿qué fue lo que pasó?

–Amor, él no quiere hablar de eso, ¿si? –puso un plato de comida frente a mí.

–Está bien.

–De hecho papá, le dije al señor Min que hablaría hoy con él. –le dije, asintió y comenzó a comer.

–Le llamaré después. –dijo y todo se quedó en silencio a excepción del sonido de los cubiertos.

Pasó una hora y el señor Min ya estaba en casa, me explicó mejor las cosas y tuve que decirle que fue lo que pasó. Con un nudo en la garganta le conté lo que pasó. Me dijo que para el día siguiente estaría lista el acta de divorcio y que no me preocupara por ir a entregársela a Yan An yo mismo, que él lo haría. Después de todo eso, me fui a mi habitación,  me tiré en la cama y me quedé dormido.


Best Friend | YanOneDove le storie prendono vita. Scoprilo ora