U n o

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—Papá, yo no tengo la culpa de que Chase se parezca a Mojojojo. —me quejo.

—Niños, por favor, —habla ya exasperado, — ¿no pueden comportarse como los hermanos que son? —giro a ver a Chase y este me regresa la mirada con recelo.

—Yo intento llevarme con ella, pero es imposible. —dice intentando hacer mi papel (el de víctima, claro), ante esta situación.

—Pues intenta más. —digo girándome a ver a nuestro papá que de seguro ya tiene una jaqueca enorme.

Pobre...

—Pues déjame decirte que es muy difícil teniendo en cuenta tu actitud. —escupe.

—Chase..., —lo reprime papá—por favor trata de llevarme mejor con tu hermana menor.

Y dale con lo mismo.

—¡Que solo me gana por un minuto papá! - chillo.

Sí, somos mellizos, ya pueden gritar e imaginarnos super idénticos... bueno, no tanto, ya que lo único que tenemos igual es nuestra piel y el color negro de nuestros cabellos. Hermoso lo sé.

—Aun así, hermanita, soy mayor que tú y deberías respetarme. —dice resaltando el hermanita.

—Ya, —grita papa levantándose del sofá. — los dos ya cállense, y váyanse al instituto a ver si así reviven algunas neuronas. —Me quería reír, si, quería porque la idea se me borro cuando vi el serio y molesto rostro de papá.

—Ya oíste unineuronal, enciende el auto que nos vamos. — digo mientras me dirijo a la puerta principal ya con mi mochila en los hombros.

El silencio se apodera del automóvil hasta que llegamos al instituto-veinte minutos-, este es mi último año y no veo la hora de irme de este lugar.

El Instituto es de una arquitectura rustica, la entrada es enorme y los pasillos de esta cárcel es grande o así se ve cuando no hay ningún prisionero en los pasillos (si, les llamo prisioneros a los estudiantes porque la mayoría de estos arrastran los pies al caminar como si los tuvieran encadenados) pero no los pienso aburrir describiendo cada cosa que veo.... Los piensos aburrir con mi vida.

—¡EL!, ¿Dónde estabas pequeña? —Escucho el grito de la rubio y sonrió, encaminándome a ella.

Megan es una hermosa rubia, es de altura promedio. En una versión corta ingreso a mi vida a los tres años, cuando ella estaba jugando sola en los columpios y yo me acerque corriendo hacia ella ya que también era mi primer día y Chase todavía no estaba en Nueva York. Después de jugar juntas no nos separamos, es mi mejor amiga y la novia de mi hermano.

—Hola, —la saludo, —acabo de llegar porque a mí ingenioso hermano se le ocurrió rayar mi póster de Imagine Dragons. —me quejo.

Otra vez.

Lo sé, pero quiero que alguien lo tome enserio consciencia, deberías apoyarme ¿sabes?

—Elena, deberías dejar de obsesionarte con las bandas o con los integrantes de estos, —dice pasándome un brazo por los hombros y dirigiéndonos a nuestra primera clase... Historia, lo sé, no me lo digan, nada mejor que iniciar la semana con clases de historia (espero noten mi sarcasmo). —Además.... Pronto dejaras de preocuparte por el guapísimo de tu hermano.

—¡Por favor Meg!, todavía me estoy haciendo la idea de que tú y mi hermano son novios.

¡Mujer dos años no es suficiente para asimilarlo!

—Cariño, ya vamos a hacer más de dos años y tu aun no te acostumbras -dice entre carcajadas sentándote a lado mío.

—Además ya nos has escuchado. —escucho la voz de Chase a mi espalda, provocando una cara divertida de Megan y una de asco en la mía. Recordando. —Hola hermosa, no te vi en la entrada-—saluda a Megan depositándole un beso en la frente.

—Estaba esperando a tu hermana, ya sabes, tengo que turnarme entre ambos -dice riendo.

No me causa risa.

Tampoco a mi...

ΔΔΔΔΔΔΔΔΔΔΔΔΔΔ

—¿Cuándo se piensa callar? —le susurro a Megan.

Cuando noto que no responde la veo de reojo y noto que se ha quedado dormida, me giro a ver a Chase y él también estaba profundamente dormido, increíble.... pareja perfecta.

—Megan... —la llamo, — Megan... Megan por un demonio despiértate, —sigo susurrando, pero esta no responde, —Megan.... Creo que me voy a desmayar... La vista se me está nublando Meg. —Empecé a hablar más alto provocando que hasta Chase lo escuchara.

A esto se le llama... plan-para-que-el-par-de-tortolos-dejen-de-besuquearse-frente-mio-o-me-hagan-caso.

—¡ELENA! —gritan al unísono provocando que toda la clase los vea. —¿Estas bien? —preguntan después de disculparse con la clase.

—Yo la veo bien.

—Está bien.

—Estoy bien, —digo con una inocente sonrisa—como que tal vez exageré un poco para que despertaran. —digo ladeando un poco la cabeza.

—No vuelves a hacer eso o yo misma te envío al hospital. —dice una furiosa amiga.

—Ya, los tres, a la oficina del director-nos señala la profesora Josette.

Tomamos nuestras cosas rápidamente porque por lo que veo en películas si no tengo con nada con que defenderme mejor calladita y obedezco. Salimos del aula y nos dirigimos a la oficina del padre de Laila, también conocido como "director".

The List. [Re-subiendo]Where stories live. Discover now