D i e c i s i e t e .

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—¿Esta la Señora Jackson? — pregunta sacándome de mis pensamientos.

—¿Jackson? —pregunto frunciendo el ceño. Sonrió y me llevo la mano a la frente, tratando de no reírme. Jackson es el apellido de soltera de mi tía. —Ahhh, si, espera que voy por ella.

Lo dejo pasar y cierro la puerta para después atravesar toda la sala e introducirme a un pasillo que me lleva a una puerta al final de este. La habitación de mi tía. Golpeo la puerta dos veces y después de la orden de pasar entro. —Si las habitaciones del primer piso son así de grandes quiero una. —digo viendo todo el lugar.

Tiene aquí un despacho, un baño, la cama KingZise, una plasma, algunos cuadros decorativos, una pequeña biblioteca con libros de finanzas, sociales, etc. La risa de mi tía me hace salir de mi embobamiento. Esta rodeada de papeles, con lentes y sentada en su escritorio.

—Un chico la está buscando. —aviso.

Mi tia suspira y asiente, quitandose los lentes y levantandose. Camino detrás de ella. El chico esta sentado en el sofa, viendo cada rincon de la sala. Al vernos se levanta rapidamente.

—¡Oh!, Scott—exclama mi tía acercándose a él. Su voz suena sorprendida. —¿Qué haces aquí?

¿Algún Dios griego llamado Scott?, ¿no lo hay? Ha de ser nuevo...

—¡¡Emergencia!! —escucho un grito femenino. Dirijo mi vista a la puerta para observar cómo se abre y se cierra rápidamente, dejando ver a la castaña. La puerta se cierra fuerte y yo me rio. Victoria mira a mi tía inocentemente. —Perdón.

Su vista pasa de mi tía a mí, regresa a mi tía y se queda clavada en Scott. Le sonríe ligeramente y él le hace un movimiento de cabeza. Se acerca a mí. —¿Qué clase de amiga no va por la otra cuando el chico que estabas acosando en el centro comercial está en su casa? —Susurra en tono divertido, fingiendo reproche. Mi tía y Scott empiezan a hablar de no sé qué, parecen susurrar.

—¿Cuál es la emergencia? —Digo. Ninguna de las dos despega la mirada del chico. Si, las dos tenemos novios, pero eso no significa que les seamos infieles, además, ellos también miran. Tenemos los mismos derechos.

—Así, claro, se me había olvidado. —Me toma de la mano y me saca rápidamente de la casa. —Necesito una cómplice para esta broma—dice frotándose las manos con una sonrisa maliciosa—, y que mejor que mi nueva vecina y gran amiga. —su sonrisa es enorme.

La miro un buen rato intentando saber que tiene en mente.

Está de más de decirles a que nivel esta mi amistad con Victoria. Ella entra a mi casa y habitación como si fuera suya, al igual que yo a la suya; es divertida, no le importa las demás personas, es valiente: cuando ella y Ben regresaron los rumores de los pasillos no cesaban, lo supo manejar, ella es fuerte y la estoy empezando a admirar por eso, también es muy confiada en sí misma, además de competitiva y bromista, me ayuda en algunas materias ya que es una de las más inteligentes de nuestra generación, sin duda, una de las mejores personas que he conocido en mis 17 años, cualquier persona que la conozca la amaría de adentro hacia afuera, además de que a pesar de sus heridas sabe ser feliz y compartir esa felicidad, algo que no muchos pueden hacer. Todo el mundo tiene heridas, es lo que nos hace ser quienes somos, pero no todos podemos seguir con las heridas sin tener que construirnos una coraza para protegernos, no todos volvemos a hacer los mismos, porque no se es lo suficientemente fuerte y confiados para dar a conocer nuestra verdadera personalidad, nos engañados a nosotros mismos, sin saber que nos estamos dañando. Victoria se es fiel a sí misma, sabe que las lágrimas no significan que estas perdiendo y es en casos demasiado expresiva.

The List. [Re-subiendo]Место, где живут истории. Откройте их для себя