Capítulo 41

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LAUREN.

DOS AÑOS DESPUÉS.

Han pasado dos años desde aquella noche donde le dije todo, aquella noche donde perdí a mi gran amor, pero me lo merecía, mi vida a sufrido muchos cambios, me mude de mi departamento, compre una casa cerca de la playa, aun extraño a esa morena hermosa, la que me robo el corazón, pero ya estoy aceptando que fui una estúpida, ahora dejo seguir adelante con mi vida, mi empresa ahora se volvió más grande, tengo a más empleados, eso me pone feliz, saber que por fin se está expandiendo mi negocio, volví a mi vida de antes, voy a fiestas y bebo, pero solo un poco, no quiero que me vuelva a pasar lo mismo, ahora me encontraba de vacaciones, bueno soy la jefa, así que aquí estoy en el parque, con Leo, él está muy feliz jugando con los demás perros, estoy sentada en el césped leyendo un libro, me están encantando más los libros, he intentado escribir uno, lo tengo algo iniciado en mi ordenador, me encanta Paulo Cohelo, es un gran escritor, un golpe en mis pies me saca de mis pensamientos.

Disculpe señorita— era un niño de unos cinco años, era muy tierno.

Tranquilo todo bien— le dije y le pase la pelota.

él me sonríe y lo seguí con la mirada, llegó donde su madre, ella estaba de espaldas, se me hacía conocida pero no la vi bien, ignore eso y continúe leyendo, me encanta perderme en los libros, acá te llenas de conocimiento, conoces más cosas, cuando me meto en la lectura no me puedo salir, luego e unos minutos escucho risas levanto la cabeza y veo al mismo niño, este jugaba muy feliz con su madre, pongo más atención a esta chica, creo haberla visto antes, cuando ella voltea a mi dirección la veo bien, siento que todo a mi alrededor se detiene, esto no puede ser cierto no lo puedo creer, es ella, era Camila, ella era la madre de ese niño, no lo creo, es imposible, veo que ella se sorprende al verme también, yo desvío la mirada, no puede ser, recojo rápidamente mis cosas para irme, pero la vida me hace otra jugada, se me caen todas mis cosas.

-Mierda!!— digo para mí, esto no es posible, debo irme rápido.

Oye, esto es tuyo— no, esto no es verdad, esa voz la reconozco, es Camila, levanto mis ojos y la veo, tan hermosa como siempre, ella tenía mi libro en sus manos.

Ah... Si es mío, gracias— me da el libro y cuando lo tome nuestros dedos se tocaron, sentí que me desmayaría ahí mismo, eso causa en mí, ella me vuelve loca.

¿Cómo has estado Lauren?— en serio me pregunto eso, pero porque, ¿además no está enojada conmigo?, bueno no lo sé, ya han pasado dos años.

Humm Algo bien... supongo, Y ¿a ti como te va? —le pregunte, claro que imbécil soy, por que le pregunte eso.

Pues yo...

Mamá... Toby se fue— el niño la interrumpió y por lo visto es su hijo, genial esto me está dañando, ya Lauren, eres tan imbécil después de que la lastimaste que pensabas, ¿que seguiría sufriendo por ti?, eres tan tonta.

Arthur, ¿Dónde se fue Toby...? Bueno iremos a buscarlo—ella se dirijo a su hijo y luego me dio una mirada, algo seria. —Debemos irnos, cuídate.

Y sin más se fue, tomada de la mano del niño, no entiendo de quien será ese niño, solo le hay un parecido a ella, ¿pero ella no era Lesbiana?, bueno quizá por mi culpa dejó de creer en su orientación, tome mis cosas y busque a Leo, él siempre se iba en busca de comida o de alguna perrita, él es igual a su dueña, no es gracioso lo sé, seguí buscándolo hasta que lo encontré, estaba cerca de un puesto de salchichas, no les dije, a él le encanta la comida, me acerque pero pare al ver que Camila le estaba dando una salchicha, también tenía la correa de su perro, Toby creo que se llama, su hijo acaricio a Leo, este le movía la cola, le agrado, decidí acercarme.

Leo aquí estas— dije y Camila se levantó, ya que estaba a la altura de Leo.

Me lo encontré cerca del aquel basurero, así que supuse que tenía hambre.

Él siempre tiene hambre —Lo dije en forma de broma, pero Camila seguía con su mirada muy seria —Bueno, gracias.

No agradezcas, total también Toby tenía hambre —dijo  y acaricio al perro, su hijo se acercó a mí y me tocó la pierna.

—¿Él es su perro?

Si de llama Leo... Y creo que le agradas —le dije y acaricie un poco su pelo, vi que Camila no le gusto mi acción y retire rápido mi mano.

Es muy lindo...—dijo mientras lo acariciaba, Camila no me miraba, la entiendo sigue molesta.

Bueno... Debemos irnos Arthur —dijo Camila, tomándolo de la mano.

Si, ¿Mamá Demi irá con nosotros a ver a mi abuela? —ahí esta mi respuesta, no estaba con un chico, era con una chica, la misma con la que la vi aquella vez en la moto, era la misma doctora.

Si Arthur, ahora vamos—tomo al niño y ya se iban cuando el se acercó a mí.

Adiós señorita, me encanto su perrito —me dijo, me parece tan tierno ese niño, es un amor, ya veo a quien salió, vi como se estaban alejando, Camila se había vuelto más hermosa, no puede evitar ver su gran trasero, perdón, pero era inevitable.

Vamos Leo, debemos descansar.

Le puse su correa y me lo lleve, caminamos a mi casa, no quedaba tan lejos, solo a unas cuantas cuadras, no tenía coche, ya que lo vendí y compre una moto, si, lo acepto, después de ver a Camila con esa estúpida de Demi en esa moto pensé que a Camila le gustaban las motos, soy tan estúpida lo sé, llegamos a la casa, todo estaba normal, le quite la correa a Leo y se fue corriendo, yo fui a tomar un poco de jugo de naranja, cuando escuche el timbre de la puerta.

Que raro no espero a nadie.

Llegue a la puerta, cuando la abrí no lo pude creer, era Camila, pero que hacía acá, con supo donde vivo, ella solo me miraba, algo seria y enojada, no entiendo nada, luego no me dio tiempo de reaccionar, ella estaba besándome, me lanzó hacia la puerta, después de que la cerró, me besaba con enojo y con pasión, yo no encontraba que hacer no entendía nada, ella me apretó más a su cuerpo.

Te odio Lauren Jauregui... —no entiendo me odia, pero ¿por que me besa?, estaba tan confundida.

De un momento a otro metió su lengua en mi boca y comenzó un baile con mi lengua, esto me estaba excitando demasiado, la tomé de las caderas, pero me quito las manos con un golpe, mordió fuerte mi labio, esto está gustándome, le extrañaba, extrañaba sus besos, todo de ella, quise tocar su cara pero se alejo, y me vio con enojo.

Te odio demasiado, eres tan malditamente sexy, ¡te odio! —me dio una cachetada y luego se fue, así nada más, se fue, me dejó así.

Aún seguía en shock, no entendía nada, que había pasado esta tarde, por que Camila hizo eso, me senté en el sofá y suspire.

¿Qué fue eso?

Me sentía frustrada, engañada, tonta, no entendía nada, esto es tan loco, cubrí mi cara con mis manos y suspire, Camila me dejo excitada, y me dejo muy confundida, me recosté en el sofá y seguí dándole vueltas al asunto, pero me alegra a la vez, saber que aún le gusto.

La chica de la biblioteca (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora