∆×6. ¿dañando desde dentro?×∆

1.1K 94 36
                                    

- Desperté sintiendo algo húmedo en mi mejilla, un hilo de desesperación que rogaba ayuda

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

- Desperté sintiendo algo húmedo en mi mejilla, un hilo de desesperación que rogaba ayuda. Debía despejar mi mente, quizá salir un rato, cualquier cosa sería mejor que mantenerme dentro de un lugar donde, al parecer, jamás desearon mi presencia. Así que ya habían tomado una desición.. ¿realmente cambiaron de opinión?

Me senté con pereza, doblando mi almohada por mis movimientos torpes y sin energía; tocaba mi cabeza para consolar un poco el dolor que se presentaba en ella, pero cuando miré al frente me encontré con el chico amarillo. En realidad me sorprendió menos de lo que esperaba, pero él no debería estar aquí, mucho menos después del sueño que acabo de tener.

- ¿qué haces aquí? ¿perdiste algo? - cuestioné con mi débil voz.

Bill - tienes pésima memoria - me dedicó una sonrisa - hicimos un trato hace segundos ¿y ya lo olvidas?

Mis ojos se abrieron cual luna llena, mis manos comenzaron a temblar y sentía mi cuerpo tambalearse con discreción; no podía creer lo que había dicho, ¿es posible? ¿todo eso fue real? Ese imbécil se había metido en mi cabeza en el momento que encontró más oportuno y me manipuló con tanta facilidad...

Bill - es decir que tu trabajo ahora es conseguir los libros - aclaró aburrido - ¿quién es la chica que ha sellado el contrato?

Claro, ni siquiera sabe mi nombre, pero ya tiene por hecho que soy una chica tonta que no sabrá cómo manejar esta situación, cómo salir de su trampa.

- me llamo Keila - intenté parecer relajada, aunque los nervios me carcomían. Realmente me he metido en serios problemas.

Bill - de acuerdo, Keila, pide lo que desees - capturó mi atención - luego de que me hayas dado los libros.

Bill - de acuerdo, Keila, pide lo que desees - capturó mi atención - luego de que me hayas dado los libros

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

Claro que no sería justo, pero debía intentar algo.


Keila - conseguiré los libros después de que cumplas cada uno de mis caprichos - me levanté con cuidado de la cama.

Bill - ¿eres idiota? Yo solo quiero un par de libros viejos, tú podrías desear millones de cosas hasta jamás terminar; si hablamos de justicia, mi petición es más lógica.

Keila - pues si tan lógico eres, supongo que tienes claro que no puedo confiar en ti.

El chico me miraba con esos profundos ojos maliciosos, con una sonrisa apenas perceptible y seguramente pensando en cómo asesinarme en cuanto consiga lo que él desea. Se notaba en cada parte de su cuerpo, no planeaba nada bueno y seguramente yo no tendría muchas opciones dentro de todo esto, quizá ni siquiera tenga escapatoria del embrollo en el que me acabo de meter por algo sumamente ridículo.

Bill - el trato incluye que puedo quedarme aquí - se sentó frente a mi escritorio, mirando las hojas rotas de mi cuaderno - estoy cansado de dormir en el bosque.

Su actitud de momento era más seria, egocéntrica y manipuladora de lo habitual, supongo que siempre se sintió superior, pero ahora que logró acorralarme, debe mirarme como su marioneta, quizá incluso lo soy, ¿cómo corto los hilos con los que me controlará de ahora en adelante? Existen miles de posibilidades, no sé si debería conseguir los diarios.

Keila - ¿por qué no conseguir los diarios por tu cuenta? ¿eres tan débil?

Bill - no quieras provocarme, cariño - se levantó con rapidez aunque aún con una voz tranquila y, así, recorrió mi habitación, mirando cada uno de los libros en mis repisas.

¿Quién podría tener piedad de una bestia así?, desafortunadamente, a él es a quién deberíamos rogar piedad. Se cree el rey de todo, el dios de todo lo que mira, ¿pero realmente tiene el poder suficiente para serlo?

Bill - ¡claro que lo tengo! - exclamó divertido, volteando a verme con tanta agilidad que daba miedo - y la gente como tú, la gente que me subestima, ¡esa gente es la que muere primero! - gritó eso último con tanta molestia que, una vez más, lo miré volverse rojo.

Keila - deja de leer mi mente - bufé para ocultar mi temor - si gritas demasiado, el vecindario creerá que te estoy violando.

Claro que lo estaba provocando, ¿de qué otra manera podría ganar tiempo para pensar en qué hacer? Quizá esto se vuelva una desición de "ahora o nunca".

Bill - me escucharán solo quiénes yo permita - volvió a su tono amarillento - deja de perder el tiempo y piensa cómo conseguirás esos libros, mocosa.

El chico desapareció sin ruido alguno, sin siquiera darme una advertencia, una amenaza o alguna instrucción. Es muy obvio que él no puede conseguir los libros por su cuenta, pero, ¿por qué? Seguramente esos textos tenían que ver en algo con su debilidad.

No tenía ni la menor idea de qué hacer o qué pensar, además, se quedará a dormir aquí... Temía que se metiera en mis pesadillas cada noche para atormentarme y así presionarme para conseguir lo que quiere lo antes posible. Por ahora no puedo hacerle frente, pero debo pensar.

 Por ahora no puedo hacerle frente, pero debo pensar

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

¡ah!

Grité por el repentino dolor en mi cabeza, justo después de ver claramente a Bill en mi mente. Literalmente me está dañando desde dentro, piensa acabar conmigo si no consigo los libros.














¿∆?














TIC TAC girl -×Bill Cipher×-Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt