El problema de siempre volver a él.

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Estoy abrazada a su cuerpo mientras disfruto de los besos que deja en mi cuello, las pequeñas mordidas que da en mi hombro y la sutileza de sus dedos que al pasearse por mi espalda hacen que toda mi piel se comience a erizar.

-Te has vuelto más sensible. -susurra en mi oído.
-Mhh...
-¿O acaso.. -una de sus manos se acerca a mi pelvis por debajo de mi ropa. -estuviste aguantando todo este tiempo, reprimiendo tus deseos?

Me tomo de sus hombros y aprieto su ropa, mi cuerpo se desespera por sentirle dentro otra vez. Derrepente su teléfono comienza a sonar.

-¿Justo ahora? -susurra.

Estira su brazo para poder alcanzarlo, lo toma y ve quien es.

-Debo contestar esta llamada, lo siento. -dice separándose de mi.
-Ah, si, adelante.

Se aleja un poco de mi y contesta la llamada. Ahora recuerdo porque todo esto acabó, él no puede evitar ser un maldito todo el tiempo y aunque me haya enamorado de él aún sabiendo la clase de persona que es, todos tenemos nuestro límite.

-Eso no me importa. -dice.

Y aunque al principio no me molestaba que esta relación fuese solo carnal con el tiempo mis sentimientos fueron haciéndose más profundos y por lo tanto mi perspectiva de él cambió por completo.

-Si, adiós. -cuelga la llamada y observa su teléfono.
-¿Debería irme?
-...
-Izaya.
-Un momento.

Bajo de la mesa, arreglo mi ropa y mi cabello, me dirijo a tomar mi bolso para irme de allí, nunca debí haberle dejado volver a tocarme otra vez.

-¿Qué haces? -dice tomando mi brazo.
-Me voy, sueltame.
-Anda, solo haré unas llamadas y volveremos a lo que hacíamos.
-Tengo que hacer.. algo.
-No mientas.

Me doy vuelta y le miro.

-¿Qué? -dice soltando mi brazo.
-Dime algo, Izaya.
-¿Qué?
-¿Qué es más importante, esas llamadas o yo?
-¿Por qué me preguntas algo así?
-¿Esa será tu respuesta?
-Es trabajo, no demorare en ello.
-Podría apostar que sólo estás molestando a alguien, como siempre.
-¿Por qué te pones así? después de todo nosotros no somos nada.

Claro, es cierto, Izaya y yo nunca hemos sido nada más a allá de esto, que estúpida soy.

-Es cierto, entonces.. si no somos nada, déjame ir.

Me doy la vuelta y camino hasta la puerta.
-Lo siento, no quería decir eso. -dice.
-Muere de una vez.

Abro la puerta, salgo y la cierro fuertemente. Me detengo un momento ahí y respiro profundo, mi pecho duele, duele como la primera vez que prefirió molestar a alguien por mero entretenimiento que a mi. Nunca, nunca debí dejarle entrar a mi corazón, nunca debí haber empezado a quererle de esta forma ¿como se puede dejar algo que probablemente nunca se tuvo?

Salgo del edificio y comienzo a caminar, antes de ir a casa quiero calmarme y verme normal, nunca me ha gustado preocupar a Shinra y Celty por cosas como estás, menos si el problema es Izaya.

-...(N).

Me doy la vuelta y veo a Shizuo fumando un cigarrillo.

-Shizuo, buenas tardes. -digo pasando mi mano por mi mejilla.
-¿Estás bien?
-¿Por qué lo preguntas?
-Tus ojos están un poco.. como decirlo, extraños.
-¿Eh, en serio?
-Si.
-So-solo estuve jugando hasta muy tarde en la computadora, no es nada.
-¿En serio?
-Si.
-Ah, ya que dijiste "jugando" Tom-san compró unos el otro día pero no le gustaron ¿los quieres?
-¿Puedo?
-Si, me los dio a mi pero sabes que no soy muy aficionado a ello.
-Entonces los acepto.
-Vamos, ya que estamos cerca.

Casi imposible de odiar. [Orihara Izaya x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora